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Inmigración

Sólo tres menores sin referentes familiares delinquieron en el 2018

Son datos provinciales del juez de menores de Tarragona, Jesús María del Cacho

Fachada del Audiencia provincial de Tarragona, en una imagen de archivo.

Sólo tres menores sin referentes familiares delinquieron en el 2018ACN

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Tres menores extranjeros no acompañados delinquieron en la provincia de Tarragona en el 2018. Así lo asegura el juez de menores de Tarragona, Jesús María del Cacho, que reduce a sólo tres casos los hechos delictivos relacionados con estos jóvenes sin referentes familiares que llegan solamente a Cataluña. La mayoría de estos chicos y chicas viajan en patera o escondidos en los bajos de un camión y provienen, en gran parte, de Marruecos.

Se trata de una cifra muy baja que contrasta con el estigma que, a veces, persigue a este colectivo inmigrante, que se ha multiplicado en los últimos años. Según los datos de la Dirección General de Atención a la Infancia y la Adolescencia (DGAIA) de marzo pasado, la Generalitat tutela a 2.593 menores extranjeros sin referentes familiares. La administración se hace cargo de estos jóvenes hasta que cumplen 18 años y se convierten en extutelats.

Dos de estos chicos juzgados en Tarragona fueron condenados por agresión después de atacar a sus educadores al centro de menores donde vivían. El juez condenó el tercero por robo continuado, después de cometer este delito en tres ocasiones.

En los últimos meses, diferentes episodios de delincuencia supuestamente relacionados con estos menores extranjeros ha provocado momentos de tensión entre los vecinos de algunos municipios catalanes. En Tarragona, algunos vecinos de la Parte Alta han atribuido algunos episodios de robos con violencia cometidos los últimos meses a estos jóvenes, un grupo del cual vive en el Centro de Acogida Virgen de Mercè. Desde de Intress, entidad que gestiona una parte de este centro, rechazaban el pasado mes de marzo que la autoría de los delitos correspondiera a los menores y que el grado de incidencia delictiva de estos jóvenes es muy bajo.

En Castelldefels (Barcelona), un grupo de 25 personas con la cara tapada atacaron en marzo un centro tutelado por la Generalitat causante daños materiales en el edificio. Uno de los menores del centro tuvo que ser atendido en el hospital, así como dos educadores. A algunos vecinos los acusaban de ladrones y de cometer actos vandálicos en la ciudad. Un día después, un centenar de jóvenes de la localidad barcelonesa, intentaron boicotear una concentración de rechazo del ataque al centro.

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