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Comercio

Cierran dos zapaterías del centro de la ciudad a causa del alquiler

Una de ellas, Calçats Peccary, nació el año 1968 y acusa la bajada de ventas

La tienda Calçats Peccary 1968 cerrará cuando finalice este mes de enero.

Cierran dos zapaterías del centro de la ciudad a causa del alquilerGerard Martí

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Dos zapaterías del centro de Tarragona bajan la persiana. Calçats Peccary –el local de la calle Sant Fructuós- y Las Américas –en la calle Augusta– abandonarán su lugar tradicional a causa de la bajada de las ventas, pero especialmente por el coste del alquiler. De esta manera, cierran dos comercios más de la zona y se incrementa el número de locales vacíos en la ciudad.

Manuel Barajas, dueño de Calçats Peccary –tienda que abrió su padre el año 1968– asegura que «hemos estado luchando hasta el último día, hasta este domingo» con el fin de no cerrar el local próximo a la plaza de la Font. «No hemos llegado a un acuerdo para renovar, nosotros queríamos que nos lo rebajaran», añade.

El entorno se ha ido transformando hasta el punto que la misma plaza perdió ya en 2017 otra zapatería, Calçats Ollé, tuvo que trasladarse a la calle vecina del Cós del Bou. El crecimiento de la actividad de bar y restauración en la Parte Alta es uno de los motivos de este cambio comercial, pero no lo único.

«Es todo un poco, hasta ahora hemos pagado el alquiler, pero las ventas han bajado. La gente compra por otros canales, en los centros comerciales y por Internet. También ves que la gente no tiene dinero y que el cliente de toda la vida va desapareciendo», reconoce Barajas, que anuncia que cuando se acabe este mes de enero cerrarán definitivamente.

Por otra parte, el otro negocio de venta de zapatería, Las Américas, tiene previsto mover el negocio hasta la calle de la Unióy, de esta manera, quedaría vacío un nuevo local en la zona.

Críticas al Ayuntamiento

Aunque, con el cambio de gobierno, el alcalde Pau Ricomà ha prometido en varias ocasiones dar un nuevo impulso en el comercio de proximidad –mediante una oficina para agilizar el contacto con el Ayuntamiento–, los comerciantes todavía no han notado ninguna novedad. «El Ayuntamiento no ayuda a nada, no hay iluminación, tendrían que facilitar que la gente pueda aparcar y hacer campañas», reclama el dueño de Calçats Peccary. La actividad comercial considera que es rentable en verano, pero no en invierno, a causa de la llegada del turismo.

Ahora centrarán la actividad en la tienda que ya tienen en la avenida Prat de la Riba –abierta en 1989 y con el local en propiedad– y en otra ubicada en la plaza Catalunya de Reus.

De momento, el cierre no afectará directamente en la plantilla que, eso sí, sufrirá una «reestructuración» a medio plazo.

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