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Críticas por celebrar en Barcelona la declaración de Patrimonio Mundial

El acto institucional tuvo lugar en el Palau de la Generalitat y estuvo presidido por la consellera de Cultura, Àngels Ponsa

El Palau de la Generalitat acogió el acto institucional presidido por la consellera Àngels Ponsa.

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El alcalde de Tarragona, Pau Ricomà, asistió ayer miércoles al acto institucional de conmemoración del vigésimo aniversario de la declaración del conjunto romano de Tarraco como Patrimonio Mundial, celebrado en el Palau de la Generalitat. Tarragona compartió la celebración con la alcaldesa de la Vall de Boí, Sònia Bruguera, ya que el arte románico de esta región pirenaica también consiguió la declaración en la asamblea celebrada en la ciudad australiana de Cairns el año 2000. En el transcurso del acto participaron Ramon Ten, quien era Jefe del Servicio de Arqueología y Paleontología de la Generalitat, y Jordi Tresserres, vicepresidente de Icomos.

La celebración del acto institucional en Barcelona fue cuestionado por formaciones políticas como el PSC y Ciutadans, mientras que la Reial Societat Arqueològica Tarraconense dijo que se tendría que haber hecho en Tarragona.

Ricomà destacó en su intervención el hecho de que Tarragona comparte la declaración de la Unesco con Altafulla, Roda de Berà y Constantí, «poblaciones que tienen piezas clave para identificar el nivel que tuvo Tarraco y sus alrededores». La declaración de la Unesco «supuso una inyección de autoestima y el reconocimiento que recibimos fue una oportunidad para desarrollar en la ciudad una industria cultural y el inicio de Tarraco Viva». Ricomà recordó que el año 2000 «se creó el InstitutCatalàd'Arqueologia Clàssica», con sede en Tarragona, y que las aulas de la URV «nos han proporcionado grandes arqueólogos». Por otra parte, el alcalde se refirió al legado romano no solamente enTarragona, sino en el conjunto del territorio de Cataluña. «Dejaron la base de nuestra civilización, la lengua, que proviene del latín, y el Derecho Romano».

Por su parte, la consellera Àngels Ponsa «agradeció el trabajo de la gente del patrimonio» y dijo que los restos que se conservan «hablan de cómo eran las sociedades de Tarraco y de la Vall de Boí».

Floria: «Es un horror»

Begoña Floria, concejala del PSC del Ayuntamiento de Tarragona y responsable de Patrimonio en el anterior gobierno municipal, lamentó el hecho de que el acto institucional del vigésimo aniversario se haya hecho en la capital catalana. «Es un horror», dijo, para añadir que «es un mal síntoma porque perdemos liderazgo». Floria recordó que el acto del décimo aniversario «lo hicimos en Tarragona». La concejala socialista remarcó que «lo peor es que el alcalde Pau Ricomà no se ha quejado del centralismo barcelonés». Floria apuntó que el acto institucional «se habría podido hacer por la mañana en Tarragona y, por la tarde, en la Vall de Boí». «No hay excusa porque el nuestro es un país pequeño: también me sabe mal por la Vall de Boí», subrayó.

Por su parte, el portavoz del grupo municipal de Ciutadans, Rubén Viñuales, se refirió a «la falta de acción y liderazgo para poner nuestra ciudad en el lugar que se merece, tanto del actual equipo de gobierno como del anterior». «Mientras los gobernantes de Tarragona no reivindiquen el papel que le corresponde, esta ciudad será de segunda», subrayó Viñuales.

El presidente de la Reial Societat Arqueològica Tarraconense, Joan Vianney Arbeloa, declaró que «nos habría gustado que se hubiera hecho en Tarragona, pero entendemos que haya estado en Barcelona: la pandemia no ayuda». Arbeloa insistió en decir que «se habrían podido hacer dos actos, uno en Tarragona y uno en la Vall de Boí».

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