Diari Més
Ignacio Morgado Bernal

Catedrático de Psicobiología y director del Instituto de Neurociencias de la UAB

Psicología

«El cerebro de una persona enamorada es diferente del de una que no lo está»

Este lunes a las 19 h Ignacio Morgado impartirá la charla ‘La química del amor. El amor pasional’ en el CaixaForum Tarragona

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—Cómo es el cerebro de una persona enamorada?

—Es diferente del de una persona que no lo está. El enamoramiento es un estado emocional y todas las emociones responden a una actividad específica del cerebro. Generalmente, está implicada la estructura más clásica de las emociones, la amígdala, pero en el caso del enamoramiento pasional, aquel que sienten sobre todo las personas más jóvenes, están implicadas también otras áreas. Por ejemplo la corteza prefrontal, la parte más anterior y evolucionada del cerebro. En el caso del enamoramiento pasional, esta parte racional del cerebro no se activa, sino que se inhibe y, por eso, el enamorado puede pensar en pocas cosas que no sean el objeto de su amor. Es por eso que se suele decir que el amor es ciego.

—Así pues, podemos concluir que la ciencia y, más concretamente, la neurobiología, puede explicar el enamoramiento?

— La neurobiología puede explicar en buena medida no sólo el enamoramiento, sino todas las emociones. Sabemos, por ejemplo, que en el enamoramiento pasional, joven, el cerebro segrega una sustancia de carácter estimulante, la feniletilamina, que es una especie de activador y es responsable de aquel estado intenso que hace pensar que aquello que sientes es tan fuerte que no se acabará nunca, que durará toda la vida.

—El enamoramiento sigue unos patrones?

—El enamoramiento es muy diferente entre una persona y otra. Sí que podemos decir que la característica principal en todas las personas es que es un estado pasional intenso, pero las causas que lo producen o el tipo de enamoramiento, en el sentido del vínculo que establecemos con la pareja, puede cambiar en función de muchas circunstancias. Una de las más importantes es la edad: no es igual enamorarse a los quince años, que a los treinta o a los setenta.

—nos ha explicado que en las personas jóvenes es más pasional. ¿Y en el resto?

—El enamoramiento de la gente joven es intenso, te subyuga, te cautiva. Las personas mayores, cuando nos enamoramos, podemos oír una fuerte atracción hacia la pareja, un estado de euforia, un placer o afecto grande, pero es un estado emocional más contenido, modulado, controlado por el razonamiento, que es el que precisamente queda más inhibido en la personalidad joven enamorada.

—En la elección de la pareja también intervienen factores neuronales?

—Absolutamente, pero siempre muy condicionados por la educación y la cultura. Casi todo el comportamiento humano es resultado de la interacción entre factores genéticos, es decir, heredades de los padres, y factores educativos y culturales. A la hora de escoger pareja, se ha demostrado que la belleza o el atractivo físico tiene unos componentes heredados importantes, hay una determinada figura femenina que es la que más atrae a los hombres. Pero eso no quiere decir que los hombres sólo se sientan atraídos por esta característica. La formación cultural que puede tener una persona mayor, madura, puede hacer que factores emocionales, culturales, de relación humana o comportamiento, puedan influir tanto como la figura física. Cuando eres joven, esta es importante, de mayor te puedes enamorar de un carácter, de una manera de ser. Eso no quiere decir que el aspecto físico deje de jugar su papel, pero son cosas que van cambiando a lo largo de la vida. Lo que podríamos decir es que, desde la adolescencia a la madurez, conforme avanza la vida, aquello estrictamente biológico y hereditario pierde fuerza y gana aquello cultural, lo que forma parte de la maduración de la persona. Cuando somos mayores, prima más el razonamiento que la impulsividad de carácter hereditario, que es lo que te lleva a enamorar- té de manera tan fogosa en la adolescencia y te hace pensar que el amor no se acabará nunca. En este punto, puedo explicar que una psicóloga americana ha estudiado una muestra de enamorados adolescentes pasionales y ha amadoque el te amaré toda la vida dura por término medio diecisiete meses.

—A la conferencia que impartirá esta noche en CaixaForum Tarragona hablará de estas cuestiones?

—Sí, hablaré de todo eso y de muchas cosas más. Será una sesión muy divertida, pero hay que tener claro que hablaré siempre desde la perspectiva científica. No será un consultorio de relaciones de pareja, sino que explicaré las variables científicas que hemos podido comprobar que intervienen en la relación de pareja, y que, cómo ya he dicho, tiene componentes biológicos, culturales y también uno de muy especial y que expondré en la charla, y que es el de los vínculos que se establecen entre personas que traen ya un tiempo juntas, que pueden ser muy fuertes y superar el enamoramiento de base.

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