Diari Més

Explosión Canonja

Los óxidos de etileno y propileno son «relativamente poco tóxicos» y su peligro radica en la inflamabilidad, según un experto

El profesor de ingeniería química de la UB Claudi Mans defiende que no sonaran las sirenas porque no había riesgo para la población

Vista aeria de las en laso instalaciones de la Canonja

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El profesor emérito de ingeniería química de la Universidad de Barcelona (UB) ha explica tu el ACN que el óxido de etileno y el óxido de propileno son sustancias «relativamente poco tóxicas» y que pueden provocar la muerte «si sólo respiras eso», pero cree que en el accidente de la industria de la Canonja no ha supuesto riesgo para la población. Asegura que el «peligro estándar» de estos compuestos no naturales radica en su inflamabilidad y por eso cree que los equipos de emergencia han actuado correctamente a la hora de evitar que las llamas se propagaran en otros depósitos o tanques. Por eso, defiende que no se hicieran sonar las sirenas en el complejo industrial y lamenta que la población no se fíe «de sus dirigentes».

Mans ha explicado que estas dos sustancias, el óxido de etileno y el óxido de propileno, son sustancias químicas que no existen a la naturaleza. Se fabrican a partir de etileno y propileno obtenidos a través del petróleo, en refinerías, y se hacen reaccionar con oxígeno para su obtención. Son, ha explicado, «muy volátiles, muy reactivas y muy inflamables» y por eso, ha recalcado, se tienen siempre cerradas dentro de depósitos o cañerías y no están nunca «visibles». Para compararlo, Mans ha puesto el ejemplo del gas butano, que siempre está en depósitos cerrados excepto cuando se quema en la cocina, y se ha dicho que se podría comparar en una gasolina «muy volátil e inflamable».

Por eso, Mans ha querido hacer énfasis que la peligrosidad de estas sustancias y por lo tanto, del accidente de Tarragona, es este riesgo de inflamabilidad que comportan las sustancias no tanto la toxicidad para los seres vivo. Asegura que si sólo respiras alguno de estos dos compuestos si que se puede poner en riesgo la vida pero que es más peligroso que se puedan incendiar otros depósitos o cisternas. En este caso, ha dicho Mans, no hay gas a la atmósfera, sino que todo se ha ido quemando que es lo único que se considera que se puede hacer en esta situación.

En este sentido, defiende que no se hicieran sonar las sirenas del complejo industrial porque cree que no había riesgo para la población y ha supuesto que a quien recomendó el confinamiento no era la misma persona que tenía que decidir hacer sónar a las sirenas. «Eso lo tendrán que discutir», dice Mans, que cree que el problema es que la población «no se fía ni se cree nada» ni de sus dirigentes y por lo tanto, pone en duda esta decisión. En cambio, Mans defiende que se ha actuado correctamente. Pone en duda, en cambio, que se haya hecho una «comunicación de riesgo» adecuada y se tiene que estudiar si las cosas se han comunicado correctamente y cuál «ha estado la cadena». Para Mans, la comunicación de riesgo es muy «complicada» y no hay una única solución «para que la población se sienta informada».

Mans no se ha querido aventurar a dar una causa del accidente pero cree que estas situaciones se suenan cuando se rompe una conexión o alguien se haya equivocado y haya aumentado la presión, o haya fallado el sistema de refrigeración de los tanques provocando así, la explosión. Destaca que los accidentes siempre pasan «porque ha pasado alguna cosa que no tenía que pasar» y ha destacado que los materiales se fatigan de manera que las industrias tienen que hacer trabajo de mantenimiento preventivo.

Estas dos sustancias se utilizan para hacer otras sustancias que se utilizan en la industria por ejemplo, para fabricar en el caso del óxido de etileno, fibras sintéticas, detergentes o cosméticos. Mans ha recalcado que son «sustancias intermedias» para obtener ingredientes para hacer de otros.

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