Diari Més

Seguridad ciudadana

El patinete se convierte en el vehículo «ideal» para la delincuencia en la Part Alta de Tarragona

Denuncian que la inseguridad en el barrio crece y que utilizan los patinetes para traficar con droga y huir cuando roban, aunque que notan más presencia policial

Imagen de un aparcamiento de vehículos de movilidad personal en la Parte Alta de Tarragona.

El patinete se convierte en el vehículo «ideal» por|para la delincuencia en la Parte Alta de TarragonaGerard Martí

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«Con los patinetes eléctricos les hemos facilitado un medio de salida a los delincuentes después del delito», aseguraba ayer a DiariMés una comerciante de la calle Major de la Part Alta de Tarragona, a la vez que vecinos de la calle de los Ferrers afirmaban haberlos visto traficando con droga sobre los vehículos de movilidad personal (VMP). Tanto los propietarios de los establecimientos como la gente que vive en el barrio lamentan que la inseguridad lleva un ritmo creciente desde principios de año. Reconocen que cuándo se desalojó en octubre el edificio ocupado de la calle de los Ferrers, uno de los principales focos de conflictividad de finales de año en el casco antiguo de la ciudad, la situación de delincuencia se calmó, pero denuncian que ahora vuelve a remontar. Aunque destacan que no es una cuestión de racismo, señalan que los que constantemente cometen robos e intentan entrar en viviendas del barrio son jóvenes migrantes extutelados. «Ya los conocemos», comentan. Con todo, sin embargo, dicen haber notado un incremento de la presencia policial durante los últimos días.

Uno de los vecinos enumera varios episodios vividos en los últimos días. «Rotura de cristales en un local de la calle de en Salinas, patadas en un coche aparcado, amenazas y gritos a peatones que los llamaron la atención cuando rompieron un tiestode un establecimiento de la calle Comte de Rius, entre otros», sostiene. Precisamente este vecino vivió un infierno durante el verano del año pasado por las problemáticas a raíz de la ocupación de la calle de los Ferrers. Vive allí y explica que durante tres meses se tuvo que marchar a vivir a casa desus padres porque los había grabado mientras se subían para entrar a una casa y lo amenazaron. De hecho, está pendiente de declarar en el juicio como testigo de estos hechos y aseguraba que, como otros vecinos que se encontraron en una situación parecida, «tuve que recurrir al psicólogo porque me afectó bastante». En definitiva, lamenta que estos jóvenes vuelven a estar presentes por el barrio, aunque desconoce si han vuelto a ocupar alguna vivienda de la zona.

Otra vecina de la calle de los Ferrers, que como el resto de ciudadanos y comerciantes prefiere mantenerse en el anonimato por haber sido víctima de amenazas por parte de estos jóvenes, lanza que «estamos fatal». Explica que cada dos por tres hay peleas , tráfico de drogas con los patinetes, robos en la calle e intentos de entrar en casas del barrio. «Yo me tuve que poner rejas y alarma, parece que esté viviendo en una prisión», lamenta, mientras añade que «siempre me he considerado muy valiente, pero actualmente tengo miedo, y cuando voy a cenar con amigos siempre me tienen que acompañar hasta la puerta de casa». Con todo, explica que «últimamente he visto a más patrullas de policía, al menos de día, de noche no lo sé».

Por otra parte, un restaurador que tiene establecimientos en la PartAlta y en la zona del Anfiteatre asegura que estos jóvenes migrantes extutelados «son los que cada dos por tres revientan a patadas la cabina del ascensor del parque de las Granotes». También lamenta que en el bar que regenta próximo a este espacio le han robado mesas y sillas en más de una ocasión. «Ypor las calles de la PartAlta estirones a peatones, robos, sobre todo en el estanco de la bajada de la Misericordia y trabajadores míos que viven con miedo, las camareras que tengo siempre se tienen que marchar acompañadas cuando salen de trabajar», denuncia al restaurador.

Muchos comerciantes del barrio también sufren esta inseguridad creciente. «Cada día hay más robos y además los cometen a plena luz del día», explica una mujer que regenta una tienda de la calle Major. De hecho, asegura que durante este mayo ha presenciado dos delante de su tienda. En el primero, a principios de mes, robaron en el interior de un vehículo de un hombre que había aparcado un momento para hacer unas gestiones y había dejado la puerta abierta y el otro, la semana pasada, cuando estiraron una cadena a una mujer mayor que vive en la misma calle. Explica que, afortunadamente, no ha vivido ningún episodio de este tipo a su negocio. «La sensación que da es que tienen mucha libertad para cometer estos delitos, porque si no lo harían en una esquina, de manera más discreta, pero lo hacen a plena luz del día y con la calle lleno de gente, les es igual», afirma.

Otra comerciantede la calle Major pone énfasis en los patinetes eléctricos de alquiler compartido. «Van con los patinetes a toda velocidad y es peligroso, el otro día casi que me atropellan», lamenta, mientras añade que «les hemos facilitado un medio de salida después de cometer el delito». En su caso, tiene la puerta de la tienda cerrada y para entrar hay que llamar al timbre, pero explica que siempre ha tenido este sistema porque a menudo está trabajando en el taller que tiene dentro del local. A pesar de todo, celebra que «veo mucha acción policial y los tienen bastante controlados, supongo que ahora, con los turistas que ya vienen, todavía más y lo encuentro bien, porque hace falta crear un escenario de tranquilidad y cuidar y mimar más en el comercio de la ciutat».Una a otra mujer que regente un negocio en la calle Major considera que «eso de los patinetes es lo peor que ha podido hacer Tarragona, van a toda pastilla y empujando a la gente que camina por las calles de aquí a la PartAlta y después aparecen tirados en la playa, la sensación que da es que les utilizan para huir después de robar o cometer algún delito». Que hay más presencia tanto de Guardia Urbana como de Mossos también lo confirma el trabajador de otro establecimiento de la calle principal del casco antiguo de la ciudad, que asegura que recientemente lo visitaron dos agentes de los Mossos para preguntar si estaban tranquilos o si habían sufrido algún incidente relacionado con la seguridad.

Por otra parte, un comerciante de la plaza del Fòrumexplica que «ahora parece que estos jóvenes ya no están asentados aquí en el barrio, pero van haciendo ruta por varias partes de Tarragona». En este sentido, asegura que ha crecido la inseguridad, a la vez que el control policial desde que desplegaron el Plan Integral de Seguridad. Lamenta también las peleas que se han producido las últimas semanas y se pregunta de dónde sacan dinero para ir todo el día con los patinetes, «que después les dejan aparcados donde no toca».

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