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Urbanismo

El gobierno estudia prohibir aparcar en las calles del centro del Serrallo

La intención es convertir las calles Gravina y Sant Pere en plataforma única para facilitar la movilidad y accesibilidad de los vecinos

La calle Sant Pere, vía en que el consistorio quiere mejorar la movilidad de los vecinos.

El gobierno estudia prohibir aparcar en las calles del centro del SerralloGerard Martí

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El Ayuntamiento de Tarragona estudia la posibilidad de convertir la calle Gravina y la calle de Sant Pere, que cruzan el centro del barrio del Serrallo, en vías con plataforma única y, de la misma manera, contempla prohibir el aparcamiento de coches. El concejal de Urbanisme del consistorio, Xavi Puig, explica que los vecinos de la zona «están muy contentos» con la recuperación del espacio para los peatones a los cuales se hizo en la calle Trafalgar y en el Moll de Pescadors, que es unificar la acera y la calle a una misma altura facilitando la movilidad de los peatones, y asegura que es una reclamación de los mismos residentes que a los dos ejes del barrio de pescadores es haga lo mismo. Puig señala también que a muchos de los vecinos, sobre todo los de edad más avanzada, les supone una dificultad acceder a sus casas porque los coches aparcados les impiden hacerlo con normalidad. «La idea es hacer que el Serrallo sea para las personas y expulsar el coche, que ahora es demasiado protagonista», defensa Monte, que añade que «no sólo es una buena idea desde el punto de vista de la ciudad, sino que es una demanda de los vecinos y, por lo tanto, es una demanda que queremos salir adelante». De todos modos, el edil republicano descarta prohibir la circulación en las dos calles. Con respecto al aparcamiento, Puig sostiene que «hará falta estudiar y buscar alternativas» por las plazas de aparcamiento que se perderán.

El hecho de reducir el protagonismo de los coches y recuperar y aumentar los espacios para los peatones es uno de los objetivos principales de este gobierno, que según Puig, se fundamenta en la «cohesión» y en la «sostenibilidad». En este sentido, y aunque todavía no quiere hablar de fechas, Puig reconoce que las pruebas piloto de cierre de calles para hacerse en la idea de lo que sería la futura isla Corsini se pueden llevar a cabo en un futuro próximo. «Se pueden ir cerrando calles, ir probando para ver si funciona bien o no, y tranquilizar los diferentes sectores que les pueda dar miedo esta medida teniendo en cuenta que, si no funciona, se revierte y ya está», explica Puig, que dice que «las calles dentro de esta isla son calles que se tendrán que recuperar para la ciudadanía y donde el coche tendrá que ser subsidiario o quedar fuera». Sobre esta idea de isla Corsini, el concejal de Espacios Públicos defiende que el proyecto «tiene que ser participado y en su elaboración y su seguimiento del funcionamiento tiene que intervenir tanto el sector comercial como el vecinal». Los presupuestos municipales contemplan una partida de 75.000 euros para la creación de este proyecto que busca mejorar del espacio de Corsini y alrededores y facilitar la movilidad de la gente.

Puig tampoco pone fecha para la «reformulación arquitectónica» de la Rambla Nova. El edil republicano remarca que no es sólo el pavimento el que se tiene que cambiar, sino que también habrá que cambiar jardineras, parterres, bancos o cuadros eléctricos. «Son muchos los elementos los que hacen que la Rambla Nova no esté arreglada, con una imagen muy poco a la altura de la calle que es», lamenta Puig, que defiende que «es la calle por excelencia de paseo de los tarraconenses, es una arteria comercial de primer orden y una carta de presentación de los visitantes. Tiene que lucir y no luce». Puig asegura que el gobierno hará el proyecto «de lo que tiene que ser» la Rambla Nova este año 2020.

El republicano sostiene que «poner fechas ha sido un ejercicio de tremenda irresponsabilidad del anterior gobierno, porque después estas se iban posponiendo y no tenían ningún sentido», y añade que «hablar de fechas será mucho más fácil dentro de medio año o un año, porque ya habremos reducido mucha incertidumbre y tendremos el proyecto terminado. Hablar de calendario sin tener un proyecto es hacer volar palomas».

Por otra parte, las cuentas municipales también contemplan destinar 100.000 euros a la redacción del proyecto del barrio del Port, el cual Puig considera el más «ambicioso». «Implica muchas teclas diferentes, hablamos de cambio integral. Se mejorará la movilidad, se rehabilitarán fachadas y viviendas, se recuperarán plazas públicas y se mejorarán los espacios, etc, dice Puig.

La calle Gravina, vía en que el consistorio quiere mejorar la movilidad de los vecinos.

El gobierno estudia prohibir aparcar en las calles del centro del SerralloGerard Martí

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