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Quejas por la conversión de zona azul en carga y descarga en la zona del Mercat Central

Los vecinos reprochan al Ayuntamiento la falta de plazas de zona verde en el centro de la ciudad

Espacio habilitado por el Ayuntamiento en la calle Soler para que aparquen las furgonetas del mercadet.

Quejas por la conversión de zona azul en carga y descarga a la zona del Mercat CentralCedida

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La Asociación de Vecinos Tarragona Centre ha recibido quejas por la conversión de plazas de zona azul en carga y descarga en el centro de la ciudad. El Ayuntamiento va habil·litar el pasado lunes una parte de la calle Soler para que puedan aparcar las furgonetas de los vendedores del mercado de marchantes de la plaza Corsini que tiene lugar el martes y jueves.

«Hace muchos años que somos un cero a la izquierda», asegura la presidenta de la entidad vecinal, Núria Sabat. Desde hace tiempo reclaman plazas de zona verde para que los vecinos aparquen. El consistorio les responde que no hay espacio suficiente. Cuando el lunes los vecinos se levantaron, vieron unas líneas amarillas en la calle Soler que delimitan una nueva zona de carga y descarga. «Para eso sí que hay espacio», se queja Sabat.

Desde el Ayuntamiento, la concejalía de Movilidad y la de Comerç se pasan la pelota el uno en el otro sobre quién es responsable de esta actuación. Ayer, una hilera de furgonetas ya utilizaba el espacio que permite aparcar de seis de la mañana en cuatro de la tarde. Sabat ha recibido numerosas quejas de vecinos que ven cómo pierden espacio para aparcar sus vehículos.

Antes, las furgonetas ya aparcaban en la zona superior de la calle Soler. Ahora, también aparcan desde Cervantes hasta el Gasómetro. La calle Lleida también dispone de nuevo espacio para que aparquen los vehículos del mercadet.

Para los vecinos del centro, el problema de aparcamiento sólo es uno más de la larga lista de reclamaciones y promesas incumplidas por el actual gobierno socialista de Josep Fèlix Ballesteros. Sabat explica que el consistorio aceptó hacer un parque en la calle Ixart, pero que finalmente retrocedió. «Hace tres años el proyecto estaba aprobado. Nos dijeron que tenían el dinero pero no se hizo con la excusa de la seguridad», lamenta Sabat, que no entiende la decisión. «Es una calle de peatones. Podrían poner vallas», añade. Los vecinos también reclaman un parque infantil de 10 metros por 10 metros en la plaza Corsini. Sabat afirma que sólo está el parque de la plaza Verdaguer. «Los niños tienen que hacer cola para subir a los columpios», señala.

Sabat asegura que, en cuatro años, sólo ha conseguido una reunión con Ballesteros. «Después de pedirla durante mucho tiempo, finalmente sólo nos reunimos 45 minutos», explica molesta. «Hay un menosprecio», afirma. El último encuentro con el alcalde se produjo en febrero de 2018. «Nos prometió que nos volveríamos a reunir después, pero todavía esperamos», explica Sabat. «Hasta que no haya un cambio de gobierno no esperamos nada», lamenta esta vecina. Entre otras medidas, Sabat también reclama, desde hace tiempo, huertos urbanos en el centro.

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