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Protesta en el Altafulla Mar Hotel por un presunto caso de LGTBIfobia

Dos trabajadoras denunciaron la discriminación por parte del encargado pero la empresa lo niega

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Una treintena de personas se manifestaron ayer al mediodía delante del Altafulla Mar Hotel por un supuesto caso de LGTBIfobia contra dos trabajadoras. Estas jóvenes son Gemma Ferré y Laura Fernández, dos manresanas que vinieron el año pasado en Altafulla para trabajar a dos de los restaurantes del complejo turístico. Explicaban que son pareja y que cuándo entraron a trabajar el encargado de personal lo sabía. «A medida que fueron pasando los días empezamos a recibir comentarios discriminatorios por nuestra orientación sexual por parte del responsable y de otros compañeros», relataba Fernández.

Las chicas aseguraban que, ante esta situación, «decidimos sentarnos a hablar con el encargado, ya que ir a trabajar así era una angustia y nos estaba afectando muchopersonalmente. Cuando nos reunimos nos dijo que estábamos despedidas». Según explican Fernández y Ferré, el motivo que la empresa dio para justificar el despido fue que «no éramos buenas trabajadoras, cuando nosotros veníamos aquí y hacíamos nuestro trabajo correctamente y, además, trabajábamos en diferentes espacios del hotel, de manera que ni nos vemos por mucho que fuéramos pareja». Además, Fernández señalaba que tenía dos años de experiencia en el sector de la hostelería y Ferré decía que había trabajado puntualmente. Tan sólo estuvieron dos semanas en el hotel.

En la protesta las dos jóvenes estuvieron acompañadas de la Acción Sindical Bages. Explicaron que todo el grupo bajaron desde Manresa hasta Altafulla para llevar a cabo la concentración. Además, lamentaban que hasta un par de ocasiones han intentado negociar con la empresa sin llegar a ningún acuerdo. En este sentido, la pareja explicaba que «se limitan a decir que lo dejan en manos de sus abogados y niegan los hechos, y es que llegar a un acuerdo significaría que aceptan que pasó y eso será muy difícil». Denunciaron al encargado en cuestión pero defendían que «como el hotel lo niega, también está dentro del saco». Contrataron a un abogado y ahora están a la espera del juicio, sin fecha a causa de la pandemia de la covid-19.

«Hay un proceso judicial»

Por su parte, desde la dirección del Altafulla Mar Hotel defendieron en Diari Més que «el conflicto está en manos de los abogados y hay un proceso judicial al respecto». Desde el complejo defendían también que «hace seis años que abrimos y tenemos más de 80 trabajadores de todas las razas y condiciones sexuales y lo respetamos al 1.000 por ciento, por eso nos sorprende mucho todo».

Finalmente, la dirección del hotel pidió que «hay que esperar que salga la sentencia antes de posicionar en esta cuestión» y explicaron que el encargado acusado de estos hechos ya no trabaja a la empresa pero por unos motivos que no tienen que ver con el conflicto.

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