Diari Més

Los aviones de Repsol conquistan el cielo tarraconense delante de miles de espectadores

La sexta Exhibición Aérea, que ha contado con piruetas de hasta ocho aviones, se ha acabado celebrando hoy por la mañana a causa de la lluvia del sábado

Dos avions de Repsol a l'assaig de divendres

Los aviones de Repsol conquistan el cielo tarraconense delante de miles de espectadoresCarlos Domènech Goñi

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Miles de personas han podido disfrutar esta mañana de la sexta Exhibición Aérea de Repsol a la fachada marítima de Tarragona. Los aviones del equipo Bravo 3, la patrulla acrobática Jacob 52 y el piloto igualadino Àlex Balcells han conquistado el azul cielo de la ciudad con movimientos de vértigo que se han ganado los aplausos del público. Loopings, invertidos, giros a gran velocidad y caídas sólo controladas por la gravedad y la destreza de los pilotos han hecho las delicias de los tarraconenses, en una exhibición que se aplazó el sábado por la lluvia.

Gafas de sol, sombreros y gorras. Estos han sido los tres elementos necesarios para combatir el sol y poder disfrutar, sin problemas, del show que las avionetas han empezado minutos antes de las doce y media de la tarde en la fachada marítima. «¡Parece que se estén tocando!», ha dicho ilusionado un niño a su padre, los dos con el cuello inclinado hacia atrás y las manos acariciando la barandilla del Balcón. Era una reacción propia después de ver cómo, la patrulla aérea Jacob 52, acababa de romper el horizonte del Mediterráneo con una formación de cinco perfecta. «Se trata de una maniobra muy peligrosa porque el piloto exterior tiene que ir más rápido que el resto, si no quiere tropezarse consigo contra los compañeros», ha aclarado el speaker del acontecimiento, un experto en la materia nombrado Jordi Mateu.

La patrulla Jacob 52 está formada por cinco aviones Yak 52 pilotados por Juan José Barta Hernández (líder), Javier Cruz Pérez (punto derecho), Tomás Castro de la Torre (punto izquierdo), Gonzalo O'Kelly Pérez (perro) y Manuel Rey Cordeiro (solitario). Los cinco han dado lo mejor de sí con giros invertidos, suspensiones en el aire a gran altura y un despido de los que hacen afición.

Los Yak 52 se han acercado vertiginosamente al balcón del Mediterráneo, donde miles de personas les miraban expectantes e, incluso, nerviosas. Cada vez, los Jacob 52 se encontraban más cerca de la fachada marítima. De repente, sin embargo, cada uno de los aviones ha roto su trayectoria hacia un lado diferente, formando una estrella con el humo que desprendía el motor. El resultado, aplausos y gritos de ánimos del público, que ha quedado impresionado.

Àlex Balcells, en solitario

Después de los Jacob 52, ha sido el turno para el catalán Àlex Balcells. Nació en Igualada el año 1981, es piloto profesional de línea aérea, con 8.000 horas de vuelo, y también instructor de vuelo y de vuelo acrobático, y miembro del equipo nacional en categoría ilimitada, desde el 2017. En su palmarés como piloto de vuelo acrobático figuran tres campeonatos de España en categoría adelantada (2013, 2014, 2015), un subcampeonato de España (2016) y un subcampeonato de España en categoría adelantada (2012), a más de tres medallas de bronce en la Copa Triangular de Vuelo Acrobático, en categoría Elemental (2005), Intermedia (2006) y Avanzadilla (2009). Todo un seguro para añadir calidad a la Exhibición.

Balcells ha acompañado su show con música y ha coordinado todos sus movimientos con la melodía que, en el Balcón, se escuchaba mediante altavoces. «Es poesía en el aire, baila con la música en el cielo acompañado de las nubes», ha dicho el speaker. Balcells ascendía y volvía a bajar con más velocidad, tejiendo estelas de humo que formaban grandes círculos encima de la playa del Milagro. Uno de los momentos más emocionantes ha llegado con la ejecución de la pasada a cuchillo. El avión, completamente en paralelo en el balcón, ha mostrado a los espectadores el tren inferior de la estructura, en un movimiento que ha combatido los límites de la gravedad y que ha puesto a prueba los nervios del público. «Es una exhibición de técnica en toda regla», ha dicho Jordi Mateu en referencia a las maneras de hacer de Balcells.

Para acabar, los clásicos

El equipo Bravo 3 ha sido el encargado de cerrar la sexta Exhibición Aérea de Tarragona. Cástor Fantoba y Juan Velarde han pilotado los Sukhoi 26 y Anselmo Gámez ha coordinado los movimientos desde el suelo. Los cuatro se conocen el cielo tarraconense a la perfección –ha estado la sexta vez que venían a la ciudad– y lo han demostrado con una muestra de piruetas y giros constantes que han llegado a producir a los pilotos más de 7G de fuerza. El denominado destornillador ha sido uno de los momentos más celebrados por el público. Una avioneta, al revés, ha volado de izquierda a derecha de la playa del Milagro mientras, la otra, le ha dado vuelcos.

El espejo también ha levantado muchos aplausos. Consiste en el vuelo de una avioneta girada encima de la otra, que Fantoba y Velarde han bordado sobre el «cielo azul y maravilloso» de Tarragona, según ha descrito Jordi Mateu a los espectadores. La exhibición del equipo Bravo 3 ha acabado con una nueva edición del cruce francés, tal como habían hecho antes los Jacob 52, pero esta vez más cerca del agua y a menos metros de la fachada marítima.

El público ha despedido a los pilotos moviendo las manos y los sombreros en el aire en un gesto de agradecimiento. La respuesta ha sido inmejorable. Cástor Fantoba, desde su Sukhoi 26 y mientras hacía piruetas, ha dicho adiós a la ciudad de Tarragona.

Para el próximo año, es posible que esta exhibición se haga mayor y traiga a más pilotos. El mismo Fantoba lo avanzó en declaraciones a los medios el pasado viernes, después de los vuelos de entrenamiento que tuvieron lugar por la tarde y que sirvieron para coger medidas y hacer las primeras comprobaciones.

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