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Un informe alerta que unos 350 metros de la muralla de Tarragona tienen «riesgo de colapso»

En siete de los ocho sectores del muro hay zonas con problemas estructurales

Plano general de un fragmento de la Muralla de Tarragona en las proximidades del paseo de Sant Antoni.

Muralla de Tarragona, patrimonio, informeACN

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Un informe técnico alerta que unos 350 metros de la muralla romana de Tarragona tienen «riesgo de colapso». El estudio, encargado por la Generalitat, analiza el estado del conjunto arqueológico de Tàrraco. En el caso de la muralla apunta que en siete de los ocho sectores en los que está dividido el muro hay zonas que presentan «alteraciones del comportamiento estructural que pueden suponer un riesgo de colapso». En algunos de los tramos la situación es especialmente grave y el documento concluye que es «muy urgente la actuación a nivel estructural en todos los tramos de muralla que conservan el relleno», que son cuatro de los ocho. La semana que viene Generalitat y Ayuntamiento se reunirán en una comisión para buscar soluciones en la conservación del patrimonio.

El estudio, al que ha tenido acceso ACN, se titula Anàlisi i diagnosi de l'estat estructural i físic dels elements que formen el conjunt arqueològic de Tarragona, inscrita al Patrimoni Mundial. Se trata de un documento de 874 páginas que pone el foco en el estado de conservación de los catorce monumentos que forman el conjunto arqueológico de Tàrraco, y propone algunas intervenciones a llevar a cabo para mejorar el estado. Lo firman los arquitectos Jaume Roc Costa y Josep Lluís Serven; el arqueólogo Josep Francesc Roig y el conservador-restaurador Pau Arroyo.

En el caso de las murallas se dedican 149 páginas. De hecho, por sus dimensiones y complejidad, es el monumento más estudiado. Se hace un diagnóstico general de cómo se encuentran los diferentes sectores, algunas propuestas para arreglar las principales deficiencias, fotografías de los espacios que presentan un peor estado de conservación y planos donde se especifican las zonas más delicadas con sus patologías, entre otros aspectos.

Cinco puntos especialmente conflictivos

El estudio divide el muro romano en ocho sectores, que coinciden con los establecidos en el Pla director per la restauració de les muralles de Tarragona, de octubre del 2015, y que es citado en varias ocasiones a la hora de recomendar actuaciones de mejora.

Las zonas en las que habría un riesgo de caída de piedras más elevado son cinco: en el paseo Torroja, en la zona del parking del seminario, en torno al Hort de l'Arquebisbe, en la bajada del Roser y en los alrededores del portal del Roser. La suma de todos estos tramos afectados supera los 350 metros de muralla, tal como aparecen detallados en diferentes mapas del informe. En todos ellos, los técnicos reclaman que se haga una actuación de manera «muy urgente».

El documento, incluso recuerda que «especialmente en los sectores del paseo de Torroja y de la vía del Imperi que toca al portal del Roser», hay «tramos del muro exterior de las murallas» en los que «se producen constantes desprendimientos de fragmentos pétreos, hecho que hace necesaria una intervención de conservación-restauración con el fin de consolidar y fijar, entre otras cosas, los sillares afectados».

De hecho, en algunos de estos puntos, como el Hort de l'Arquebisbe o en la bajada del Roser, en el 2005 y en el 2013 hubo desprendimientos importantes de la muralla que obligaron a hacer actuaciones para repararlos, que parece que no fueron suficientes.

Varias causas

A lo largo de las 149 páginas dedicadas a las murallas, los técnicos diseccionan las causas que han hecho que el monumento presente el estado actual. Cada tramo tiene diferentes particularidades, teniendo en cuenta el estado de conservación, los trabajos de restauración que se han hecho o su integración en la ciudad actual. Más allá de la falta de mantenimiento en muchos tramos, el agua y la vegetación son dos de los principales problemas que afectan a la muralla. «Hay que resolver los problemas de humedades existentes en los menajes -muros- por la concentración del agua de lluvia que se produce en varios sectores de la muralla», apunta el informe.

En este sentido, se concreta: «El agua de la lluvia es un factor desencadenante de desprendimientos que puede afectar, fundamentalmente, a aquellos tramos que no tienen ningún tipo de protección en el paso de ronda». Por lo tanto, los técnicos proponen «proteger de la lluvia todos los tramos sobre los que todavía no se ha actuado y en aquellos donde el paso de ronda está a cielo descubierto». Y sigue: «Se encuentran en esta situación el Fortí Negre y el tramo que va desde este hasta el tramo reconstruido del Hort de l'Arquebisbe; todo el tramo del antiguo Escorxador-passeig de Torroja; el tramo de las últimas casas del paseo de Sant Antoni y el baluarte del mismo nombre».

Informe con controversia

El estudio lo impulsó la Dirección General de Patrimonio Cultural de la Generalitat. Se hizo durante el 2017 y el 2018 y fue entregado al organismo a principios de este año. Según fuentes de Patrimonio Cultural, diferentes técnicos lo revisaron y el 29 de marzo, «a nivel informal», enviaron una copia en formato digital al arqueólogo municipal de Tarragona. La responsable de la consejería de Patrimonio de entonces, Begoña Floria, afirmó hace unos días no haber visto nunca el documento.

De todos modos, no fue hasta el 25 de noviembre que desde Patrimonio Cultural no hicieron un envío «formal» al actual consejero de Patrimoni de l'Ajuntament de Tarragona, Hermán Pinedo, que lo recibió justo la semana pasada.

Al conocer la existencia y el alcance del informe, el Ayuntamiento de Tarragona pidió una reunión de urgencia con Patrimonio Cultural de la Generalitat. Por la semana que viene se ha acordado hacer un nuevo encuentro en forma de comisión de trabajo con los técnicos de las dos administraciones para ponerse manos a la obra a las tareas prioritarias de conservación del patrimonio romano de la ciudad.

Uno de los primeros elementos a tratar será el anfiteatro, cerrado al público desde el pasado 27 de septiembre a causa de su deterioro. De hecho, este mismo informe ya concluyó que no era seguro para los visitantes.

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