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Caballeros medievales del siglo XXI

El combate medieval es un deporte que se practica por todo el mundo y cuenta con practicantes también en Tarragona

El equipo Born Combat Medieval, en el que compiten los tres deportistas tarraconenses.

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El Combate medieval o ‘Medieval combat’ es un deporte de contacto, regido por un estricto reglamento y que tiene una importante base histórica. No es ni una lucha de esgrima ni una recreación histórica. Sus practicantes son amantes de las artes marciales y de la Edad Media a partes iguales, y se someten a rigurosos entrenamientos porque la lucha es del todo real.

Tarragona cuenta con un equipo de personas que compite en esta modalidad deportiva. Forman parte del club Born Combat Medieval, que tiene sede en Barcelona, y que tiene delegaciones en Vic y en Tarragona. Dani Estera es uno de los luchadores de la delegación tarraconense (junto con José Coll y David Biosca) y define esta práctica como «un deporte muy competitivo y exigente, que fusiona la historia medieval con el deporte de contacto.» Los de Tarragona entrenan todos los viernes por la noche, mientras que los domingos lo hacen también, pero en Barcelona.

Dani practica la lucha medieval desde hace un año y medio y se declara un absoluto apasionado. «Los entrenamientos requieren una preparación física, porque compites con armaduras que pueden llegar a pesar más de veinte kilos, pero también hay que entrenarse a nivel mental. Es un deporte con técnica individual pero también de táctica de equipo», explica. A la hora del combate los luchadores van preparados con armaduras, unos trajes que suelen realizar armeros especializados. Esta equipació se rige también por unas normas con respecto a los referentes históricos: «hace falta que cada armadura sea fidedigna de un estilo y una época, no se puede llevar por ejemplo un yelmo mongol con una armadura europea del siglo XIV».

El combate medieval es un deporte que tiene su génesis en el este de Europa, con países como Rusia, Polonia, Bielorrusia o Ucrania al frente. Al estado español llegó hace unos cinco años, y ya existe una liga nacional. También se disputan mundiales y se hacen numerosos torneos internacionales, muchos de los cuales cuentan ya con presencia catalana. Las competiciones tienen varias categorías, y hay enfrentamientos desde uno contra uno hasta auténticas melés de luchadores: «pueden llegar a enfrentarse grupos de treinta personas, y ahora se está hablando de que, en uno de los futuros mundiales, se hará un combate de trescientos», explica Dani Estera. El luchador insiste en explicar que las luchas son reales, y hay árbitros que las regulan. Así, en los combates individuales se cuentan los puntos de impacto directo, mientras que en las batallas grupales gana el equipo que queda de pie con respecto a su contrincante. El hecho de luchar en equipo, añade Estera, dota a este deporte de una destacable camaradería entre compañeros: «entras a formar parte de una hermandad donde lo que prevalece es el compañerismo, donde todos nos tenemos que esforzar, y si un compañero se cae, recibe el apoyo del resto. Por todo ello, es muy emocionante» concluye.

El Club Born Combat Medieval se puede seguir a través de las redes sociales, y muy pronto anunciarán una liga en el Castell de Montsonís (La Noguera).

Un combate en el castillo de Montsonís.

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