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Urbanismo

Veinte años sin miles de camiones atravesando el Serrallo cada día

En noviembre de 1999 el barrio marinero inició una nueva vida y una transformación radical

Bahía y el alcalde Joan Miquel Nadal colocan la primera piedra.

Veinte años sin miles de camiones atravesando el Serrallo cada díaMANEL CARO/ARXIU DEL PORT

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Más de un millón de camiones han dejado de pasar por la calle Trafalgar del Serrallo las últimas dos décadas, gracias al desvío de estos vehículos por el interior de las instalaciones portuarias. La construcción del puente móvil decidida por quien era presidente de la Autoridad Portuaria de Tarragona, Lluís Badia, a finales de la década del 90, aportó silencio, calma y transformación en un barrio cansado del incesante tráfico de camiones que atravesaban por el actual Moll de Pescadors, hasta 2.000 unidades en un único día, y así durante décadas. El próximo mes de noviembre se cumplirán veinte años de la inauguración del puente móvil, una actuación que permitió un cambio urbanístico radical del barrio.

Según datos facilitados por el Puerto en esta redacción, sólo entre los años 2012 y los meses que se llevan del 2019 han accedido al recinto portuario, mediante la correspondiente acreditación, más de 550.000 camiones. Un elevado número han utilizado el puente móvil, aunque no se dispone de ningún contador específico para saber con absoluta seguridad los vehículos que pasan cada día por esta infraestructura que ha contribuido a cambiar la vida de un barrio.

Las obras de construcción del puente móvil que une las tenazas de Reus y Lleida empezaron a inicios del año 1998 y la infraestructura se inauguró en noviembre del año siguiente. El puente basculante mide 1.575 metros de longitud, con dos hojas que se abren en un tiempo mínimo de 2 minutos para facilitar el movimiento de grandes embarcaciones. La inversión ascendió al equivalente a 15 millones de euros.

Pocos años después, y en un barrio feliz por la desaparición de miles de camiones de sus calles, la transformación del Serrallo era evidente. El 16 de julio del 2003 el conseller de Agricultura, Ramaderia i Pesca de la Generalitat, Josep Grau, inauguraba la nueva sede de la Llotja de Pescadors de Tarragona, siendo el patrón mayor de la cofradía Joan Veciana. El año anterior, en el 2002, las barcas del Serrallo habían capturado 4.949.982 kilos de pescado, lo cual representa una facturación de 15.070.385 de euros. En el puerto de Tarragona tienen base un total de 77 embarcaciones: 40 de arrastre, 17 de artes menores, 18 de rodeo y 2 de palangre de fondo.

La construcción de la nueva Llotja de Pescadors supuso la desaparición de la antigua, que se levantaba entre el muelle y la calle Trafalgar, así como de la zona del varadero, donde hasta entonces se habían construido barcas. Este hecho implicó la reurbanización del espacio y la construcción del paseo que hay actualmente, alejando la circulación de vehículos de la primera línea de viviendas.

Pedrol: «Se hizo el silencio»

En noviembre de 1999 Carme Pedrol presidía la Asociación de Vecinos del Serrallo. Pedrol ha recordado que con la inauguración del puente móvil «se hizo el silencio». La construcción de la infraestructura supuso «un antes y un después, todo se modificó, se hizo la nueva lonja y el paseo, supuso una gran mejora para el barrio».

Pedrol comenta que por la presidencia de la Autoridad Portuaria de Tarragona «pasaron muchas personas, pero todas daban largas a la solución de los camiones, y al final Lluís Badia, que se mostró muy sensible a las demandas que hacía el Serrallo, decidió llevar a cabo una de las inversiones más importantes del Puerto en aquellos tiempos». «Pasaban más de mil camiones diarios por delante de nuestras casas y, además, como en la calle estaba la curva de la Puda, la situación todavía se complicaba», apuntó, para añadir que en los últimos años antes de la construcción del puente móvil «se hacía un nuevo muelle y el número de camiones se incrementó y, además, transportaban piedras de grandes dimensiones y grúas». La expresidenta de la asociación de vecinos no dudó a decir que «sacar los camiones del barrio supuso una mejora impresionante por el silencio que se generó». Además, «los camiones generaban mucha suciedad, ya que el pienso y el grano caían al suelo, lo cual hacía que hubiera muchas ratas». Pedrol recuerda que «los camiones no respetaban los límites de velocidad».

La fisonomía del Serrallo operó un cambio impensable unos años antes. Las diferentes intervenciones que se llevaron a cabo posteriormente a la construcción del puente móvil lo convirtieron en un barrio turístico.

Bahía: «Era mi compromiso»

El presidente de entonces de la Autoridad Portuaria, Lluís Badia, no lo tuvo fácil para convencer a la junta para sacar adelante el proyecto de construcción del puente móvil. «La junta no lo veía bien y yo decidí hacerlo porque era mi compromiso», ha explicado a esta redacción. En opinión de quien decidió la construcción del puente, la ejecución del proyecto «fue la inversión más importante en el sur de la ciudad de los últimos cincuenta años».

Badia considera que «fue la obra más importando de aquella época, tanto por el Puerto como por el Serrallo y la ciudad, ya que supuso sacar cerca de dos mil camiones diarios», «lo cual» hacía del barrio marinero de Tarragona «una zona colapsada que revivió gracias al puente».

Sólo durante el año pasado se contabilizó la circulación de 822.551 camiones, siendo la cifra más elevada desde los registros del 2012. Hay que recordar que unas 3.000 personas tienen su puesto de trabajo en el interior del Puerto, y 58.831 accedieron a su dominio público, según datos facilitados por el APT. Estas casi 59.000 visitas en el 2018 se corresponden en las realizadas por personal de las más de 3.200 organizaciones diferentes, entre empresas, autónomos y otras entidades que, en algún momento del año pasado, trabajaron con el Puerto o con alguna de las empresas concesionarias o de servicios que operan en dominio portuario.

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