La dualidad del sistema, así como la convocatoria escalonada de los estudiantes en las pruebas, ha permitido minimizar la cantidad de personas que se pueden encontrar simultáneamente en los campus y garantizar la seguridad sanitaria de la comunidad universitaria. Aunque el Procicat ha ratificado que los estudiantes universitarios pueden hacer todas las pruebas presenciales, la rectora, María José Figueras, recomendó a la comunidad docente que, cuando fuera posible, los exámenes se hicieran de forma virtual.
La URV ha destacado que en todos los exámenes presenciales se ha respetado el límite de ocupación del aula del 30%, la ventilación del espacio y la distancia de seguridad entre estudiantes en sus asientos, así como la obligatoriedad de llevar mascarilla, de desinfección de las manos y de quedarse en silencio para minimizar la difusión de aerosoles. En la facultad de Medicina y Ciencias de la Salud, que ha mantenido todos los exámenes de grado de forma presenciales, se tiene que llevar obligatoriamente mascarilla quirúrgica o FPP2. Además, los códigos QR que utiliza la universidad para saber quién hay dentro de cada aula sin tener que pasar lista se han colocado en los asientos para evitar aglomeraciones en las puertas.
Los estudiantes que se han visto afectados por la covid-19 y situaciones de confinamiento han podido posponer su evaluación a las fechas de la segunda convocatoria, pero sin perder el derecho a las dos convocatorias.