Diari Més

Solidaridad

Las ventas de la ONCE cayeron más de un 30% durante el 2020 por la covid-19

Según la directora de la entidad en Tarragona, Raquel Saavedra, en junio la reducción era en un 45%, sin embargo «gracias al esfuerzo de los vendedores lo recuperamos»

Imagen del punto de venta de la Rambla Nova con Comte de Rius, con Josep Lluís atendiendo a un cliente por la mañana de ayer el jueves.

Las ventas del ONCE cayeron más de un 30% durante el 2020 por|para la covid-19Gerard Martí

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La venta de cupones y lotería por parte de la Organización Nacional de Ciegos Españoles (ONCE) se vio reducida en un 31,4% durante el 2020 con respecto a las cifras de 2019 a causa de la pandemia de la covid-19. Diferentes factores, entre los cuales destacan la reducción de movilidad por parte de la gente y las restricciones comerciales y de la hostelería, son los que provocaron la fuerte disminución de clientes. Además, la directora de la institución en Tarragona, Raquel Saavedra, apunta que esta caída era del 45% en el mes de junio, justo después del confinamiento total, pero celebra que «gracias al esfuerzo de los vendedores se pudo rebajar a casi el 30%».

Saavedra señala que «no se puede olvidar de que la ONCE somos una entidad que prestamos un servicio a nuestros afiliados y, como en cualquier empresa, una caída de las ventas pone en peligro poder seguir prestando estos servicios, pero a pesar de todo nosotros los hemos podido mantener», defiende la directora de la organización, que recuerda que en Tarragona tienen 172 vendedores y otro personal y en Cataluña son en total 7.000 trabajadores. Saavedra lamenta que en el 2021 ha empezado igual de mal que fue en el 2020. «Llevamos pocos días de enero, pero la caída se mantiene. Sin embargo, tenemos la esperanza de que con la ayuda de la sociedad, la solidaridad de las personas de la calle, podamos seguir prestando nuestros servicios a los afiliados», desea a la directora, que remarcaba que «en tiempo de pandemia hemos estado al lado de nuestros trabajadores y los hemos proporcionado todos los elementos de protección contra la covid-19 necesarios».

Saavedra comenta también que esta caída de las ventas ha sido general, es decir, que el comportamiento ha sido similar a toda España. Con relación a la posibilidad de que los quioscos más céntricos hayan sufrido menos esta reducción de ingresos, la directora de la entidad en el territorio explica que no tiene por qué. Por eso, pone el ejemplo que muchos de estos puntos de venta están cerca de zonas muy comerciales y este es precisamente un sector que se ha visto muy tocado por la pandemia. Además, señala también que hay muchos establecimientos que también venden los productos del ONCE, como cafeterías y comercios, los cuales han sufrido muchas restricciones y también han notado una bajada de las ventas. Al respecto, apunta que los quioscos repartidos por las ciudades disponen de un estudio previo para decidir su ubicación, en lo que se tiene en cuenta principalmente la afluencia de personas.

Finalmente, Saavedra quiere hacer un llamamiento que «la gente, que ya ha sido muy solidaria, siga adquiriendo nuestros productos porque nuestra finalidad no es otra que seguir prestando los servicios a los afiliados».

Àngel Fibla, vendedor de la ONCE en el quiosco de la plaza Imperial Tarraco, delante del Hotel SB Ciutat de Tarragona, aseguraba también que ha notado una caída de entre el 30 y el 40% de las ventas desde que estalló la crisis sanitaria, el pasado mes de marzo. «Y tanto que se ha notado, ya que la gente ha salido menos de casa durante estos meses», explicaba Pica, que también lo relacionaba con la crisis económica derivada de la pandemia. En este sentido, señalaba que, si antes de la llegada de la covid-19 podía tener una media de entre 40 y 50 personas, ahora esta se ha reducido a una treintena de clientes.

Por otra parte, Josep Lluís, vendedor de la ONCE del quiosco que ha situado en la esquina de la Rambla Nova con la calle Comte de Rius, explicaba también que ha notado una disminución de las ventas. «Con todo lo que está pasando ahora mismo es normal, con la poca movilidad de la gente en la calle, que muchos ya no salen, y además hasta las 19 horas de la tarde se ve poco movimiento, cuando ya queda poco porque cerramos», señalaba el vendedor de la entidad, que calcula una caída de los alrededores del 40% de los clientes.

De la misma manera, el trabajador de laONCE que vende cupones en el quiosco de la calle Canyelles y que prefiere mantenerse en el anonimato reconoce también que «ha disminuido mucho». «Se ve menos gente por la calle y si antes de la pandemia podía tener alrededor de 50 clientes cada día ahora quizás sólo tengo 25 o 30, aproximadamente».

Un poco más abajo, en el quiosco de plaza Corsini, Manuel Jesús Castro explicaba que en agosto dejó de vender cupones en la avenida Catalunya para trasladarse al punto más céntrico. «Tengo la sensación que aquí hay unpoco más de actividad porque es una zona en pleno centro de Tarragona», señalaba Castro, que no quería arriesgarse a hacer una estimación de la caída de clientes. «No te sabría decir, pero por lo que he hablado con otros compañeros parece que se está manteniendo bastante y que la gente sigue aportando su granito de arena a la institución», comentaba el vendedor. Señalaba también que «en los tiempos de crisis acostumbra a pasar que la gente tiene más ganas que les toque un premio, evidentemente, ya que las circunstancias económicas son las que son».

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