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La URV estudia la violencia que sufre el colectivo LGTBIQ+ en los centros universitarios

Un 60% de las personas sufren o conocen situaciones de este tipo pero no siempre llegan a las comisiones de igualdad

El Campus Catalunya de la URV durante el primer día del curso 2020-2021.

La URV estudia la violencia que sufre el colectivo LGTBIQ+ en los centros universitariosACN

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Un grupo investigador del Departamento de Pedagogía de la UniversitatRovira iVirgili(URV) estudia por primera vez en el estado español la violencia que sufre el colectivo LGTBIQ+ en los centros de educación superior a partir del estudio de seis universidades catalanas. Los resultados de la investigación corroboran que aunque un 60% de las personas han sufrido alguna vez una situación de violencia o conocen a una persona afectada, esta realidad no siempre llega a las comisiones de igualdad. Según los autores del estudio, en parte eso se debe a la falta de conocimiento sobre los mecanismos de denuncia y las políticas institucionales que hay para prevenir casos de violencia contra el colectivo LGTBIQ+ o intervenir.

Los centros de educación superior no están exentos de episodios de violencia física, psicológica o verbal, o de situaciones que obligan a la víctima a abandonar los estudios para evitar los ataques recibidos con motivo de su orientación sexual, identidad o expresión de género.

El objetivo del estudio Uni4Freedom, que ha recibido la financiación de Recercaixa, es mejorar la calidad de vida de universitarios gais, lesbianas, bisexuales, transgénero, queer e intersexuales y romper el silencio. A la vez, el trabajo también ha servido para aportar pautas que mejoren los protocolos de los centros para luchar contra la discriminación.

El grupo investigador, formado, entre otros, por Oriol Ríos, Carme Garcia, Aitor Gómez, Regina Gairal y Elena Gallardo, del Departamento de Pedagogía de la URV, hizo un análisis cualitativo de las respuestas derivadas de diferentes entrevistas a colectivos de profesorado, personal de administración y servicios, responsables de las unidades de igualdad y estudiantes de seis universidades catalanas: Universitat Rovira iVirgili,Universitatde Barcelona, Universitatde Girona, Universitat Ramon Llull, Universitat de Lleida y Universitat de Vic.

Este análisis complementaba el estudio cuantitativo que previamente ya se había hecho a casi 600 alumnos de estos centros. A través de estos contactos conocieron cuál es la percepción de la violencia y la discriminación, qué medidas están previstas desde las instituciones y qué acciones se llevan a cabo contra la violencia. El trabajo también aporta conocimiento sobre actuaciones internacionales que han generado un impacto positivo en la prevención y el descenso de la violencia hacia las personas LGTBIQ+ en el ámbito de la educación superior.

Para hacer el estudio, el grupo investigador ha utilizado una metodología comunicativa, «que más allá de ver las barreras institucionales o las que pone la misma violencia que dificulta la vida universitaria, se basa en una dimensión transformadora de la situación, que define qué actuaciones o prácticas pueden contribuir a superar esta violencia», explica Oriol Ríos, uno de los investigadores del proyecto.

A partir de los resultados de la investigación, el trabajo aporta una serie de recomendaciones para mejorar los protocolos contra esta violencia en las universidades. Por ejemplo, mejorar la formación de la comunidad universitaria en temas de discriminación y violencia por cuestiones de género o identidad sexual, «pero tiene que ser una formación de calidad basada en evidencias científicas y en actuaciones que hayan obtenido éxito», aclara Ríos.

El investigador también destaca la importancia de fomentar el compromiso de las personas que son testigos de esta violencia para denunciar las situaciones que observen. «Es un aspecto que las universidades pueden potenciar, haciendo difusión desde las unidades de igualdad e informante sobre cuáles son los mecanismos para poder denunciarlas. Hace falta que haya un clima de normalización de la denuncia, que las personas sientan que tienen apoyo en estas situaciones», explica Ríos.

El investigador apunta la necesidad de romper con el silencio y con la idea de que la existencia y la denuncia de estos casos desprestigian la reputación de las universidades cuando -matiza Ríos- es justamente al contrario. «El hecho de silenciar una problemática desprestigia la institución. En cambio, tener casos de denuncias es positivo porque quiere decir que se están haciendo las cosas bien. Este es un elemento clave para la transformación», concluye.

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