Diari Més

«La playa es un espacio de ocio, pero también un espacio natural donde hay tortugas»

El educador ambiental que informa sobre la tortuga boba ha explicado a los niños tarraconenses como actuar en caso de encontrar alguna

Els alumnes del segon curs de primària del Col·legi Sant Pau Apòstol de Tarragona, escoltant les explicacions de Txiqui López.

«La playa es un espacio de ocio, pero también un espacio natural donde hay tortugas»Carla Pomerol

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Alucinados. Así quedaron los niños del segundo curso de primaria del Colegio Sant Pau Apòstol de Tarragona, después de escuchar las explicaciones de Txiqui López, educador ambiental y cara visible de la campaña que está llevando a cabo el Ayuntamiento, sobre la tortuga boba, un reptil que apareció el año 2014, por sorpresa, a las playas tarraconenses. El objetivo de la campaña es que los más pequeños sepan como actuar en caso de que se encuentren una.

Txiqui López y la réplica a medida real de la tortuga boba han visitado una veintena de escuelas del municipio para concienciar de la protección de esta especie. «El objetivo es concienciar en los más pequeños de que la playa no es uno sólo un espacio de ocio, también es un espacio natural donde pasan cosas y que conviene proteger. Aparte de toallas y parasoles, también hay animales y plantas», explica López, quién añade que es importante que se conozca y se valore el medio ambiente.

Los alumnos del segundo curso de primaria del Colegio Sant Pau Apòstol han sido los últimos en escuchar las explicaciones del educador ambiental. La campaña acabó ayer, pero el consistorio tarraconense tiene previsto devolverla arrancar a finales de año. La sesión, que duró una hora, empieza con una explicación para ubicar a los niños dentro del espacio geográfico de Tarragona y «mostrar los diferentes aspectos que ofrece el municipio». La segunda parte es la que más interés causa entre los alumnos: en Txiqui, ayudado de la réplica de la tortuga boba, habla de las tipologías de tortugas y de cómo actuar delante de este reptil.

«Si estamos en la playa y nos encontramos una tortuga boba, tenemos que llamar al 112 para activar a los voluntarios, la policía y los veterinarios,» explica Txiqui, quien|quién añade que «es muy importante no correr delante o detrás de la tortuga, no gritar y no hacer fotos con flash. Eso provocaría que la tortuga volviera a entrar en el agua y no dejara sus huevos». Los alumnos lo miraban con la boca bien abierta.

Lo que más les ha impactado ha sido que la tortuga boba puede dar la vuelta al mundo, pero siempre recuerda dónde dejó sus huevos. Ahora bien, la madre no tiene relación de afecto con las crías. «La tortuga boba no ama a sus hijos», explicaba un alumno, justo después de acabar la sesión. En Txiqui también dio algunos trucos a los más pequeños para saber como identificar una tortuga boba. «Esta especie es la más recurrente en el Mediterráneo, pero si hay alguna duda, nos tenemos que fijar en las escamas del lado. Si tiene cinco, se trata de una tortuga boba», asegura Txiqui, quien añade que «para diferenciar si es uno macho o una hembra nos tengo que fijar con la cola. Si es larga, es macho y si es corta, hembra». Pero todavía faltaba para explicar una de las cosas más sorprendentes de esta especie. El género de la tortuga se decide dependiendo de la temperatura de la arena: si la arena está a más de 30 grados, los huevos se convertirán en tortugas hembra, y si la arena está a menos de 29 grados, se trata de machos. Los más pequeños no podían creer lo que estaban escuchando. La charla ocupó una parte del tiempo dedicado al patín, pero no importaba, el rostro de los alumnos dejaba entrever que era más importante saber como funcionan las tortugas bobas.

La tristeza también estuvo presente cuando en Txiqui explicó que, de los cien huevos que puede llegar a poner una tortuga boba, sólo una llega a adulta. «Hay muchos peligros: desde la contaminación en los depredadores o los anzuelos de los pescadores», explicaba en Txiqui, quién añadió que «el nombre de la tortuga surgió porque el reptil no pone resistencia a la hora de ser cogida. La babua flota, porque necesita el calor del sol. Es un reptil».

Uno de los alumnos del segundo curso, Nil Buenestado, valoraba la charla, diciendo: «Ahora ya sé cómo actuaré si me encuentro delante de una tortuga. Ya tengo ganas de ir a la playa a ver si me encuentro una». Por su parte, otra alumna, Ona Aguiló, aseguraba que «lo que más me ha impactado es saber que las tortugas boba pueden dar la vuelta al mundo. ¿No decían que eran muy lentas»?. La tutora del curso, Maria Zapata, aseguraba que «esta clase está muy sensibilizada con los animales y el medio ambiente» y añadía que «proporcionar la información a los más pequeños es muy importante. Están muy receptivos ahora».

Por su parte, la concejala de Medio Ambiente del Ayuntamiento de Tarragona, Ivana Martínez, ha destacado la función de los voluntarios y ha dicho que «estos niños y niñas también lo pueden ser, actuando de manera correcta cuando se encuentren una tortuga boba». Martínez ha explicado que la aparición de este reptil en playas tarraconenses es un hecho histórico que hay que valorar y, por eso, estamos llevando a cabo una serie de exposiciones y campañas para concienciar a los tarraconenses». Desde el año 1974, no se tenía constancia de la llegada de las tortugas bobas a la costa tarraconense. Eso es importante para reconocer las playas como un espacio natural.

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