Ponsa felicita el conjunto de Tàrraco por los 20 años del reconocimiento de la UNESCO

La Generalitat se ha sumado este miércoles a las felicitaciones por el 20.º aniversario de la inscripción a la lista de Patrimonio Mundial de la UNESCO de las Iglesias románicas de la Vall de Boí y del Conjunto arqueológico de Tàrraco. La consellera de Cultura, Àngels Ponsa, ha presidido el acto institucional de conmemoración organizado por el Gobierno en el Palau de la Generalitat, durante el cual ha defendido la importancia de que Cataluña tenga «relaciones bilaterales y directas» con las organizaciones internacionales, para poder hablar al mundo directamente y sin intermediarios». En el acto ha participado también al alcalde de Tarragona, Pau Ricomà y la alcaldesa de la Vall de Boí, Sònia Bruguera, y otros alcaldes y concejales de los dos territorios.

En su intervención, la consellera Ponsa se ha felicitado de las «alianzas institucionales» entre administraciones de Cataluña, que a su entender favorecieron el éxito de ambascandidaturas. Pero también ha agradecido de forma especial la tarea de la entonces conseller de Cultura, Jordi Vilajoana, a quien ha atribuido «la idea y el liderazgo» de estas candidaturas ahora hace veinte años.

Por otro lado, la consellera cree que el éxito de la iniciativa viene a demostrar «la importancia queCatalaunyatenga relaciones bilaterales y directas» con las organizaciones internacionales. «Cataluña tiene que hablar directamente con el mundo sin intermediarios, porque defender directamente los intereses de todos los catalanes es una obligación y responsabilidad de todas las instituciones», ha reivindicado.

En un tono menos institucional, la alcaldesa del Valle de Boí, Sònia Bruguera, ha expresado que «más que unos monumentos», lo que los habitantes del valle sienten que tienen es un «sentimiento» de cotidianidad porque toda la vida gira alrededor de las iglesias. «Forman parte de nuestro día a día, desde las bodas y los bautizos, hasta los cementerios que tienen al lado, la vida gira a su alrededor», ha manifestado.

Por su parte, laaclaldede Tarragona, PauRicomà, ha apuntado la suya es una ciudad «que vive la romanidad no como un rememoración pasada si no como una presencia actual y cargada de oportunidades de futuro».Ricomàha ilustrado con varios ejemplos como la vida cotidiana convive con edificios y vestigios milenarios con normalidad.

Durante el acto institucional de reconocimiento se han proyectado varias cápsulas audiovisuales conmemorativas de ambos conjuntos monumentales. En el acto institucional ha asistido también otros alcaldes del tarraconense, regidores de estos municipios y del Valle de Boí, así como la directora del Patrimonio Cultural, ElsaÍbar, los directores de los Servicios Territoriales de Cultura en Lleida, MiquelCullerés, y a Tarragona, JordiAgràs.

El Conjunto arqueológico deTàrracocuenta 14 elementos patrimoniales, y nueve son las Iglesias románicas del Valle de Boí. Las dos candidaturas fueron presentadas ante la Unesco y aprobadas a la trigésimo cuarta sesión del Comité del Patrimonio Mundial, celebrada en Cairns, Australia, del 27 de noviembre al 2 de diciembre del 2000, y se inscribieron a la Lista de Patrimonio Mundial de la Unesco con fecha 2 de diciembre de 2000.

Deberes pendientes en Tarragona

La gestión, la conservación y la difusión de los monumentos conjunto arqueológico romano deTàrracoson los principales retos para los próximos años, segundos han manifestado recientemente alACNvarios actores vinculados a su protección.

Coinciden que el reconocimiento sirvió para poner Tarragona en el mapa, pero ha significado un reto constante en cuanto a la conservación, investigación, coordinación entre administraciones, participación ciudadana y difusión. Los actores consultados coinciden que se ha avanzado en todos los ámbitos pero de forma insuficiente. «Vamos bien, pero vamos con retraso». Este seria, a grandes rasgos, el resumen que hace de la situación actual del patrimonio romano de Tarragona el presidente de la Reial Societat Arqueològica Tarraconense (RSAT), JoanVianneyArbeloa.

Invertir más esfuerzos en la conservación del patrimonio así como dotarse de un organismo de gestión «común», que ahora no existe, aparecen como dos de los grandes retos de este conjunto patrimonial reconocido por la UNESCO hace dos décadas.