Encuentran por sorpresa un embarcadero romano en el Bosc de la Marquesa que había pasado desapercibido

Hallazgo importante en la costa tarraconense. Se ha localizado por sorpresa un embarcadero de época romana en una recóndita playa del Bosc de la Marquesa, en el antiguo término de Tamarit, muy cerca de la pedrera del Mèdol. Desde este muelle romano -una roca natural de unos 75 metros de longitud con un canal de agua en medio-, embarcaban barcos cargados de piedra en dirección a la Tàrraco romana entre los siglos II a.C. y II d.C., en época de plenitud constructiva. El hallazgo no sólo ha permitido sacar al descubierto un embarcadero que estaba a la vista y había pasado completamente desapercibido, sino que también ha desmontado la teoría que la piedra se transportaba por el suelo, aprovechando la Vía Augusta. El descubrimiento ha sido totalmente casual. Un investigador del Institut Català d'Arqueologia Clàssica, en un día familiar en la playa, supo interpretar esta gran roca lisa, una particularidad por la cual se conoce como la Roca Plana.

La alisaron los romanos hasta conferirle la forma idónea de corte perfecto, con un canal de 50 metros de longitud y 5 metros de anchura por donde entraban y salían los barcos, cargados con hasta 30 toneladas de piedra del Mèdol. Era un canal profundo que hoy en día ha quedado cubierto de arena, pero la roca sigue conservando el aspecto original de muelle de carga situado a cubierto delante de la Punta de la Móra, que algunos bañistas aprovechan para introducirse con tablas, piraguas o kayaks.

El descubrimiento ha cogido por sorpresa a los investigadores y arqueólogos del Institut Català d'Arqueologia Clàssica que trabajan y conocen a fondo la cantera del Mèdol, excavada en el 2013, y que ahora se complementa con este muelle romano vinculado a la actividad del Mèdol. A raíz del muelle también se han localizado unos encajes cuadrangulares que podrían haber afirmado grúas de carga. En la misma playa también se han encontrado otras pistas que corroboran el uso de la Roca Plana como puerto romano.

Así, por la zona de playa hay esparcidos dos antiguos sillares que superan el metro de longitud, y que debieron provenir de la cantera. Un camino, actualmente desaparecido, unía en un trazado prácticamente rectilíneo los 900 metros que separan la cantera de este muelle -en un tramo donde ahora coinciden vías transitadas como la autopista o la A-7. Recuperar este antiguo camino romano es otro de los trabajos de futuro que abre el descubrimiento del primer muelle propiamente industrial de época romana.

«Queremos hacer una investigación terrestre, pero también de la parte submarina», ha explicado el investigador del ICAC Jordi López, quién localizó este importante y singular hallazgo. «Es un puerto único, había que construir la gran Tàrraco romana y se extraía en función de la demanda, primero la muralla, y después el foro, los monumentos de la Part Alta, el anfiteatre, el circo, etc.», ha añadido Anna Gutiérrez, arqueóloga e investigadora de la Universidad de Burdeos, que colabora en proyectos del ICAC.

Según Gerard Martí, arqueólogo y director del Museu d'Història de Cambrils, que también ha participado en el proyecto, el hallazgo corrobora que los romanos prefirieron transportar la piedra por mar, y no en carros y bueyes por camino, como se había presupuesto, ya que el transporte marítimo era mucho más rápido y económico -hasta 40 veces más barato. Ahora se desconoce, sin embargo, cuál era el punto de desembarque en la Tàrraco romana, si bien los investigadores piensan que podría ser la punta del Miracle.