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Un edificio del barrio de Torreforta de Tarragona convertido en 'palomar' levanta quejas de vecinos y animalistas

Una malla en el número 12 de la calle Prades de Torreforta ha dejado centenares de palomas atrapadas, unas 50 de las cuales han muerto

Inés Draaijer señala el agujero abierto a la malla

Un edificio del barrio de Torreforta de Tarragona convertido en 'palomar' levanta quejas de vecinos y animalistasOlívia Molet

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Un palomaren un edificio abandonado al número 12 de la calle Prades de Torreforta ha levantado quejas entre vecinos de la zona y animalistas de la ciudad. El primero y el segundo piso del inmueble, un antiguo cine que hace casi 50 años se convirtió en un almacén, han acumulado una población de palomas cada vez mayor. La problemática ha ido en aumento las últimas semanas, a causa de la colocación de una malla a cargo de los propietarios que rodea la fachada. La tela provocó que las aves quedaran atrapadas en el interior y murieran en muchos casos a la hora de intentar salir, además de una acumulación de excrementos que puso en alerta a los vecinos, ya que el número de moscas se multiplicaron y los malos olores crecieron.

Después de una ligera intervención por parte de la brigada el Ayuntamiento, que levantó un trozo de la parte inferior de la malla, los vecinos decidieron poner remedio por su cuenta, abriendo un agujero. La problemática podría alargarse todavía más, ya que a raíz de la situación, las entidades animalistas Nova Eucària y Mis Amigas Las Palomas han presentado una denuncia, ya que creen que la gestión se ha hecho sin tener en cuenta los derechos de los animales.

Los últimos días han sido movidos en torno a las dos plantas superiores abandonadas del inmueble al número 12 de la calle Prades de Torreforta. «El pasado miércoles 28 de abril una amiga del barrio me avisó de que la malla que tapa el edificio estaba llena de casi medio centenar de palomas muertasy de otros que se amontonaban encima», explicaba Inés Draaijer. El animalista recordaba que «las palomas intentaban salir y quedaban atrapados, y acababan muriendo, era muy grave». A partir de aquí, se sucedieron varias llamadas con la administración. En primer lugar, el Ayuntamiento derivó Draaijer en el Teléfono Verde, pero ya era demasiado tarde y no estaba operativo. El animalista y algún vecino intentaron contactar más tarde y varias veces con el 112, pero ni la Guardia Urbana ni los Bomberos se presentaron, tal como se le había dicho.

«Al día siguiente había todavía más palomas muertas acumuladas, llamamos de nuevo en el 112 y no apareció nadie, y el Ayuntamiento dijo que enviaría a una brigada de limpieza», según explicaba Draaijer. Y así fue, tal como constata el animalista: «Vinieron dos operarios con una escalera y abrieron la malla por debajo. Todas las palomas muertas acumuladas se cayeron al suelo y los que estaban agonizando murieron poco después». «Dentro quedaron muchos polluelos en que habían quedado huérfanos, y preguntamos si nos podían abrir para irlos a buscar y llevarlos a santuarios de animales o protectoras», explicaba Draaijer. Pero eso no se pudo hacer, de la misma manera que los operarios del Ayuntamiento no abrieron un agujero mayor en la reja para facilitar la salida de las palomas atrapadas todavía vivas.

Ante la negativa del consistorio, los vecinos y las entidades animalistas han intentado solucionar la situación por su cuenta. Por una parte, el pasado viernes «unos vecinos, de forma anónima, subieron con una escalera muy larga e hicieron un agujero en la malla», según Draaijer. Las gestiones han visto dificultad añadida, ya que ha sido imposible ponerse en contacto con el propietario del edificio. Los días posteriores, el animalista explicaba que se había puesto en contacto de nuevo con el Ayuntamiento, pero «decían que con la actuación de la brigada ya era suficiente». En más, Draaijer lamentaba que la consellera de Bienestar Animal «ni se ha pronunciado, ni hemos podido contactar con ella». Por otra parte, Nova Eucària y Mis Amigas Las Palomas presentaron denuncias el sábado. Las entidades animalistas denuncian que el procedimiento no ha sido correcto, tal como defendía Draaijer: «Queremos un informe de todas las especies que había, ya que quizás había aves protegidas e incurrirían en un delito contra la fauna salvaje. Retiraron los cadáveres y los pusieron en un camión directamente».

Varias palomas muertas acumuladas la semana pasada.

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