Diari Més

El cierre parcial del PP-9 no evita que siga siendo un vertedero

El Ayuntamiento cerró en mayo cuatro accesos para poner fin a la problemática, pero dejó otros dos abiertos

Imágenes de ayer lunes al mediodía, donde se aprecia una pequeña parte de los centenares de kilos acumulados.

El cierre parcial del PP-9 no evita que siga siendo un vertederoGerard Martí

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El consistorio tarraconense pretendía acabar con los vertidos ilegales que se producen en el polígono sin edificar PP-9, situado entre las Gavarres y los barrios de la Floresta, la Albada y Parc Riu Clar, con la instalación a finales de mayo de numerosas barreras de hormigón de tipo New Jersey (como las que se situaron en la Rambla Nova), para cerrar el paso de los vehículos que vertían los escombros justo en medio de los viales. Pero la actuación no se llevó a cabo de forma completa en todas las calles: de los seis accesos a los viales desiertos, sólo se instalaron las barreras en cuatro puntos (dos en ambos extremos de la calle H, una en la calle C y una más en la calle D), quedando totalmente abiertos a la circulación las calles E y F, que se han convertido en un enorme vertedero donde se acumulan centenares de kilos de escombros a lo largo de todo el recorrido.

Materiales de construcción y muebles viejos impiden incluso el acceso en vehículo hasta el final de la misma vía. Lo más peligroso, como ya habían denunciado con anterioridad los vecinos (y pudo constatar ayer, sobre el terreno, este diario) son los numerosos cristales, procedentes de ventanas, espejos y televisores rotos, que ha esparcido entre los matorrales, muchos de estos completamente secos, el que en plena temporada de incendios resulta extremadamente peligroso. De entre los desperdicios, emergen objetos tan curiosos como papeles de citas médicas, contratos de trabajo, multas de tráfico, carnés de autobús, fotografías de carné, tacógrafos de vehículos profesionales o un Papá Noel destrozado. Alguna tienda se ha deshecho, en este punto, incluso de las antiguas estanterías, donde todavía se pueden apreciar los precios de los productos.

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