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Crisis Económica

Profesionales de los hogares de jubilados de Tarragona acumulan once meses sin trabajar

Dos peluqueras reclaman que los centros abran puntualmente para prestar sus servicios con todas las medidas de seguridad contra la covid-19

Imagen del hogar municipal de gente mayor de La Granja, cerrada desde el mes de marzo de 2020.

Profesionales de los hogares de jubilados acumulan once meses sin trabajar

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Algunas trabajadoras de los hogares municipales de personas mayores de Tarragona reclaman que estas puedan abrir al menos para poder prestar sus servicios. Los 14 hogares de jubilados de la ciudad están cerrados desde que empezó la pandemia, ya que su público es de riesgo delante de la covid-19. En este sentido, el Ayuntamiento todavía no se plantea la reapertura de estos centros. No obstante, diferentes trabajadoras de los hogares, como por ejemplo las peluqueras, que llevan desde marzo de 2020 sin trabajar, defienden que se podrían abrir puntualmente para atender a su clientela. Aseguran que las personas mayores van igualmente a la peluquería y están convencidas de que, siguiendo un protocolo estricto, podrían prestar su servicio sin comprometer la salud de las personas mayores.

Núria Reseco es una de las peluqueras que sufre esta situación. Trabajaba en el hogar municipal de personas mayores del barrio de la Granja y denuncia que «nos han dejado con una mano en frente y una detrás». Reseco, que es autónoma y tiene la trabajadora que lo ayudaba en el centro a l'ERTO, lamenta que prácticamente no ha tenido ningún ingreso durante 11 meses, más allá de algún trabajo a domicilio, con la que recuerda que «no me gano la vida, y suerte de mi marido que sí que puede trabajar».

La peluquera, que asegura que hay hogares de jubilados de otros municipios que sí que están abiertas, critica que las peluquerías estén abiertas, «ya que son consideradas un servicio esencial», pero que en cambio el Ayuntamiento de Tarragona no le permita trabajar. ¿«Podemos seguir un protocolo con cita previa y manteniendo distancias, podemos atender a nuestros clientes con total seguridad, como hace cualquier otro negocio, por qué no me dejan trabajar?», se pregunta, indignada, Reseco.

También es el caso de Rosa Maria Trujillo, peluquera en el hogar municipal de personas mayores de Bonavista, que lamenta que «ya no sabemos que hacer para que nos dejen abrir y trabajar». Explica que también lleva once meses sin trabajar, «y sin embargo sigo pagando como autónoma y al gestor, es decir, los mismos gastos pero sin ingresos». Trujillo también considera que, «si los jubilados siguen yendo a la peluquería aunque los hogares están cerrados, por qué no podemos abrir nosotros, que además los hacemos un precio más económico»?. «Desde el Ayuntamiento no piensan en nosotros, no nos tienen en cuenta», lamenta finalmente la peluquera. También explica su situación otra trabajadora de los hogares de jubilados municipales de Tarragona que prefiere mantenerse en el anonimato. Forma parte del sector de la estética y trabaja en diferentes centros de barrios de la ciudad.

De la misma manera que las dos peluqueras, lamenta que hay negocios que hacen el mismo trabajo que ella y están abiertos. Además, asegura que «los hogares de jubilados de Cambrils y la de Reus, que es de la Generalitat, no están cerrados, pero las de Tarragona sí. ¿Por qué»?, se pregunta la profesional, que comenta que vive sola con su hijo, que estudia a la universidad, y que, por lo tanto, los suyos son los únicos ingresos que entran a casa. «He hecho algún trabajo a domicilio, pero con eso no tenemos bastante para vivir», dice.

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