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La presión vecinal consigue que se marchen los ocupas del chalet de Boscos

A principios de marzo Ematsa cortó el agua, Endesa la luz y los Servicios Sociales mantuvieron dos encuentros con la familia, que después desapareció

La vivienda, ocupada ilegalmente durante el último mes, ha sido tapiada por parte de Solvia.

La presión vecinal consigue que se marchen los ocupas del chalet de BoscosGerard Martí

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A mediados del mes de marzo, los ocupas que durante unas semanas preocuparon gravemente a los vecinos de Boscos de Tarragona, se marcharon del chalet de la calle del Falciot en el cual se habían instalado ilegalmente. Los cortes de suministro de agua y luz por parte de las empresas correspondientes y la mediación del Instituto Municipal de Servicios Sociales (IMSS) de Tarragona acabaron provocando que la familia –una pareja con dos niños– se marchara. Hay que destacar, y así lo defienden los residentes de la urbanización, que estas acciones se produjeron después de que el vecindario se uniera para clamar contra la inseguridad en una manifestación que reunió en torno a 200 personas delante de la vivienda.

El 22 de febrero, Diari Més adelantaba el estado de miedo y preocupación que se vivía en Boscos a raíz de la ocupación ilegal del chalet del número 3 de la calle del Falciot. La principal angustia de los residentes era que aquel episodio provocara un efecto llamada, hecho que consideraban bastante probable en vistas que los cuerpos de seguridad no podían echarles. Lamentaban entoncesque la ley amparaba a los ocupas. El sábado de aquella misma semana, el día 27, llevaron a cabo el acto de protesta. Y a partir de aquí, buenas noticias para los vecinos del barrio. Según explica un residente de la zona, el día 2 de marzo los operarios de Ematsa acudieron al domicilio para cortar el suministro de agua, ya que, según fuentes de la compañía, habían detectado una conexión fraudulenta. «Aquí la situación dio un giro importante, ya que vemos que la Guardia Urbana y los Mossos d'Esquadra pasaban constantemente, incluso alguna vez vinieron los técnicos de servicios sociales, e intentaban hablar con los ocupas», relata el vecino. Señala que en una de estas visitas pudieron comprobar que tenían la luz pinchada y que había un considerable riesgo de que el cuadro eléctrico se acabara incendiando, motivo por el cual Endesa cortó el suministro el día 9.

Según fuentes del consistorio, el IMSS se reunió hasta en dos ocasiones con la pareja que se había instalado ilegalmente en la vivienda y en un tercer encuentro organizado, estos ya no aparecieron. En este sentido, el vecino explica que los técnicos redactaron un expediente de la situación y lo hicieron llegar en el área de Infancia del Departamentde Treball, Asuntos Sociales y Familia de la Generalitat, ya que había dos menores que no vivían en condiciones adecuadas, sin agua ni luz. Parece que habría sido esta advertencia de una posible retirada de la custodia el que habría decidido a los ocupas a marcharse del chalet. En este sentido, el residente de la zona próxima recuerda que el día 12 de marzo observó cómo cargaban todo lo que tenían en el interior de la vivienda en una furgoneta y se marchaban. Después de eso, sostiene que el día 17, acompañados por los Mossos, los operarios de Solvia acudieron a la vivienda y lo tapiaron con la colocación de rejas en la puerta y las ventanas. Añade, además, que ayer ya vio que un trabajador de la entidad mostraba la casa a una pareja que probablemente tienen la intención de comprarla.

A pesar de la preocupación y el miedo de los vecinos de Boscos, los ocupas nunca llegaron a producir graves episodios de inseguridad y conflictos, más allá del hecho de que, al cabo de poco de haberse instalado al 3 de la calle del Falciot, su perro, de raza peligrosa y sin bozal, mordió en la pierna a una vecina, que tuvo que ser trasladada al hospital. Según parece, también se produjeron otras situaciones de tensión, pero la angustia de los residentes de la urbanización iba enfocada a la impunidad que podían tener los ocupas ante la ley y a la posibilidad de que eso acabara provocando más ocupaciones ilegales en la zona, donde muchas de las viviendas están de segunda residencia.

En todo caso, el problema ya se ha solucionado y los vecinos están muy contentos del resultado. «Al final sólo han estado un mes aquí y, aunque al principio notamos mucha pasividad por parte de la ley, después de la manifestación se vio un cambio de actitud, con una mayor presencia de la Guardia Urbana y los Mossos d'Esquadra en la zona y una mayor conciencia de la situación de las partes implicadas», explica el vecino próximo al domicilio de la calle del Falciot, que agradece al grupo de relaciones con la ciudadanía de la Guardia Urbana de Tarragona haber sido «quien más ha ayudado para que se solucionara esta problemática».

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