Un total de 14 patinetes eléctricos estuvieron implicados en accidentes en Tarragona el 2020

Un total de 14 usuarios de patinetes eléctricos se vieron implicados en un accidente en la ciudad de Tarragona durante el 2020. Una cifra que llama la atención si, además, se compara con las del 2019, cuándo tan sólo hubo cuatro colisiones en las cuales formaron parte estos vehículos de movilidad personal (VMP).

Según datos de la Guardia Urbana de Tarragona, durante el 2020 ha habido un total de 35 accidentes con patinetes eléctricos, bicicletas y monopatines implicados (14, 20 y uno, respectivamente), mientras que durante el 2019 hubo sólo 19: cuatro con patinetes eléctricos afectados y 15 en bicicletas implicadas. Fuentes del consistorio destacan, sin embargo, que en los accidentes del año pasado sólo hubo dos que resultaran con heridos graves, mientras que el resto sólo provocaron daños materiales o heridos leves. Además, remarcan que estos accidentes pueden haber estado con otras bicicletas o patinetes, con peatones o con coches o motos.

De hecho, este año ya se ha producido un accidente. Tal como adelantó ayer DiariMés, el pasado viernes un coche chocó contra una usuaria de patinete eléctrico en el barrio de la Granja. Los hechos tuvieron lugar hacia las 20.20 horas en el cruce de las calles Vilallonga del Camp y Deltebre, cuando la persona que conducía el patinete irrumpió en la calzada por el paso de peatones, de manera que el conductor del turismo no pudo evitar la colisión. El SEM trasladó a la víctima al Hospital Joan XXIII con un pronóstico menos leve.

Las cifras de accidentes con patinetes eléctricos implicados en el 2020 son más del triple que las de 2019, un hecho que se podría relacionar a un aumento de usuarios de estos VMP. Un aumento que se podría acentuar todavía más en Tarragona en las próximas semanas, ya que hay tres empresas de patinetes eléctricos de alquiler que está a punto de desplegar una flota de 500 vehículos cada una, lo que comportará la presencia de 1.500 patinetes eléctricos de alquiler compartido por las calles de la ciudad. Hoy por hoy, las compañías están instalando los aparcamientos, los cuales también servirán para bicicletas y patinetes privados, ya que era una de las condiciones del Ayuntamiento de Tarragona para permitir que pudieran operar en la ciudad.

Con el fin de garantizar que la llegada de estos patinetes eléctricos fuera ordenada, así como el posterior uso que harán los tarraconenses, el gobierno de ERC y En ComúPodemen el consistorio llevaron a término una modificación de la Ordenanza General de Convivencia y Uso de los Espacios Públicos que, además de limitar la velocidad de los coches y motos a 30 km/h en la mayoría de calles, también contempla una serie de normas y condiciones que tienen que seguirlos usuarios de patinetes eléctricos. En primer lugar, serán sólo los mayores de 16 años los que podrán hacer uso de los VMP. En la ordenanza se puede leer que se entiende por vehículo de movilidad personal «aquellos vehículos que, dotados de unas o más ruedas, disponen de una única plaza para el conductor y se propulsan en exclusiva por motores eléctricos, que proporcionan una velocidad máxima por diseño entre 6 y 25 km/h. Pueden estar dotados de asiento siempre que dispongan de un sistema de auto equilibrio. No necesitan autorización administrativa ni seguro para circular».

La modificación de la ordenanza, que entró en vigor en septiembre, contempla que los patinetes tienen que circular por la calzada y no por la acera, y sólo excepcionalmente pueden hacerlo por calles para peatones cuando la afluencia sea baja, sin superar los 6 km/h y a 1,5 metros de distancia de la fachada. También tienen que llevar frenos, timbre y elementos reflectantes para circular de noche. El uso del casco es una recomendación, ya que la normativa general de tráfico no lo obliga, y tampoco se puede utilizar el móvil ni auriculares, prohibido llevar pasajeros, dejar el manillar con las dos manos, ni circular haciendo zigzag entre vehículos en marcha o entre personas, tampoco se puede cargar los VMP con objetos que dificulten las maniobras o reduzcan la visión, ni circular bajo los efectos de drogas o alcohol.