Diari Més

Reclaman una marquesina en la parada|puesto del EMT de Juan XXIII

Es utilizada sobre todo por personas mayores provenientes del hospital, que no se puede sentar en ningún sitio

Andrés Robledo de 84 anys, és un dels molts usuaris que reclama la implantació d'una marquesina.

Reclaman una marquesina en la parada de la EMT de de acera de delante de Joan XXIIIJoan Antoni Torreblanca

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Tres líneas de alta demanda, 137 buses al día en jornadas laborables, centenares de pasajeros diarios y un hospital en la puerta. Todos estos elementos no parecen suficientes para que la EMT se decida a instalar una marquesina o al menos un par de bancos para que los usuarios, a menudo personas mayores, puedan esperar el bus en la parada de Doctor Mallafré 7, delante de Joan XXIII, en unas mejores condiciones que las actuales. No hay ningún tipo de soporte, los ciudadanos tienen que esperar de pie, evitar la lluvia en los toldos de un bar instalado en el bloque anexo o en el pequeño acceso del edificio. No pasa el mismo en las dos paradas del EMT de la acera de delante, unos metros más abajo y en lo tocante al hospital, que sí que tienen resguardo de metal y cristal.

La de Doctor Mallafré 7, es una parada especialmente transitada por pacientes y usuarios del hospital, a menudo con enfermedades que hacen difícil soportar más de cinco minutos de pie, esperando. «Vivo casi en el hospital porque me operaron hace poco de la pierna y tengo que venir muy a menudo. No puedo estar demasiado rato levantada y parada, porque que sino me hace daño. Cuando espero el bus el único remedio que tengo es apoyarme en la valla de la terraza del bar», apuntaba ayer por la mañana Olga Duarte, usuaria de la línea 54 y residente en Sant Pere i Sant Pau.

En el mismo caso se encuentra el Andrés Robledo, de 84 años, que coge diariamente la línea 22 en dirección al Serrallo en esta parada. «Aquí subimos a muchas personas mayores y, cuando espero, veo a algunas personas con muletas, creo que sería necesario al menos poner unos bancos», explicaba el hombre. De hecho, todos los usuarios de Joan XXIII provenientes del Serrallo, Sant Pere y Sant Pau i Sant Salvador y que hacen uso del transporte público, tienen que acabar pasando por esta parada para volver a casa con las líneas 22, 54 y 85.

Algunos ciudadanos mitigan la espera sentándose en las sillas de la terraza del bar del lado, un hecho que molesta el establecimiento, especialmente al verano, cuando las mesas del exterior van más buscadas. «Si son personas mayores o veo que llevan la pierna enyesada, no se los digo nada, pero si son jóvenes, sí que se los pregunto si toman alguna cosa o les pido que se levanten», apuntaba a una trabajadora. De hecho, un usuario, Celestí Llistern, recuerda que hace unos años, cuando se instaló la parada, el establecimiento colocó un cartel en la zona de terraza pidiendo que los ciudadanos que esperaban el bus no se assaguessin. A la comunidad de propietarios del bloque anexo también molesta la situación, ya que algunos de los usuarios que esperan entran en el acceso de su bloque para resguardarse, y a veces también lo dejan sucio con latas de refresco, explicaba un vecino.

La solución pasaría para que una de las dos nuevas marquesinas que Clear Channel –la empresa adjudicataria del mantenimiento de las paradas de bus y de la publicidad– tiene la obligación de instalar anualmente en la ciudad, se pusiera en este punto, previa orden de la EMT. Hay que recordar que cada unidad tiene un coste aproximado de 15.000 euros según la licitación que realizó el Ayuntamiento.

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