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Los trabajos precarios abocan a una cincuentena de personas a la PAH

«El problema de la vivienda deriva de la precariedad laboral actual, así, no pueden levantar cabeza», dice la coordinadora de la entidad

La PAH exige la recuperación de la ley que contemplaba medidas urgentes en el ámbito de la vivienda.

Los trabajos precarios vierten a una cincuentena de personas a la PAHGerard Martí

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Los desahucios por impago de la hipoteca acostumbraban a ir ligados a la falta de trabajo de uno o de los dos adultos de la unidad familiar. En la actualidad sin embargo, la Plataforma de Afectados por la Hipoteca (PAH) de la ciudad de Tarragona se encuentra con una problemática diferente: familias donde, a pesar de haber miembros ocupados, no ganan bastante dinero para afrontar el pago mensual. Son trabajadores pobres. «Del centenar de casos que ahora mismo gestionamos en la PAH, el cincuenta por ciento se encuentran en esta situación. El problema de la vivienda deriva de la precariedad laboral actual. Les hacen contratos a tiempo parcial, temporal, a veces por horas y a muy bajo coste. Así no pueden levantar cabeza», explica la coordinadora de la entidad, Carme Lleida.

Este diario ha reunido en la sede de la PAH, en la antigua universidad de la Imperial Tarraco, a varias personas que se encuentran con una abundante deuda. Son todas mujeres. Cuatro valientes, como miles más por todo el Estado, que cuando la estabilidad familiar se tambaleaba, cogieron el timón para salir adelante. «Más de la mitad de las que venimos a la PAH somos mujeres. Venimos las mujeres, luchamos las mujeres, hacemos acciones las mujeres», saca pecho Mari Carmen Manero. «Nos encontramos con muchos casos en que el marido, ante la situación de quedarse sin trabajo y perder su rol social, no levanta cabeza», apunta Lleida.

«Yo sola no puedo hacer frente»

Habla Dolores Martín, vecina de Campclar. Tiene una hipoteca a medias con su exmarido que se acerca a los 900 euros mensuales. Él se marchó de casa ahora hace un año, desentendiéndose por completo de la situación. A quién llaman para reclamarle la mensualidad, es a ella. «Cobro una pensión de invalidez de 1.200 euros. A menudo me dicen que gano mucho dinero, pero tengo que mantener también a mis dos hijos adultos. El chico ha dejado ahora un trabajo de dos o tres horas diarias donde, encima, yo le tenía que ayudar con la gasolina porque no le pagaban prácticamente nada. Le salía más caro ir a trabajar que quedarse en casa», comenta. «La chica tiene 29 años y nadie le da una oportunidad para trabajar, ya que no tiene experiencia,» desgrana la afectada. «Yo sola no puedo hacer frente a todo, si pago los 900 euros, sólo me quedan los 300 restantes para pagar agua, luz, seguro, el IBI... De comer pescado, ni hablar, como mucho, el pollo de la tienda del barrio, que te da dos por cinco euros», apunta entristecida. «Hace poco fui al asistente social, le expliqué que, con dos hijos viviendo en casa, no me llegaba para afrontar la hipoteca. Me decían que en mi caso, ellos no contaban porque ya eran mayores de edad, y yo me pregunto: ¿Qué hago? ¿Los echo de casa? ¿No les doy más comida? Los cuentan sólo cuando les interesa, porque si trabajan y es para pagar, sí que los tienen en cuenta», resume Martín, quien esta última Navidad, antes de entrar en la PAH (donde están negociando con su banco una condonación), se sentía al límite de sus fuerzas.

«Estuve pagando los primeros meses, pero, si pagaba, no vivía. Es una presión enorme la que tienes y no paran de llamarte. En Navidad le dije a mi hijo que no quería celebrar nada, él me intentó animar y yo le dije que prefería que me pegaran un tiro para sacarme de encima los problemas. Así se lo dije y es algo muy duro que todavía tengo aquí dentro clavado», recuerda con los ojos llorosos. Ahora, con la intermediación de la PAH ante la entidad bancaria, puede conseguir acabar con la pesadilla.

Según explican las otras tres integrantes, Mari Carmen Manero, Chari y Almudena López, el drama de la deuda deriva en problemas todavía más graves: «Entras en el listado de morosos y no puedes comprar por plazos absolutamente nada. Si se te rompe la lavadora y no tienes la cantidad en efectivo, ya te puedes olvidar de una nueva. Te perjudica en todo», explica Manero, de Torreforta, quién junto con su marido y con tres hijos a su cargo, acumula una deuda de cerca de 200.000 euros. «Yo he querido contratar ahora hace poco un pequeño seguro del hogar que me costaba siete euros al mes y me lo han negado, porque estoy en el listado», comenta con resignación Chari, quién avaló, sin ser consciente, a su hermano.

La PAH exige la inmediata recuperación de la Ley 24/2015, de «medidas urgentes para afrontar la emergencia en el ámbito de la vivienda y la pobreza energética», suspendida por el Tribunal Constitucional a petición del gobierno Rajoy.

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