Diari Més

Un día como hoy de 1811 la ciudad se ahogaba bajo la presión del ejército francés

El asedio de Tarragona duró cincuenta y cinco días, produjo miles de muertes y el próximo jueves se conmemorará el 206 aniversario de la derrota

Ofrena floral celebrada l'any passat al monument que Tarragona dedica als Herois de 1811.

Un día como hoy de 1811 la ciudad se ahogaba bajo la presión del ejército francésElena Pedrola

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Un día como hoy de hace 206 años, Tarragona sufría el quincuagésimotercer día del inicio del sanguinario asedio protagonizado por el ejército de Napoleó Bonaparte, uno de los momentos más cruentos que ha vivido la ciudad en su bimilenaria historia. Dos días después, el 28 de junio de 1811, Tarragona caía en manos de los franceses después de un asalto que provocó una gran mortandad en una población debilitada después de más de un mes y medio de acoso. Desde hace diez años, el monumento a los Héroes, obra de Julio Antonio, es el escenario central del homenaje –junto con las escaleras de la Catedral–, que la ciudad hace a las víctimas del asedio. Este próximo jueves, varias entidades volverán a depositar flores al pie del conjunto escultórico.

Una carta escrita por el general francés Suchet después de la invasión de Tarragona, y que remitió a Napoleón, desprendía el horror que vivieron los tarraconenses desde el 4 de mayo de 1811, fecha en que empezó el asedio. En el escrito, Suchet informaba de que durante el asedio y los cinco asaltos que sufrió Tarragona perdieron la vida 4.000 personas, que se encontraban en el interior de la ciudad, 1.000 más que intentaron zafarse saltando desde la muralla y que, una vez capturadas, fueron degolladas, o bien murieron ahogadas en la playa.

La importancia del elevado número de víctimas que supuso el asedio se desprende de la demografía de la época. En el tramo final del siglo XVIII la población de Cataluña era de unos 900.000 habitantes. La capital catalana, Barcelona, tenía censadas el año 1787 un total de 119.227 habitantes y, Tarragona, 8.899. La estructura activa de la ciudad era aproximadamente la misma que tenía en la Edad Media: el 32% de la población la formaban los campesinos; el 23% del colectivo eran menestrales; el 13% pescadores y gente de mar; el 2,2%, comerciantes, y los eclesiásticos constituían el 22,5%, entre otros oficios. Tarragona era la única plaza fuerte y capital de provincia del Principado que se mantenía bajo control del ejército español, y de hecho constituía la posición base de todas las fuerzas de Cataluña. Eso daba particular significación a la codicia francesa a conseguir esta ciudad.

La conquista de Tarragona supuso un gran triunfo para el ejército francés, lo mismo que casi dos años después, cuando tuvo que retirarse, derrotado, destruyó buena parte de la ciudad. Antes de dejar Tarragona, los soldados hizo un último saqueo, estropearon muchas casas y dinamitaron edificios imponentes como el Castillo del Patricarca, que se encuentro entre la calle Merceria y la Catedral. El único lugar que se salvó del intento de destrucción fue la capilla de Sant Magí, gracias al hecho que la mecha colocada para hacer explotar la dinamita no tomó. Este hecho se produjo, nada más, el día de celebración de la festividad de Sant Magí y este hecho se consideró un milagro. Como resultado de la guerra, Tarragona, entró en un mundo de sombras del cual no se recuperó hasta pasado más de medio siglo, hacia la década de los años setenta del siglo XIX. No fue hasta entonces que empezó a recuperarse con una energía tal que le permitió conservar la capitalidad de la provincia, un título por el cual luchó Reus, por aquellas fechas una de las ciudades más prósperas de Cataluña.

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