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La militancia de En Comú y Podem Tarragona acepta estudiar la ampliación del gobierno con la CUP

Las bases ratifican el veto a Junts y la coalición amenaza con dejar al ejecutivo si ERC reanuda las negociaciones con Nadal

Plano general de la asamblea de En Comú Podem Tarragona.

Tarragona En Comú i Podem Tarragona acuerdan negociar con ERC y la CUP una ampliación del gobierno municipalACN

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La militancia de Catalunya En Comúy de Podem en la ciudad confirmaron ayer el veto a Junts per Tarragona sobre la hipotética incorporación del grupo liderado por Dídac Nadal al gobierno municipal. En las respectivas asambleas, celebradas en el Totem Cafè de la Rambla Vella, las bases de los partidos progresistas también decidieron que se tendrá que estudiar el acuerdo programático al que han llegado ERC y la CUP para esta ampliación del ejecutivo y que, una vez analizado y negociado, tendrá que ser aceptado por la militancia. Las asambleas establecieron, además, una línea roja a ERC en el sentido que, si los republicanos reanudan las negociaciones para la entrada de Junts, ECP entenderá que el acuerdo de gobernabilidad de 2019 se ha roto y amenazan con dejar el gobierno de la plaza de la Font. Horas antes de conocer los resultados de estas asambleas, Nadal hizo oficial que, por varias discrepancias con la hoja de ruta acordada entre ERC y la CUP, su grupo no se incorporará al ejecutivo.

«Se ratifican los acuerdos tomados por las direcciones de Tarragona En Común y de Podem que han rechazado la ampliación de gobierno hacia la derecha con Junts per Tarragona», anunciaba la portavoz del grupo municipal de ECP, Carla Aguilar, al finalizar las dos asambleas. En estas, la militancia también acordó «comunicar formalmente a ERC que, si se iniciaran nuevas negociaciones con Junts con el objetivo de incluirlos en el gobierno, romperían ellos unilateralmente el acuerdo de gobierno firmado con nosotros en el 2019 y lo dejarían sin efecto», según sostuvo Aguilar. Una línea roja todavía más estricta, que, si ERC traspasara, supondría la marcha de ECP del ejecutivo. Finalmente, también se decidió que se negociará la opción de ampliar el gobierno «por la izquierda» y que se analizará el acuerdo programático al que han llegado ERC y la CUP. En todo caso, cualquier decisión al respecto tendrá que ser refrendada también por las bases de ambas formaciones.

Sobre la posibilidad de que las dos concejalas cupaires, Eva Miguel e Inés Solé, adquirieran algunas de las carteras que actualmente tienen los ediles de ECP en caso de entrar en gobierno, Aguilar señaló que «no hemos establecido ninguna línea roja en esta cuestión, pero valoramos mucho las áreas que llevamos y todas se han dedicado a la parte social y nos han permitido tener una incidencia sobre la ciudad que es muy valiosa para nosotros».

Por su parte, Nadal hizo oficial ayer que finalmente Junts no entrará a formar parte del gobierno y quiso quitar hierro al asunto. «No se ha roto absolutamente nada, no estábamos en el gobierno y seguiremos sin estar», decía Nadal, que señalaba que este paso al lado tiene que ver con el «imaginario político de unos y otros que, hoy por hoy, cuesta encajar». En este sentido, decía que «se ha establecido una agenda política para los próximos dos años que, cuando se ha puesto sobre la mesa, hemos considerado que no podíamos incidir en algunas de las materias y hemos entendido que lo que sería más honesto es no entrar en gobierno y continuar en la misma situación, la de dar apoyo al alcalde Pau Ricomà y seguir trabajando para mejorar esta ciudad». Nadal explicaba que hay una quincena de materias en las que «no ha habido una discrepancia total», pero no ha gustado el «enfoque» que se les daba. Entre estas destacó las áreas de limpieza, agua, políticas de servicios sociales y comercio. Además, el edil de Junts fue muy claro en que este cambio de guion no tiene nada que ver con cuestiones urbanísticas.

Por otra parte, se mostró molesto con la asamblea que horas más tarde celebraron Catalunya En Comúy Podemopara ratificar con la militancia el veto a Junts. «Creo que En ComúPodemno tendría que mencionar el nombre de Junts per Tarragona en su asamblea, ya que, si no hay ninguna propuesta, no puede haber ningún veto», decía Nadal. En este sentido, lamentaba que «aquí se empezó a ser beligerante cuando desde Barcelona se dijo que no», en referencia a la línea roja de ECP con su grupo municipal, y se mostró decepcionado con el hecho que «las políticas locales vienen muydeterminadas por los partidos y eso es lo que más me angustia, pensar que una ciudad como la nuestra puede estar más en manos de los partidos que de las personas». Por eso, aseguró que «cada día pienso en dejar la política» y defendió también que el grupo municipal que lidera «no ha recibido ninguna presión, ni por parte de Junts ni por parte del PDeCAT». Hay que recordar que ninguno de los tres concejales de Junts per Tarragona está afiliado a ningún partido político. Por su parte, Aguilar defendió que el veto ha sido una decisión que se ha tomado a nivel municipal y negó cualquier presión por parte de las direcciones.

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