La playa Llarga, más estrecha y dejada que nunca después de los temporales

La playa Llarga de Tarragona será conocida también, desde este año, como la playa estrecha, y es que los temporales de este pasado invierno han hecho estragos, hasta el punto en que las crecidas del mar han hecho desaparecer más de la mitad de la anchura de la arena. Este hecho, que lo ha sufrido toda la playa, se acentúa sobre todo en el tramo de Cala Romana, donde de por si ya hay menos metros entre el agua del mar y la vía del tren. Ahora, en este extremo, hay una distancia de escasos 10 metros, de manera que los bañistas se tienen que colocar en fila, ya que no hay espacio suficiente para instalarse delante o detrás.

«El verano pasado había más del doble de la arena que hay ahora», lamentaba Carmelo Garcia, vecino de Tarragona y bañista habitual de la Llarga, que añadía que «es un problema principalmente los fines de semana, cuando hay más gente, y más ahora que hay que mantener la distancia de seguridad». Garcia aseguraba también que llegó a ver fotos de cómo el agua se había llevado la caseta de la Cruz Roja mar adentro. La Cruz Roja ha confirmado este hecho y ha explicado que, además, el punto de vigilancia del socorrista en este extremo de la playa se ha puesto sobre el búnker precisamente para evitar que el agua se la lleve nuevamente. Por su parte, Joan Duch, que es vecino de Cala Romana pero no acostumbra a ir a la playa Llarga afirmaba que «he alucinado mucho, vengo poco y la he encontrado muy cambiada, y añadía que «no cabrá tanta gente como otros veranos». Finalmente, Mari Pau Esteve y Sergio Moreno se mostraban también sorprendidos, ya que «al entrar por debajo del túnel del tren ya notas que la arena está mojada, cuanto antes estaba seca». Con todo esto, la valla de hierro que separa la vía del tren de la playa está en un estado deplorable. En varios tramos, la herramienta que evita que caigan piedras u otros elementos de la vía cuando pasa el tren, está caída o directamente no está. Por otra parte, algunos de los bañistas se quejaba también que la entrada de esta parte de la playa está llena de piedras y rocas, y sólo a través de una acera no muy ancha se puede acceder a la arena con total seguridad. Todo eso demuestra que, además, la Llarga es la playa más dejada de la ciudad por las administraciones competentes.

Bandera negra

En esta línea de dejadez, Ecologistas en Acción ha otorgado en la playa la bandera negra, en contraposición con las azules que se dan en las mejores playas. Según el informe anual de la organización, los ecologistas lamentan que los efectos del turismo y de las actividades empresariales que se ejercen sobre la playa Llarga están provocando que el entorno natural se adecue cada vez más a las necesidades humanas, obviando las ecológicas. Denuncian, concretamente, que con eso, sumado a los destrozos del Glòria, «los sistemas dunaressufrieron la pérdida de más de un metro de altura, y su retroceso fue tal, que algunos bungalows que estaban instalados sobre las dunas quedaron sólo a un par de metros de caer al agua». «A esta situación hay que añadir la actuación que se produjo después, cuando el camping creó un muro de contención a partir de grandes rocas y tierra, sin permiso de la administración,» critican también, lamentando que «la actuación amoldó el terreno dunar existente para la compactación del muro, destruyendo la vegetación que había sobrevivido en la parte superior, junto con lo que quedaba de duna». Ecologistas en Acción denuncia finalmente que «la falta de una regulación eficaz para la protección de estos ecosistemas favorece su destrucción».

Las duchas de las playas ya están abiertas

Las duchas y los rentapeus de las playas de Tarragona se abrieron nuevamente al público el lunes, después de que el Ayuntamiento de Tarragona decidiera prohibir su uso en la reapertura de las playas al ser un posible foco de contagio. El BOE permite que estén en funcionamiento siempre que se desinfecten.