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La Generalitat advirtió en marzo al Ayuntamiento de Tarragona sobre la inseguridad del anfiteatro

El actual equipo de gobierno municipal asegura que no ha tenido constancia del documento hasta esta semana

Plan|Plano general de una mujer pasando con el carret de un bebé por delante de la reja del anfiteatro romano de Tarragona, cerrado al público de forma provisional. Imagen del 27 de septiembre del 2019

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La Generalitat advirtió al Ayuntamiento de Tarragona el pasado mes de marzo que la gradería del anfiteatro romano donde se sienta el público no era segura para los visitantes. Según ha podido saber ACN, la Dirección General de Patrimonio de la Generalitat envió el 29 de marzo al consistorio un informe que analiza el estado del conjunto arqueológico de Tàrraco y en el que se alerta del deterioro de este espacio. La anterior consejera de Patrimonio, Begoña Floria, ha afirmado no haber visto nunca el documento. El actual equipo de gobierno (ERC y En Comú Podem), que accedió al cargo en junio, también ha asegurado no haber tenido constancia de la existencia del estudio hasta esta semana. Un nuevo informe, emitido en septiembre, hizo que el Ayuntamiento cerrara el monumento.

El estudio, al que ha tenido acceso ACN, se titula Anàlisi i diagnosi de l'estat estructural i físic dels elements que formen el conjunt arqueològic de Tarragona, inscrit en el Patrimoni Mundial. Se trata de un documento de cerca de 900 páginas que pone el foco en el estado de conservación de los catorce monumentos que forman el conjunto arqueológico de Tàrraco, y propone algunas intervenciones a llevar a cabo para mejorar el estado. Lo firman los arquitectos Jaume Roc Costa y Josep Lluís Serven; el arqueólogo Josep Francesc Roig y el conservador-restaurador Pau Arroyo. Hay que remarcar que Serven también ha elaborado la diagnosis del monumento que se ha hecho este año y que ha sido clave para que el actual equipo de gobierno haya cerrado el anfiteatro a los visitantes.

El estudio lo impulsó la Dirección General de Patrimonio Cultural de la Generalitat. Se realizó durante el 2017 y el 2018 y fue entregado al organismo a principios de este año. Según fuentes de Patrimonio Cultural, diferentes técnicos lo revisaron y el 29 de marzo, «a nivel informal», enviaron una copia en formato digital al arqueólogo municipal de Tarragona, Joan Menchón. La responsable de la consejería de Patrimonio de entonces, Begoña Floria, ha afirmado no haber visto nunca el documento. Además, se ha mostrado sorprendida por el hecho de que el estudio sólo se enviara a un técnico y no se pusiera en copia también a la responsable política del área.

Tal como han señalado desde Patrimonio Cultural, en los últimos meses han trabajado y contrastado el documento y no ha sido hasta el 25 de noviembre que no han hecho un envío «formal» al actual consejero de Patrimoni del Ayuntamiento de Tarragona, Hermán Pinedo. El envío lo ordenó la directora general de Patrimonio Cultural, Elsa Ibar. Contenía una copia en CD del informe y una nota en la que se acordaba que desde el 29 de marzo el consistorio tenía una versión digital. Pinedo ha afirmado a ACN que no ha tenido conocimiento de la existencia del estudio hasta el lunes al mediodía, y el paquete le ha llegado a las manos finalmente este martes.

Reunión de urgencia

Al conocer la existencia y el alcance del informe, el Ayuntamiento de Tarragona pidió una reunión de urgencia con Patrimonio Cultural de la Generalitat. Se ha producido este miércoles en Barcelona y han participado, entre otros, el alcalde de la ciudad, Pau Ricomà, y la directora general de Patrimonio Cultural, Elsa Ibar. Conjuntamente han tratado diferentes elementos del documento y porque el actual equipo de gobierno no lo había visto.

«Activaremos los mecanismos pertinentes para saber qué ha pasado», ha expresado al salir de la reunión Ricomà. «Qué ha pasado entre marzo y ahora es lo que tenemos que averiguar», ha reiterado. El alcalde ha mostrado su sorpresa sobre el hecho de que un informe encargado en 2017 haya llegado dos años después y ha afirmado que el consistorio estudiará el contenido con atención. Las dos partes han acordado celebrar una comisión bilateral entre técnicos de la Generalitat y del Ayuntamiento antes de final de mes, para hablar de las líneas a seguir a partir de ahora en materia de conservación del patrimonio.

Un peligro para los visitantes

De las 874 páginas del informe, 46 están dedicadas al anfiteatro. Se hace un diagnóstico general de cómo se encuentra el edificio, algunas propuestas para arreglar las principales deficiencias, fotografías de los espacios que presentan un peor estado de conservación y planos donde se especifican las zonas más afectadas por el deterioro, entre otros aspectos.

Según el estudio la zona más afectada es la de las gradas reconstruidas los años 60 del siglo XX. «Se considera que los muros que soportan el módulo del ima cavea -las primeras filas de las graderías-, no ofrecen un nivel de seguridad adecuado para las personas que accedan o que circulen por su alrededor». Aunque en estas primeras filas el acceso al público estaba cerrado, los muros de unos tres metros de altura a los que hace referencia el informe están junto a la arena, por donde caminaban los visitantes.

Aparte, las bóvedas sobre las cuales se sustentan las gradas por donde paseaba y se sentaba el público también están diagnosticadas. En concreto, en dos de los planos generales del anfiteatro, que marcan las patologías y las urgencias del monumento. En el primero se señala que hay «alteraciones del comportamiento estructural que pueden suponer un riesgo de colapso». En el segundo, se apunta que hay que actuar de manera «muy urgente».

En esta área el estudio detalla que hay muros que «presentan desplomes y grietas que evidencian su separación del resto de obra de la galería». Y en la cara inferior de las bóvedas citadas anteriormente, «de hormigón armado», «se pueden ver numerosas barras al descubierto con un estado avanzado de oxidación». Y se añade: «Algunas de estas armaduras han perdido un porcentaje importante de sección y han causado el desprendimiento de fragmentos de hormigón».

Riesgo de desprendimiento en las graderías romanas

Según se detalla en el informe, la mayoría del monumento tiene problemas estructurales. En diferente medida hay afectaciones en la zona de las graderías romanas originales del siglo I, en torno a la Puerta Triumphalis -por donde accedían los gladiadores a la arena-, o en las escaleras del Miracle.

Los autores del estudio ponen el acento en el estado de las graderías originales que los romanos cortaron en la roca. «Encima de la superficie inclinada de roca calcárea se detectan grandes bloques, del mismo tipo de piedra, desprendidos de su base, que podrían deslizar y precipitarse hacia la arena», explican. Este elemento parece preocupar tanto los expertos que, además de aparecer en el informe de septiembre del 2019, ya se alertaba de este peligro en un estudio previo hecho «con carácter urgente» que el nuevo equipo de gobierno recibió en junio.

Riesgo de colapso de las escaleras del Miracle

Otro de los elementos del anfiteatro son las escaleras del Miracle, que se encuentran en la vía pública y permiten el acceso a un jardín de infancia y una escuela. Tienen la particularidad de que un tramo está construido encima de una bóveda del anfiteatro, que se apoya sobre muros romanos de sillares. «En estos muros se puede observar un desplome de unos 16 centímetros, causado por el empuje de las tierras de los lados», se indica en el documento.

Aparte, hay otros muros que separan las escaleras de la entrada del anfiteatro. «Tienen un grueso aproximado de 80 centímetros y salvan un desnivel que en algunos puntos llega a ser de 4,6 metros», se especifica. Pues bien, según el análisis, «estos muros presentan cavidades ejecutadas intencionadamente o causadas por el desprendimiento de partes de su fábrica», y después de haber hecho estudios tienen un «coeficiente de seguridad» insuficiente. En el informe de septiembre de este año los arquitectos iban un poco más allá y directamente afirmaban que algunos sectores «no son seguros y pueden colapsar».

Esta advertencia hizo que el actual equipo de gobierno actuara «de urgencia, pero no de emergencia», en palabras del consejero de Territori, Xavier Puig (ERC). La actuación municipal fue, en parte, en la línea marcada por los expertos. Es decir, hacer un refuerzo del muro y de la parte de las escaleras que pasan por encima la bóveda del anfiteatro. Las escaleras estuvieron cerradas por obras del 2 al 7 de octubre y, posteriormente, se ha estado haciendo un segundo refuerzo en el muro durante unas semanas más.

Actuaciones urgentes pendientes

Las consideraciones que aparecen en el informe son de cariz general, si bien exponen la situación estructural del monumento. El análisis en detalle y los estudios sobre el origen del problema, así como las propuestas concretas de actuación, se hicieron en el estudio posterior de septiembre de este año.

Sin embargo, en este primer documento, ya se hace una propuesta de intervención inicial. «Se considera necesaria la ejecución de actuaciones de refuerzo estructural en varias partes del monumento, así como una intervención general desde el ámbito de la conservación restauración de todos los menajes y pavimentos del conjunto monumental», resumen los redactores del trabajo.

Sobre las gradas reconstruidas en los años 60, los arquitectos parece que lancen un grito de alerta a los responsables políticos: «Teniendo en cuenta que es el monumento más visitado de Tarragona y que la zona de las gradas reconstruidas es la que recibe más afluencia de personas, se considera muy urgente empezar las actuaciones indicadas».

Disputa política por el cierre

El estudio que se ha conocido este mes de septiembre lo encargó en noviembre del 2018 la consejería de Patrimonio de entonces, encabezada por Floria. Lo hizo justo después de que aparecieran unas grietas en las graderías reconstruidas. Entonces Floria aseguró que la parte romana estaba «perfecta».

En junio, coincidiendo con el periodo electoral y el cambio de gobierno en el Ayuntamiento, el equipo de arquitectos liderado por Josep Lluís Serven emitió un estudio de urgencia, a modo de adelanto del informe exhaustivo recibido por el consistorio el 10 de septiembre. Pero no fue hasta el 27 de septiembre que el nuevo gobierno de los republicanos y los comunes decidió cerrar totalmente el monumento e hizo las primeras obras de urgencia en las escaleras del Miracle. Durante el verano, miles de personas pasearon por el interior del anfiteatro e incluso se hicieron representaciones del espectáculo de reconstrucción histórica, Amfiteatrvum, impulsado por el mismo consistorio.

El cierre del monumento más icónico de la ciudad generó revuelo político. Floria cargó con contundencia contra su sucesor al frente de Patrimonio, Hermán Pinedo (ECP), por haber permitido que se hiciera un acto del Port de Tarragona con 600 personas el 16 de septiembre, seis días después de recibir el estudio. En rueda de prensa, dijo: «Es una vergüenza que Pinedo utilice el anterior gobierno para tapar su incompetencia». Pinedo había acusado a Floria de «dejadez» en el mantenimiento y preservación del patrimonio de la ciudad «en los últimos años». En el presupuesto del 2019 aprobado por el PSC y PP «hay una partida de únicamente 15.000 euros» destinada a conservación del patrimonio, tal como han criticado reiteradamente desde el actual equipo de gobierno.

El 17 de octubre, Pinedo decidió reabrir parcialmente el anfiteatro, después de hacer una primera actuación en la barandilla de la entrada, sobre la que se apoyaban los visitantes y que estaba en mal estado. Aunque el acceso al monumento sigue cerrado, esta actuación permite verlo de más cerca, sin ninguna valla enfrente y poder interpretarlo mejor. Floria entonces criticó el cierre del anfiteatro y lo calificó de «precipitado». Incluso pidió la dimisión de Pinedo «por haber cerrado totalmente el monumento veinte días sin un informe técnico municipal».

En medio del alboroto, Ciutadans puso una denuncia a la fiscalía para que investigue si ha habido responsabilidades penales en los daños que tiene el monumento. El ministerio público ha abierto diligencias, ha pedido informes y ha encargado la investigación a la Guardia Civil.

El último episodio se ha vivido esta semana, cuando la oposición en bloque ha criticado a Pinedo por haber apuntado la posibilidad de derribar la gradería reconstruida del anfiteatro. Después, el consejero ha matizado sus palabras al asegurar que la prioridad absoluta es mantenerlas y asegurarlas.

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