Diari Més

«Escola Nova 21 es un movimiento de agitación hacia un horizonte común»

El programa Escola Nova 21 propone un cambio en el sistema educativo escolar que ha despertado el interés de varios centros de la demarcación

Marina Gay, Directora de redes del programa Escola Nova 21

«Escola Nova 21 es un movimiento de agitación hacia un horizonte común»Cristina Aguilar

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—Qué modelo promueve el programa Escola Nova 21?

Es un modelo que busca dotar a todos los alumnos de una experiencia de aprendizaje relevante y con sentido. El que hacemos nosotros no es aportar fórmulas mágicas para llegar a este fin, nuestro objetivo es alinear todos los agentes que intervienen en la educación del niño, desde la administración, hasta, obviamente, los centros, los docentes, las universidades y las asociaciones de padres y madres, hacia un horizonte común que esté centrado en un aprendizaje significativo.

—En el que consiste, este aprendizaje significativo?

Para nosotros aprendizaje significativo quiere decir un aprendizaje para ir adquiriendo competencias para la vida. Competencias que engloben el ser, el individuo como persona, las habilidades, el hacer, el conocer... También el convivir, un aspecto que entendemos que está un poco dejado de lado en la escuela tradicional.

—Cómo se puede conseguir este cambio?

En Escola Nova 21 nos gusta decir que somos un movimiento de agitación hacia un horizonte común, en el marco de una escuela adelantada, y hacia un propósito competencial y unas prácticas globalizadas. Nosotros surgimos porque hay uno caldo de cultivo muy grande, un sentimiento que el siglo XXI necesita cambios en la educación. Escola Nova 21 se plantea como una chispa por un horizonte que haga que el cambio sea de no retorno. Pretendemos arreglar lo que de hecho ya está pasando. Todo surge de ver que lo que estamos enseñando a la escuela tradicional y las habilidades que necesita hoy día a la sociedad, no sólo a nivel profesional, sino también individual, acaban de cuadrar. Sobre todo a nivel social, de ciudadanía, que es aquello en que la UNESCO pone énfasis en suRepensar la educación del 2015, y es que la educación no es un servicio, sino un bien común, y como tal, nos interpela a todos. Escola Nova 21 pretende integrar todas estas fuerzas de cambio hacia este horizonte.

¿Quién hay detrás de este movimiento?

Escola Nova 21 la conforman cinco entidades: la Fundación Jaume Bofill, el Centro UNESCO Cataluña, la UOC, la Caixa y la Diputación de Barcelona, gracias a la cual podemos organizar la red de aprendizaje colaborativo, surgida después de hacer un llamamiento y que se hayan apuntado casi quinientos centros. Pero además, el programa se pone en marcha gracias al impulsó que hacen 25 centros que ya trabajan con prácticas globalizadas y de manera competencial.

—Qué nos dice la experiencia de estos 25 centros?

Los que nos dice es que hay que cambiar la práctica de la escuela, basada en una enseñanza transmisora, hacia un modelo en que el alumno es el centro del aprendizaje. Y como el alumno es el centro del aprendizaje, hay que estimular las propias motivaciones. Y además, es un modelo en que todas las dimensiones de la persona se trabajan al mismo tiempo. Por otra parte, gracias a la neurociencia, a día de hoy sabemos que el cerebro es capaz de adquirir más y mejor los conocimientos si estos aprendizajes se aplican de una determinada manera. Por ejemplo, integrando las emociones o estableciendo el aprendizaje social. También generando conexiones entre aprendizajes, de aquí la importancia, por ejemplo, del trabajo por proyectos.

—Qué supone, para las escuelas, apostar por el programa Escola Nova 21?

Hay muchos centros que están apostando por este cambio educativo. Para seguir este camino de no retorno y que el cambio sea sistémico, hay que tocar todas las teclas del sistema. Eso quiere decir a los docentes, y por lo tanto también su formación, pero también el aprendizaje colaborativo entre docentes y entre centros. También todo el trabajo que se está haciendo desde las administraciones, con lo que implica de inspecciones y, por lo tanto, todos los indicadores de evaluación asociados a este seguimiento. Hay que incluir también toda la parte de servicios educativos que genera la propia administración y los recursos de los cuales se dotan los centros. Y también hay que tocar una pieza fundamental, que ya estamos viendo que es una necesidad que tienen muchos centros: las rotaciones y la selección de los docentes. En el caso de los centros públicos estas rotaciones generan una inestabilidad en los propios claustros que hacen que sea más complicado generar estos cambios. Por esta razón, la propia administración ya está generando propuestas concretas que ayuden a poder dotar de más autonomía los centros a la hora de confeccionar sus equipos de docentes. En definitiva, si Escola Nova 21 se pusiera a trabajar sólo con los centros, seguramente no conseguiríamos este cambio de forma sistémica. Por lo tanto, lo que estamos intentando es activar los otros agentes, no tanto decirlos cómo tienen que hacer el trabajo, sino implicarles en esta ola|oleada para que cada uno, desde su rol, consiga que eso sea efectivo.

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