Diari Més
Mireia Tarragó

Soprano

«Ganar un premio como el del Primer Palau me podrá ayudar a abrir muchas puertas»

La tarraconense Mireia Tarragó ha ganado el Premi Catalunya Música que la emisora de Catalunya Ràdio otorga dentro del ciclo El Primer Palau

La soprano Mireia Tarragó en una imagen reciente.

«Ganar un premio como el del Primer Palau me podrá ayudar a abrir muchas puertas»Jorge Nava

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—¿Qué es El Primer Palau?

—Este es un concurso un poco especial. Normalmente, en un concurso tú vas, cantas delante de unjurado durante unos quince minutos, y te marchas. No hay público, y sí mucha sensación de competición. En cambio, en el Primer Palau das un concierto. Que dura media hora, y compartido con un músico, es un concierto, y así es como me lo planteé yo. Preparando un repertorio para un público, en el que yo me lo pasara bien y también hiciera disfrutar a la gente.

—¿Qué supone para Usted haber recibido este premio?

—El premio también es especial. En los concursos suelen dar dinero o la posibilidad de dar conciertos. Pero en este caso ganas grabar una maqueta profesional y que después hagan promoción internacional. Es un salto en la carrera que muchos músicos, que en un momento u otro, tienen que hacer por su cuenta: sacar un CD y hacer una gira de conciertos en torno a este trabajo. El premio me da esta oportunidad sin tener que pagarlo yo (suelen ser bastante dinero) y además creo que me ayudará a abrir muchas puertas.

—En el concurso presentó un repertorio lleno de compositoras y poetisas.

—Sí. Todo viene de cuando hice el trabajo de fin de master al ESMUC [Escuela Superior de Música de Cataluña]. Investigué qué conocimiento se tenía sobre las mujeres compositoras. No tanto las actuales, sino las de la misma época que los compositores de música clásica que conocemos más, y me di cuenta de que eran muy desconocidas. Había hecho un proyecto que consistía en un concierto con una pianista sobre la figura de Clara Schumann, en la que explicábamos su vida a través de canciones y cartas. Investigué también sobre otras compositoras y poetisas, que también hay, y fueron importantes. Compositores como Robert Schumann cogieron textos de mujeres para sus composiciones. Y también me fijé en la figura femenina en general como personaje principal de las historias. En el concierto del Primer Palau preparé por ejemplo Ofèlia de Richard Strauss, porque Ofèlia es también un personaje importante del Hamlet de Shakespeare. Es decir, me interesa la figura de la mujer desde diferentes aspectos.

—Empezó sus estudios musicales haciendo piano y guitarra. ¿Cuándo da el salto al canto?

—Fue sucediendo. En Piano hice muy poco, enseguida pasé a la guitarra. Y cuando tocaba escoger el segundo instrumento, no recuerdo mucho por qué, escogí canto. Este mundo lo conocía porque de pequeña cantaba en un coro. Mi padre también, y le gustaba mucho la música clásica, en casa escuchábamos. Después, el Aula de canto del Conservatorio de Tarragona tenía algo muy bueno, y es que se montaban óperas. Era un proyecto transversal que hacíamos todos los alumnos del Aula, y todo eso hizo que poco a poco fuera dejando la guitarra. Hasta que a los dieciocho años decidí ir al ESMUC a estudiar canto.

—Los padres son villa-secanos y también con vínculos muy estrechos con el mundo del canto.

—Sí, mi madre cantó muchos años con el CorSant Esteve, cuando lo dirigía Àngel Recasens. En aquella época tenía mucha proyección internacional, dieron conciertos en México, en Alemania... Mi padre estudió en el Conservatorio de Tarragona y cantó en diferentes coros, también en el CorCiutat de Tarragona, donde todavía canta.

—Ha hecho colaboraciones que salen de lo tradicional, como la del grupo de música Obeses. ¿Cómo fue?

—En su tercer disco decidieron hacer una gira con banda y coro, y yo tenía bastantes amigos que cantaban. Fui al primer concierto que dieron en el Auditorio, y aluciné. ¿Cómo podía ser que no supiera que existía algo así? Hasta que un día hubo una baja en el coro y me dijeron si quería cantar, y desde entonces he ido haciendo colaboraciones con ellos.

—La crisis sanitaria lo ha detenido todo. ¿Cómo lo está viviendo Usted?

—Es bastante duro. En marzo, cuando empezó todo, nos quedamos en shock. Venía de dos meses muy parados, enero y febrero, pero en marzo me empezaba una locura de conciertos. Colaboro con el Coro de Cambra del Palau y tenía otras cosas con ellos, además de conciertos como solista en el Festival Barcelona Obertura, en el Festival de Música Antiga de los Pirineos... Y de repente se paró todo. Estábamos en casa, en el mes de abril, y veía cómo se cancelaban cosas de julio. Intenté mantener la motivación, cada semana daba clases de canto con mi profesora, pero es muy difícil cuando sabes que no podrás volver a cantar, ni si aquel repertorio que estás estudiando se podrá hacer o no. Por suerte, tuvimos un pequeño respiro, que coincidió con el Primer Palau, y lo pudimos hacer. Pero ahora este segundo cierre ha vuelto a ser un golpe bajo. Aunque tengo proyectos, como la grabación de un CD con Carmen Santamaría sobre un compositor de Castro Urdiales, me siento un poco desmotivada.

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