Diari Més

Una Diada de Sant Jordi histórica y reinventada a causa del confinamiento

Algunos municipios apostaron por repartir rosas y libros entre sus vecinos y de otros tiraron iniciativas culturales a través de las redes sociales

Uno de los muchos balcones de la ciudad de Tarragona engalanados con motivo de la Diada de Sant Jordi, este año vivida desde casa por el confinamiento.

Una Festividad de Sant Jordi histórica y reinventada a causa del confinamientoGerard Martí

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La de este año fue una Diada de Sant Jordi histórica. La crisis sanitaria del coronavirus y el consecuente confinamiento ha dejado una imagen de las ramblas y calles de pueblos y ciudades nunca vista un 23 de abril. Sant Jordi había sido, hasta ahora, uno de los días señalados de la cultura catalana que se esperaba con más impaciencia. Primavera, buen tiempo (a menudo), libros, rosas, besos, amor y amistad. Pero aunque el enemigo invisible no permitiera a los catalanes y catalanas celebrar la diada como se merece, estos no se quedaron de brazos juntos y, a pesar de las dificultades, disfrutaron de un Sant Jordi reinventado, donde la comunicación virtual fue la herramienta para acortar las distancias que separan familiares y amigos estos días tan complicados.

En Tarragona, la estampa de esta cruda realidad fue la Rambla Nova completamente vacía. La principal arteria de la ciudad, que cada año se convierte en el epicentro de la fiesta del libro y la rosa, presentaba ayer un aspecto atípico sin riadas de gente ni las características paradas.

No obstante, muchos vecinos de la ciudad vistieron los balcones de su casa con la bandera, la bandera de Tarragona y dibujos de rosas y dragones, iniciativa que, al menos, daba vida en las calles a pesar de la ausencia de gente y dejaban claro que ni una pandemia mundial privaría a la gente de celebrar a su querido Sant Jordi.

En Reus, la iniciativa Sant Jordi en casa, hizo hervir las redes sociales de participación. En el marco del programa Reus@Casa, desde el ayuntamiento y a través de las diferentes concejalías se preparó una extensa propuesta marcada por charlas, conferencias, talleres, trabajos manuales y actividades relacionadas con la cultura popular que este año tuvo que ser|estar en formato en línea.

Detalles que alegran el día

En la Riera de Gaià, el ayuntamiento repartió un total de 900 rosas a sus vecinos con motivo de la Diada de Sant Jordi. Un regalo, casa por casa, que alegró el día en muchos rierencs y rierenques. «La verdad es que no me lo esperaba y cuando he abierto la puerta y he visto que era a la brigada que me traía una rosa me he quedado de piedra, me parece un detalle fantástico y me ha hecho mucha ilusión», explicaba Montse Mateo, vecina de la Riera, que añadía que «además, me acababa de llamar mi hombre diciéndome que no había encontrado ninguna y ya lo daba por perdido». Otra rierenca a quien el regalo de la rosa por parte del consistorio le pareció un «detalle bonito» fue Maria Pilar Solé, que reconoció que «ha sido una alegría teniendo en cuenta que estos días son muy tristes. De la misma manera, a Joan Cañellas le pareció un buen detalle, «ya que al estar encerrados los hombres no podemos ir a comprar la rosa para nuestras queridas».

Por su parte, el concejal de Cultura del Ajuntament de la Riera, Joan Casas, explicaba a Diari Més el motivo de la iniciativa. «En estos momentos de confinamiento y en una fecha tan señalada como es Sant Jordi creímos que era una buena idea regalar una rosa en cada casa». Casas añadía que «creemos que podía animar un poco a la gente y, después de comportarse con tanta responsabilidad durante el confinamiento, es el mínimo que se merecen» y reconocía que «muchos vecinos nos han dicho que los hemos alegrado el día, que era la intención».

En Vimbodí, el Musee del Vidre y el ayuntamiento llevaron a cabo una iniciativa similar, pero con rosas de cristal, realizada a mano por el maestro vidriero Paco Ramos. Regalaron una a cada hogar del pueblo con el objetivo principal dar una bonita sorpresa a los ciudadanos. En total, se elaboraron 290 rosas de cristal, una por casa, que durante la tarde de ayer se repartieron para que todos los domicilios tuvieran una, siguiendo en todo momento las medidas de seguridad que determina la situación actual de peligro de contagio.

La iniciativa quería ser un gesto de agradecimiento a todas las personas que están luchando contra la enfermedad desde sus hogares. «Desde hace semanas, la ciudadanía está protagonizando un ejercicio importante de contención y es importante poder agradecer su esfuerzo, aunque sea con pequeños detalles,» manifestaron tanto desde el Museu del Vidre como desde el consistorio municipal.

En la misma línea, el Ayuntamiento de Prades repartió entre sus vecinos hasta 350 rosas, en motivo de Sant Jordi, con los voluntarios de la Associació de Joves de la Vila Vermella. Además, los niños recibieron dibujos para recortar y pintar de parte de la Escola Serra de Prades.

En la Pobla, un libro y una rosa

En la Pobla de Mafumet, además de regalar una rosa en cada casa, también entregaron un libro. Así pues, uno en uno los pobletans recibieron la flor y un paquete formado por un punto de libro y los dos últimos libros de interés local que ha editado el ayuntamiento: «De La Pobla bon recer! Decennals 2010-2020», un volumen que repasa las dos últimas fiestas Decennals vividas por el municipio, a partir de un amplio reportaje gráfico; y la reedición de la obra «Breu història. Mare de Déu del Lledó», originalmente editado en el 2002 y que ahora, con motivo de las Decennals que el municipio celebra este año, vuelve a ser editado para ofrecer a los pobletans dos volúmenes de coleccionista y para el recuerdo.

La iniciativa fue muy bien recibida por los vecinos y vecinas, que agradecieron el esfuerzo de todo el personal que hizo posible que, un Sant Jordi más, todo el mundo tenga la rosa y el libro para, aunque sea de manera alterada a causa del confinamiento, poder disfrutar de la Diada.

Además, el Ayuntamiento de la Pobla de Mafumet obsequió también con la rosa de Sant Jordi a los profesionales del Hospital Universitari Joan XXIII. Ayer al mediodía el alcalde Joan Maria Sardà llevó 400 rosas a los sanitarios que, día a día, trabajan para fomentar la buena salud de la población, y todavía más durante la crisis causada por el coronavirus. Sardà, quien acudió al centro hospitalario acompañado de los voluntarios de Protección Civil de la Pobla y también de los Vigilantes municipales, entregó este obsequio simbólico en nombre del municipio.

El objetivo de esta iniciativa era ofrecer un sencillo reconocimiento a la loable e impagable tarea que están realizando los profesionales sanitarios y servicios auxiliares del centro hospitalario, así como acercarles una pequeña muestra del afecto que la sociedad siente por ellos.

«Un gran dragón en Botarell»

Botarell también se negó a renunciar a la Diada de Sant Jordi a causa del coronavirus y apostó por una iniciativa bien particular. Sobre las doce y media del mediodía sus publicó a través de las redes sociales una versión en clave local de la leyenda de Sant Jordi. Bajo el título «Un gran drac a Botarell», se trataba de una iniciativa de la concejalía de Cultura del municipio desarrollada por la cuentacuentos Rat Cebrián y el compositor Domi Garcia. En el vídeo se explica la adaptación de la historia y al final, una canción compuesta para la ocasión acompaña con los dibujos de rosas que han hecho a los alumnos de sexto primaria de la escuela del pueblo.

Por su parte, el Ayuntamiento de Riudecols también organizó una iniciativa bastante original. Según explica la alcaldesa Beatriz Mayordomo a esta redacción, la intención del consistorio era regalar una rosa y, por eso, «decidimos que llevaríamos una a aquellas familias que adornaran su balcón con motivo de la Festividad de Sant Jordi». También, explica Mayordomo, porque los niños cada año hacían muchas actividades por el pueblo y queríamos que, de una manera u otra, lo pudieran celebrar. La alcaldesa celebra, finalmente, que han participado una sesentena de familias y que hay balcones muy originales y espectaculares.

Rosas en el Hotel Núria

Los profesionales sanitarios trasladados de la Residencia Santa Tecla Llevant al Hotel Núria de Tarragona recibieron ayer, con motivo de la Festividad, un obsequio por parte de los familiares de los residentes que atienden: rosas de Sant Jordi. Estos familiares las compraron y les hicieron llegar al hotel con el fin de agradecerles su tarea en estas semanas de emergencia sanitaria. De la misma manera, los residentes también recibieron rosas como obsequio.

Libros a los niños vulnerables

Por su parte, la Cree Roja Tarragona también tuvo que adaptar la diada de Sant Jordi al contexto actual del Estado de Alarma. A través de su sección Cruz Roja Juventud, la entidad aprovechó las entregas de alimentos a las familias para repartir libros entre los niños. También algunos adultos recibieron. «Habitualmente los libros los repartíamos de manera presencial», aprovechando el proyecto de refuerzo escolar para menores en situación de vulnerabilidad, explicó Yasmina El Allali, una de las técnicas. La organización humanitaria tampoco pudo instalar la parada en la Rambla Nova junto con el resto de entidades de la ciudad.

En Riudecols, los vecinos también adornaron sus balcones para dar vida en las calles vacías.

Una Festividad de Sant Jordi histórica y reinventada a causa del confinamientoOlívia Molet

Maria Pilar Solé, vecina de la Riera de Gaià, al recibir una de las rosas que regalaba el ayuntamiento.

Una Festividad de Sant Jordi histórica y reinventada a causa del confinamientoOlívia Molet

El personal del Hotel Núria con las rosas que recibieron, obsequio de los familiares de los residentes.

Una Festividad de Sant Jordi histórica y reinventada a causa del confinamientoCedida

El Ayuntamiento de la Pobla de Mafumet llevó rosas a los profesionales del Hospital Joan XXIII.

Una Festividad de Sant Jordi histórica y reinventada a causa del confinamientoCedida

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