Diari Més
Laia Estrada

Portavoz de la CUP en el Ayuntamiento

Política

«Si entramos en el gobierno, tiene que ser antes del verano, hacen falta manos»

Estrada admite diferencias con Junts para compartir gobierno y condiciona su entrada al veto de la bandera española en el balcón

Laia Estrada, ayer, en el centro de la ciudad.

«Si entramos en el gobierno, tiene que ser antes del verano, hacen falta manos»Gerard Martí

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La CUP fue la primera formación en dar apoyo a la investidura del alcalde Pau Ricomà (ERC). Mientras el gobierno entre los republicanos y los comunes ya ha empezado a caminar, los anticapitalistas manifiestan su voluntad de sumarse a un hipotético tripartito de izquierdas, si puede ser, antes del verano. La cabeza de lista de la CUP, Laia Estrada, ve «complicado» un gobierno en minoría con los actuales nueve concejales y pide reuniones a tres para analizar el posible acuerdo.

—¿La CUP quiere entrar en el gobierno?

—La CUP quiere ser útil para transformar la ciudad. Si tenemos que ser más útiles dentro del gobierno porque es posible llegar a un acuerdo programático, lo haremos, si no es posible y tenemos que estar en la oposición, estaremos. La cuestión es si tenemos el mismo concepto de qué significa transformar la ciudad.

—¿Se han reunido con ERC?

—Les dejamos claro que para hablar de gobierno requería más tiempo para poner en común cuál es la idea de transformación que tiene cada uno. Nos reunimos la semana pasada y hablamos a grandes rasgos sobre los temas fundamentales. Además, solicitamos reuniones a tres bandas (ERC, ECP y CUP) con todos los agentes. Confiamos en que puedan ser esta semana. Sería imprescindible que el acuerdo fuera posible antes de empezar el verano.

—No incluye a Junts per Tarragona en la negociación. ¿La CUP es incompatible con la formación de Dídac Nadal para entrar en el gobierno?

La CUP es incompatible con cualquier otro proyecto político que no implique la transformación absoluta de la ciudad, y uno de los puntos clave es el planeamiento urbanístico, la gestión directa. Queremos conversar sobre propuestas políticas. Es una realidad que en el proyecto de Junts hay puntos que nos podríamos entender, como la participación, pero hay otras cuestiones como la gestión económica o el planeamiento urbanístico en que el enfoque es muy diferente.

—¿La paralización total del plan urbanístico PP-10 es indispensable para entrar en el gobierno?

—La modificación del POUM es clave. No responde a los principios de desarrollo urbanístico sostenible y a las necesidades de la ciudad, ni en términos de cohesión ni en revertir la degradación. Podría ser que la modificación del POUM conlleve costes, se tendría que decidir en consulta ciudadana si vale la pena asumir los costes de revertir los planes parciales. Sería una buena manera de empezar a aplicar todo el concepto de participación ciudadana en lo que parece que estábamos de acuerdo con ERC.

—¿Qué otros temas pondrá sobre la mesa en las conversaciones con ERC?

—El salario del alcalde de 70.000 euros es muy elevado. Nosotros tenemos un tope de 27.720 euros anuales.

—¿Qué tendría que cobrar el alcalde?

—Lo mismo. En un contexto de crisis, un gobierno de transformación tiene que tener sueldos limitados y que vayan de acuerdo con los salarios estándar de la población. También tenemos que incrementar la plantilla municipal.

—¿La recuperación de servicios externalizados son indispensables para un pacto?

—La apuesta por la gestión directa es uno de nuestros puntos fundamentales, sin duda. Nos permitirá ahorrar el margen de beneficio industrial que se quedan las empresas, fiscalizar mejor el servicio y ofrecer mejores condiciones laborales. Cuanto más servicios podamos internalitzar mejor. Podríamos empezar por la grúa y el servicio de la limpieza de los edificios públicos. No se está hablando sobre la autodeterminación, que para nosotros es clave. Entendemos que no pondremos la estelada en el balcón, pero impedir que se cuelgue la bandera española constitucional es de mínimos.

—¿Para formar gobierno?

—Por supuesto. De la misma manera que no hay acuerdo mayoritario en el pleno para colgar la estelada, tampoco hay acuerdo mayoritario para colgar la bandera española. El cuadro del Rey presidiendo el salón de plenos tiene que ir fuera cuanto antes mejor. Si no se quiere desobedecer, se puede poner un cuadro de dimensiones muy menores en un lugar más discreto, no hay problema. Es de mínimos solidarizarnos con los presos políticos.

—¿La pancarta de presos políticos en el balcón es innegociable?

—Lo tendrá que determinar el pleno, pero es evidente que hay que ponerlo sobre la mesa cuanto antes mejor. Sacar el cuadro de Felipe VI, en cambio, sería una acción de gobierno.

—¿Tarragona es un símbolo del independentismo?

—No es un símbolo del independentismo, pero sí de la defensa del derecho a la autodeterminación. Es un símbolo de transformación y de ganas de cambio ante gobiernos caciquils.

—¿Comparte con ERC la paralización del bus gratuito?

—No estuvimos conformes con esta medida, necesitamos incrementar el uso del autobús. Hay estudios que demuestran que la gratuidad no hace incrementar el uso del bus. Lo hace la mejora de las líneas, que sea más eficiente. Tenemos que avanzar en autobuses sostenibles. La prioridad es estudiar sitios donde poner carriles bus, incrementar el número de marquesinas y una buena campaña del uso del bus.

—¿Qué le pareció el discurso del alcalde?

—Adecuado en el momento en el sentido de no levantar demasiada polvareda. Intentó tener un tono conciliador con una época que se quiere dejar atrás y conciliarlo con la ilusión que despierta la era en la que entramos. Quizás habría estado bien ser mucho más contundente en relación a todo aquello que falta en la ciudad y un compromiso firme para darle respuesta.

—Su tono fue diferente. ¿No cree que hablar de «mafia» es saltarse la presunción de inocencia del señor Ballesteros?

—Cuando hablamos de mafia no sólo hablamos del gobierno, sino de toda la estructura de poder que ha hecho que se tomen decisiones para satisfacer los lobbies de poder apostando en proyectos faraónicos que han endeudado la ciudad. Lobbies que han impedido que tengamos un estudio del aire, que tengamos miles de pisos vacíos.

—¿Qué le parece la composición del nuevo gobierno?

—Será complicado llevar a término un gobierno en minoría y con voluntad de transformación, porque se tocarán muchos intereses y habrá consecuencias. Precisamente porque hacen falta muchas manos, es un momento que requiere responsabilidad. En esta lógica queremos hablar para saber si es posible un acuerdo político. No hemos buscado nunca sillas.

—¿Falta gente para gestionar las carteras?

—Sin ningún tipo de duda. El trabajo que hay de antemano es ingente. Es imprescindible, si finalmente es posible un acuerdo político, que la CUP podamos formar parte de este gobierno desde el principio, antes de verano. Hacen falta manos.

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