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El mal estado de algunas calles provoca desazón entre los vecinos de Cala Romana

Desde el Ayuntamiento de Tarragona se afirma que el servicio de limpieza funciona con normalidad pero que «se tendrían que limpiar hierbas de algunas calles»

La falta de limpieza y renovación del pavimento es una de las principales quejas de los vecinos de la zona

El mal estado de algunas calles provoca desazón entre los vecinos de Cala RomanaGerard Martí

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«Desde finales del año pasado el servicio de limpieza es cada día más deficiente». Una de las vecinas de Cala Romana remarcaba así lo que desde este verano llevan denunciando al Ayuntamiento de Tarragona. Desde el vecindario de la calle Tramuntana hace meses que se muestran quejas dirigidas a los servicios de limpieza, ya que afirman que cada vez son más escasos. «Hace más de 15 años que vivo aquí todo el año y nunca había visto esta calle en un estado tan deplorable como el de ahora».

Según los vecinos de la zona, el problema de limpieza se arrastra desde finales de 2018 y lamentan que el nuevo Ayuntamiento «tampoco está haciendo nada para solucionarlo».

El primer contacto con el consistorio se registra a principios de este año a través del Teléfono Verde para denunciar que las brigadas de limpieza no pasaban por la zona desde hacía días. «Tienen que pasar cada viernes pero aquí no pasaba nadie», asegura una vecina de la Calle Tramuntana. Y nueve meses después la limpieza sigue decepcionando la vecindad: «La brigada sólo se acerca cuando se los llama. Este verano tuvimos que gastar 3 horas de jardinero comunitario para que limpiara la calle». Desde el gobierno municipal se manifiesta que el servicio se desarrolla con total normalidad y se afirma que «se hace cada viernes con un equipo formado por una barredora con sopladores, acompañada por una brigada de limpieza con portero de barrido».

Una situación a la que se ha sumado el amianto. Si el primer contacto de los vecinos de la Calle Tramuntana con el consistorio fue a principios de año, el segundo fue el día 7 de agosto en forma de denuncia urgente. Un segundo capítulo que se inició cuando aparecieron unas cañerías en medio de una zona verde de la misma calle Tramuntana. En este caso, la gestión del problema fue mucho más ágil, ya que alertaron que las cañerías podían ser de amianto y un técnico del Ayuntamiento se desplazó hasta el lugar de los hechos al cabo de unas horas para confirmar que las cañerías eran del material etiquetado como altamente cancerígeno. A partir de este momento, a principios de agosto, desde el Ayuntamiento informaron de que se activaba el protocolo establecido para la retirada de amianto pero, según los vecinos, volvieron a ser ellos los que lideraron la situación y tuvieron que retirar las cañerías, las depositaron en un contenedor de rechazo genérico, y esperaron a que un camión de basura se las llevara. Es aquí donde las versiones de las dos partes implicadas diverge, ya que mientras el Ayuntamiento explica que el caso fue derivado de Medio Ambiente a Fomento y las cañerías fueron retiradas por la empresa gestora de residuos, desde las casas más próximas afirman que fueron ellos quien tuvieron que deshacerse de las cañerías.

Cañerías y arcenes nuevos

Justamente esta semana ha empezado el plan de regeneración de cañerías de agua en el mismo barrio de Cala Romana, un proyecto que se inició este lunes y que prevé cambiar los tubos de fibrocemento después de mucho tiempo de insistencia por parte de los vecinos. Unas obras que se han recibido positivamente pero que tampoco han conseguido dejar la polémica atrás. Desde el barrio reclaman que el proyecto inicial preveía un cambio del pavimento de las aceras y ahora ven que no está siendo así. Según explican los vecinos el pavimento urbano está muy desgastado a causa de la vegetación que se obra paso desde bajo tierra. El actual gobierno municipal da la razón a los vecinos: «Se ha enviado un inspector y ha constatado que se tendrían que limpiar las hierbas de determinadas calles, nos pondremos en breve».

La sustitución de cañerías significará una reducción de escapes provocados por las roturas en las mismas. Unos 360 hogares del barrio de Cala Romana tienen contratado el suministro con Ematsa y, por lo tanto, se verán beneficiadas por estas obras en la red de canalización del agua.

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