Diari Més
Mireia R. Ferré.

Luthier

Emprendedores

«Hay evidencias que las mujeres han trabajado desde siempre en talleres de luthiers»

Mireia R. Ferré, la única luthier y archetier de la demarcación de Tarragona, ha ganado la 5.ª edición del programa empresarial Tarragona Open Future

La luthier al seu taller del carrer d'Orosi de Tarragona.

«Hay evidencias que las mujeres han trabajado desde siempre en talleres de luthiers»Diari Més

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—Usted es la única luthier y archetier de las comarcas tarraconenses. ¿Por qué su oficio es tan minoritario?

—Este es un oficio de raíz antigua, y el oficio va de la mano de los músicos, de la cultura. Donde hay músicos, hay música, y hay luthiers que hacen evolucionar el instrumento. En España, la cultura está dejada de la mano, y eso hace que no haya tanto movimiento de luthiers. Si vas a una ciudad de Francia, encontrarás diez o doce. Aquí no, tienes que ir a Madrid o a Barcelona. En Tarragona también se ha dejado, y es una lástima porque históricamente siempre ha sido un punto de confluencia de músicos.

—¿En quéconsiste su trabajo?

—Sdad una artesana que me dedico a construir y restaurar instrumentos y horquillas de cuerda fregada moderna. También ofrezco otros servicios, como la venta, alquiler y envío de instrumentos, y talleres formativos a todos los niveles.

—¿De donde le viene, este interés por el oficio?

—Soy una apasionada por la música, desde pequeña he tocado el violín como instrumento principal, pero también toco la guitarra y el acordeón. También me gustan mucho el canto y la danza. Y por otra parte, me apasiona la artesanía. Hace unos años me adentré en la talla de madera y me fascinó el material, construir, restaurar, la creación... Mi interés por la lutheria nace pues de la conexión de estas dos pasiones: la música y la madera.

—¿Cómo se formó?

—La única escuela pública que hay está en Bilbao, se llama Bele. Yo estudié cuatro años, y recibí formación superior en la construcción de instrumentos modernos de cuerda fregada. Después me seleccionaron para un proyecto llamado Bilbao Project, y más adelante me concedieron una beca Erasmus y me fui a Montpellier para aprender el archeteria. Me acabó contratando a un luthier y estuve trabajando con dos grandes luthiers y archetiers, Frédérich Becker y Pascal Camurat.

—¿Es un oficio rentable?

—De momento lo está siendo. Cuando empecé tenía miedo de que la gente no me conociera y tuviera su luthier de confianza, pero gracias a mi recorrido y a la confianza que he cogido trabajando, ahora puedo vivir de eso. Mis clientes son músicos en general, desde profesionales a aficionados, escuelas de música públicas y privadas, agrupaciones, orquestas y muchos estudiantes. Son clientes de la demarcación pero también tengo gente que viene desde el norte de la Comunidad Valenciana. También trabajo como archetera para tres talleres de Bilbao. Ahora mi pretensión es asistir a ferias, tanto nacionales como internacionales, y a concursos, porque eso me ayudará a extender la marca y el reconocimiento del taller.

—¿El hecho de ser una mujer es un hecho singular al oficio?

—Poco a poco se va renovando, pero como en tantos otros oficios artesanos y artísticos, las mujeres siempre han estado escondidas. No encontramos trabajos firmados por mujeres, aunque hay evidencias que, desde siempre, han trabajado en los talleres. En el caso de luthiers muy reconocidos, sabemos que hay trabajos que han sido hechos por mujeres. Pero no lo hemos tenido nunca fácil, y seguimos igual. Y más en un oficio que requiere destreza y fuerza. Muchas veces he notado que la opinión de un hombre prevalece sobre la mía y tengo que hacer muchos más esfuerzos para que se reconozca mi trabajo.

—¿Hay alternativas mecánicas, a lo que hace Usted?

—No, ahora mismo lo que hacemos nosotros no lo puede hacer una máquina. Muchas veces me vienen clientes que han comprado el instrumento en tiendas de música, que vienen montados de fábrica, y se encuentran con que son impracticables, hecho que dificulta mucho el aprendizaje, que ya es difícil de por si. Loque sí que hemos incorporado son las nuevas tecnologías, que nos ayudan por ejemplo en las mediciones de los parámetros acústicos, y por lo tanto nos permiten medir frecuencias cuando estamos construyendo un instrumento. Este camino, el de las nuevas tecnologías, está pendiente de explorar y explotar.

—Usted es de Lérida. ¿Por qué escogió nuestra ciudad para arrancar su negocio?

—Porque es un territorio con un patrimonio cultural y musical muy potente. Hay un tejido muy fuerte, orquestas prestigiosas y cuatro conservatorios: Reus, Tarragona, Tortosa y Vila-seca, todos con mucho nivel, sobre todo el de Vila-seca. Vi que no había ningún luthier y, todavía menos, archetier, lo puse todo en una balanza y me dije: ¡Hacia Tarragona!

—¿Qué ha supuesto ganar el programa de aceleración empresarial Tarragona Open Future?

—Me ha dado mucho. Mucha formación y también un gran acompañamiento. Me ha ayudado a consolidar la empresa y a promocionarme. Llegué a Tarragona con la idea de consolidar un negocio y he salido con una empresa que ya funciona y anda sola.

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