Los arqueólogos dejan al descubierto un nuevo tramo del acueducto del Gaià

Los trabajos de excavación arqueológica en un sector del acueducto romano del Gaià, uno de los dos que proveía la ciudad de Tàrraco han permitido documentar un tramo de quince metros. Sin embargo, las tareas llevadas a cabo han dejado al descubierto sólo la parte superior de la conducción, según informa el Instituto a Català d'Arqueologia Clásica (ICAC). Los restos sobre los cuales se ha estado trabajando se encuentran en el término municipal de los Pallareses, en una zona verde de la urbanización Jardins Imperi.

La pasada semana finalizaban los trabajos de excavación arqueológica y, según el ICAC, una parte de la intervención va dirigida a poner en valor el conjunto patrimonial del acueducto y facilitar el acceso a la población «a fin de que, especialmente los vecinos y vecinas de los Pallareses, puedan disfrutar paseando por la zona», una vez los restos estén consolidados.

La excavación ha permitido documentar un tramo del acueducto de quince metros aproximadamente. Sin embargo, los investigadores calculan que en el mismo solar se conservan soterrados y bien conservados un total de 280 metros.

Según el ICAC, los arqueólogos han podido observar las mismas características ya conocidas en intervenciones anteriores. Es decir, se trata de un canal de obra «cubierto con vuelta de cañón por donde circulaba el agua, y con suficiente amplitud para que los trabajadores que efectuaban el mantenimiento pudieran bajar a hacer las tareas de limpieza o reparación».

La conducción se ha encontrado llena del suelo y con la vuelta hundida, de manera que sólo en algunos puntos se observa su arrancamiento. Los trabajos han dejado al descubierto también un pozo de registro o arqueta por donde se accedía antiguamente a su interior.

Los trabajos arqueológicos han sacado a la luz sólo la parte superior de la conducción, ya que los muros, en época romana, quedaban bajo tierra. El interior no se ha vaciado, con el objetivo de proteger los rebozados interiores y evitar que acaben cayendo.

Sin embargo, en uno de los extremos del tramo excavado se ha abierto una cala que ha llegado al fondo, «cosa que ha permitido conocer su sección completa, así como la naturaleza estratigráfica del relleno del suelo del acueducto», informan desde el ICAC.

Por otra parte, los trabajos no han encontrado materiales cerámicos que puedan contribuir a la datación del acueducto, aunque se conoce que fue construido en el siglo I dC y que probablemente estuvo en servicio hasta el final del Imperio.

Esta actuación se enmarca dentro del proyecto de investigación Aqua Augusta (que se centra en localizar y documentar topográfica y fotográficamente la conducción) y el proyecto de investigación cuatrienal Los acueductos romanos de Tàrraco, ambos dirigidos por el investigador del ICAC Jordi López.