Diari Més

El ou com balla concentra centenares de tarraconenses y de turistas en la Catedral

Los niños que este año ha hecho la primera comunión volvieron a ser los protagonistas en la procesión del Corpus Christi que recurrió la Parte Alta

El patio de la Catedral se llena de visitas para ver el ou com balla, tradición de la celebración de Corpus.

El ou com balla en la CatedralCristina Aguilar

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El claustro de la Catedral de Tarragona recibió ayer una riada de gente para ver El ou com balla. La jornada dominical del Corpus Christi empezó al lado del manantial, ubicado en el centro de este recinto que fue visitado por centenares de tarraconenses y de turistas de paso en la ciudad, para cumplir con la tradición y ver un espectáculo tan sencillo como curioso, que ejerce una atracción especial. Uno de los grupos de turistas era estudiantes de un instituto de Leganés que vinieron a Tarragona con motivo del viaje de fin de curso. Situados delante del huevo y con gran incredulidad, los comentarios fueron diversos, como el de uno de los alumnos que dijo «a mí no me engañan; eso se aguanta con un hilo».

Con una mesa situada en el pasillo del claustro, Teresa Brull y Montserrat Carrasco venían las tradicionales cocas de cerezas al precio de un euro y medio, mientras invitaban a hacer una cata de vino de misa. «El año pasado vendimos quinientas cocas antes de las dos de la tarde y este vamos por el mismo camino», explicó Brull, quién comentó que «hace más de veinte años Montserrat y yo nos hicimos cargo de organizar El ou com balla, porque también llevamos a la Virgen de las Nieves, la fiesta de la cual es el 5 de agosto y la hacemos en la capilla del claustro que se le dedica».

Teresa y Montserrat decidieron organizar El ou com balla«porque no había ninguna ornamentación y pensamos que quedaría bonito poner flores en el manantial y ramos de cerezas». «Incluso, nosotros. que somos voluntarias, barríamos el suelo del claustro: este año lo ha hecho un grupo de canalla», dijo Teresa.

La tradición

La tradición de El ou com ballacogió un fuerte impulso el año 1933, cuando el canónigo Josep Vallès i Barceló empezó a ornamentar el jardín y hacer bailar el huevo a la fuente del claustro de la Catedral. En la tradición cristiana, el huevo es símbolo del inicio de la vida y de la resurrección de Cristo. El enzarzado de cerezas que adorna el surtidor también tiene un significado relevante, ya que esta fruta simboliza la vida eterna y, por su color, la sangre de Jesucristo. Además, el cerezo es considerado uno de los árboles del paraíso.

La documentación más antigua que se tiene de esta curiosa propuesta de la iglesia Católica, la del ou com balla, fecha del año 1440, mientras que la fiesta del Corpus fue instituida por el papa Urbano IV el año 1262.

La procesión

La jornada continuó por la tarde con el oficio y la procesión, que empezó a las 19 horas desde el interior de la Catedral. En el exterior, Magí de les Timbales, encima de lo que había sido una alfombra de arena, esperaba a los gigantes, y abrió el camino al séquito, muy presidido por el sonido de las campanas del templo. Unos metros más allá, representantes de cofradías y un grupo de niños que este año han hecho la primera comunión, la representación de la iglesia y la custodia del Corpus Christi, que cerraba la procesión. A pesar del calor que hizo ayer en la ciudad, muchos fueron los tarraconenses que vivieron en directo la procesión del Corpus y las diversas actividades que se hicieron a lo largo de la jornada con motivo de esta festividad.

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