Diari Més

Polémica

Indignación de entidades vecinales de Tarragona con las nuevas concesiones en las terrazas

Algunas asociaciones critican que no se tiene en cuenta el descanso de los ciudadanos permitiendo que los bares abran hasta más tarde

Critican la «incapacidad» del consistorio para solucionar los problemas de contaminación acústica.

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Las medidas decretadas por el Ayuntamiento de Tarragona para dar apoyo en el sector de la hostelería de la ciudad empiezan a crear polémica entre diferentes entidades y agrupaciones vecinales. La Asociación de Vecinos de Tarragona Centre y el colectivo Pere Martell Digne se han mostrado especialmente críticos con la decisión del consistorio de permitir que los bares y restaurantes puedan celebrar conciertos en las terrazas y que estas puedan estar abiertas una hora más que hasta ahora.

«El Ayuntamiento de Tarragona está haciendo demasiadas concesiones a un sector que es de los que menos está sufriendo la crisis del coronavirus», así de contundentes se muestran desde la Asociación de Vecinos Tarragona Centre, los cuales argumentan que «las terrazas y los interiores de los bares están siempre llenos. Cada vez quieren más y el Ayuntamiento los lo permite», en referencia al permiso que les ha otorgado el consistorio para ampliar los horarios de todas las terrazas hasta la una de la madrugada entre semana y hasta las dos los fines de semana. «Pensábamos que, con la nueva concejala, que es médico, tendrían más en consideración el ruido, que por la OMS está catalogado como una tortura», explica una portavoz del AVV TGN Centre, quién añade que «es un disparate». Desde esta entidad detallan que «es imposible descansar y estar en casa, estamos viviendo un segundo confinamiento porque no podemos abrir las ventanas por el ruido y por el humo», y aseguran que, «de hecho, tenemos que salir de casa hacia la noche porque es inaguantable el ruido que sufrimos», una situación que les preocupa, ya que ,amb el permiso para alargar los horarios y dar pequeños conciertos, previsiblemente el ruido todavía aumentará más.

Con respecto a la posibilidad de ofrecer música en directo en las terrazas, desde el AVV Tarragona Centre creen que «la música es muy agradable, pero también depende del estilo», y confían en que «cumplan con lo que propone el Ayuntamiento, que es música suave, pero ya lo veremos, porque ahora mismo no están respetando ni las distancias en las terrazas ni en el interior». Sobre este último aspecto, la asociación de vecinos aprovecha para denunciar que «a menudo, cuando tenemos que entrar en casa tenemos que pedir que nos dejen pasar y tenemos que esquivar algunas mesas». «Es una gran sorpresa que desde el Ayuntamiento no se vele por el cumplimiento de las medidas de seguridad, como son la distancia o, incluso, los horarios, ya que algunos cierran más tarde del que pueden», denuncian desde la entidad vecinal, y explican que «hay una vecina que sufre insomnio, estrés y depresión por el ruido, porque tiene que hacer teletrabajo y pasa demasiadas horas dentro de casa con mucho ruido». Por todos estos motivos y porque «las terrazas están siempre llenas, ya tienen bastantes beneficios», esta asociación de vecinos se plantea hacer una queja al Ayuntamiento, para expresar su malestar y argumentar que «no hacen falta tantas facilidades por este sector».

Quien también se ha mostrado bastante contundente con las medidas decretadas en favor del sector de la restauración ha sido el colectivo Pere Martell Digne, un movimiento vecinal que vela por «una calle sin contaminación acústica, con comercio de calidad y un parque digno». «El decreto impulsa la música en las terrazas y, aunque puede parecer una propuesta enriquecedora, actualmente la Guardia Urbana y el consistorio son incapaces de dar soluciones ante los problemas de contaminación acústica que algunos bares generan. ¿Todavía se dan más opciones en estos locales? ¿A quién hará cumplir la ley? Ahora mismo la Guardia Urbana no lo hace y la administración se excusa en su lentitud», lamentaba Lorena Holm, presidenta de la asociación.

Holm se muestra especialmente preocupada también por la ampliación de los horarios de abertura de terrazas «en detrimento del descanso de los ciudadanos». «El consistorio vende nuestra salud en la hostelería», añade. La líder del colectivo Pere Martell Digne, en más, lanza que el argumento de «ampliamos el horario para que los usuarios se dejen de concentrar en la plaza de la Font» por parte del Ayuntamiento denota «una falta de estrategia y conocimiento político. Es muy preocupante que la única solución que encuentra el consistorio sea que en toda Tarragona se extienda el problema». Defiende que lo que se tendría que haber hecho para evitar estas aglomeraciones a última hora en la plaza de la Font es unificarlo sin embargo «rebajando la hora de cierre». Finalmente, Holm quiere recordar al Ayuntamiento que «las leyes y la ciudad es del ciudadano, que para decisiones tan importantes se tienen que promover espacios de participación, convocar reuniones por distritos, etc. y, sobre todo, no limitarse a favorecer a un sector (hostalero) perjudicando a los ciudadanos. Porque, señor alcalde, a la hora de la verdad, si el hostalero incumple, no se hace nada».

Por otra parte, Manel Rovira, presidente de la AVV PartAlta, zona de la ciudad que concentra un gran número de establecimientos, defiende que el horario en que se permite dar conciertos –de 12 a 14 horas y de 19 a 21 horas– es correcto, pero sí que lamenta el hecho de que puedan abrir hasta una hora más tarde, ya que «muchos vecinos sufren molestias con el ruido, sobre todo cuando recogen la terraza, trabajo que se alarga media hora más en la establecida para cerrar».

Finalmente, Carme Puig, presidenta de la Asociación de Vecinos del Barridel Port, defiende, con un tono más equidistante, que las dos partes tienen que aportar unpoco más de empatía a la situación y tratar de respetarse mutuamente.

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