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Sanidad

La nueva sala de hemodinámica del Joan XXIII todavía no se ha puesto en marcha

Tenía que entrar en funcionamiento en diciembre, mientras que una averia a la primera unidad provoca que se deriven pacientes con infarto en Barcelona

La nueva sala tiene que dar cobertura en toda la región del Camp de Tarragona y las Terres de l'Ebre, incluida el área del Baix Penedès.

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La nueva sala de hemodinámica del hospital Joan XXIII todavía no funciona. El director del CatSalut, Adrià Comella, inauguró el pasado 13 de diciembre la segunda equipació de estas características del centro, que atiende a personas con infarto. La unidad tenía que entrar en funcionamiento el 18 de diciembre. Tres semanas después, la sala sigue sin funcionar. Una avería en la antigua sala de hemodinámica el lunes por la tarde, ha dejado el hospital sin ningún equipació de este tipo.

Fuentes del sindicato CGT del centro sanitario señalan que la nueva sala ha funcionado en dos ocasiones para probar la instalación. Los problemas técnicos que han surgido con el equipamiento han hecho imposible que siga operativa. «Los brazos que cuelgan del techo se caen del peso y no se pueden utilizar», aseguran estas fuentes. La nueva sala de hemodinámica se ha convertido, de momento, en un «almacén». Una tercera sala que atiende también casos de hemodinámica tampoco funciona a causa de las obras de ampliación de la nueva sala. La consecuencia directa es que el Joan XXIII deriva desde el lunes por la tarde los códigos infartos, es decir, los pacientes que sufran infartos en Barcelona. Uno de los centros donde se están enviando los pacientes de la provincia de Tarragona es el hospital de Bellvitge.

La nueva instalación permitirá atender a 400 pacientes más hemodinámica –de los 1.800 que se atienden anualmente–, y también facilitará que se traten el doble de casos de electrofisiología cardiaca –actualmente se atienden 110 al año–, según informaba en diciembre al Institut Català de la Salut (ICS). De los 1.800 casos que atiende el hospital, 500 son personas con infartos. La nueva sala pretende descongestionar gran parte de los pacientes que hasta ahora absorbe la antigua equipació, que presta servicio desde 2007, y dar cobertura en toda la región sanitaria del Camp de Tarragona y las Terres de l'Ebre, incluida el área del Baix Penedès, que hasta ahora derivaba a los pacientes a Barcelona. La equipación funciona las 24 horas del día.

Operativas a final de mes

El sindicato CGT se ha enterado de esta situación a través de los trabajadores, que cruzan que las dos salas, la antigua y la nueva, no funcionarán «al 100%» hasta finales de mes. Los trabajadores creen que la avería en el equipo antiguo podrá estar arreglada durante el día de hoy, aunque no lo aseguran. El Joan XXIII atiende cada día entre seis y ocho pacientes por término medio con problemas cardiacos, entre los cuales hay casos de infartos. La mayoría, sin embargo, son visitas programadas de personas que, por ejemplo, no han superado una prueba de esfuerzo. La frecuencia en que aparecen los casos de infartos es irregular. «Hay días que no tenemos ninguno y otros tenemos tres», explican desde el CGT.

La nueva sala de hemodinámica implicaba unas obras de ampliación en el espacio donde esperan a los pacientes para operarse y donde descansan después de la operación. Con estas obras se han tropezado con una tercera sala que también podía cumplir esta función, pero que a causa de los trabajos, ha cesado también su actividad.

La nueva sala está dotada con un equipo de última generación que permitirá la realización de casos de cardiopatía estructural de mayor complejidad. El equipo está formado por cuatro médicos especializados en hemodinámica cardiaca, dos más en electrofisiología y por los miembros de enfermería, que está previsto que se amplíen. La equipación supuso una inversión de 2,4 millones de euros y cuenta con casi 50 metros cuadrados. La sala, paralela a la primera sala hemodinámica, está integrada con una sala de control y tiene el equipamiento y los requerimientos de un área quirúrgica, con climatizació, control de presión y filtración absoluta. Las obras empezaron el agosto pasado.

Con la segunda sala de hemodinámica también se tenía que incrementar la zona de transferencia de pacientes de 4 a 6 puntos monitorados, hecho que supone una mejora del drenaje de los pacientes, dado que dos tercios provienen otros centros hospitalarios.

Vendrell y Baix Penedès

El pasado 13 de diciembre, en el acto de presentación de la nueva sala, el jefe de servicio de cardiología del Hospital Universitari Joan XXIII, el doctor Alfredo Bardají subrayaba que con la nueva sala se podrá absorber toda la demanda de patología urgente y programable, dado que el hospital tarraconense es el segundo de Cataluña en volumen de actividad, remarcaba. Bardají señalaba que los pacientes del área del Vendrell y del Baix Penedès, que se derivaban en los centros hospitalarios de Barcelona por la saturación de la actividad, finalmente podrán ser atendidos en Tarragona. «Supone una oportunidad de incrementar la cartera de servicios, es muy importante por el territorio», explicaba el doctor. En la misma línea, se manifestaba el director del CatSalut, Adrià Comella, que afirmaba que Tarragona tiene que tener una «alta capacidad resolutiva de toda la patología compleja».

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