Diari Més

Urbanismo

Vecinos de Levante claman contra la construcción de 6.000 viviendas

El proyecto prevé un nuevo barrio entre el Nou Estadi y Cala Romana, en la partida de la Budellera

Fotomuntatge del projecte de nou barri a l'entorn de la Budallera.

Vecinos de Llevant claman contra la construcción de 6.000 viviendasCedida

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El proyecto de construcción de un nuevo barrio delante de las playas Savinosa i Llarga, en la partida de la Budallera, ha levantado gran malestar entre vecinos de la zona que piensan que la urbanización de 6.000 viviendas afectará negativamente a un espacio ocupado en la actualidad por|para una importante masa arbòrea. No descartan tomar medidas de bastante si el Ayuntamiento no los escucha.

La planificación urbanística prevista para la zona comprendida entre el Nou Estadi y Cala Romana afecta a 1.500.000 metros cuadrados, contempla edificios de hasta doce plantas, 6.000 nuevas viviendas y una ploblación de entre 12.000 y 18.000 personas. Una vez finalizada la construcción de las viviendas, se generarán en torno a 125.000 desplazamientos diarios, según una previsión del Ayuntamiento que los vecinos no comparten.

La presidenta de la Asociación de Vecinos de Llevant, Gemma Fusté, ha manifestado en Diario Més que la planificación «es aberrante y la edificación propuesta afecta en la costa de Tarragona». «Nos oponemos a este plan y presentaremos alegaciones sólidas a fin de que no se haga».

La reunión celebrada en el Centre Cívic de Monnars contó con la presencia de arquitectos e ingenieros vecinos de la zona y miembros de la Plataforma Salvem la Platja Llarga i el Bosc de la Marquesa. La entidad ecologista considera que la zona urbanizable «es un espacio público que afecta en un bosque y playas que hay que conservar. En Tarragona tenemos pocos parques». Salvem la Llarga pide la protección del espacio, «aplicar un modelo más sostenible en la Anilla Verde» y favorecer «la biodiversidad y el patrimonio histórico y arqueológico».

La Asociación de Vecinos de Llevant no se siente cómodo con las conversaciones que mantiene con el departamento de Urbanismo del Ayuntamiento que encabeza el concejal Josep Maria Milà. «En una reunión con Milán, este nos prometió hacer una maqueta que no hemos visto y ampliar el tiempo para poder hacer las alegaciones», ha dicho Fusté, quién recuerda que «tenemos tiempo hasta el día 20», dice Fusté.

Josep Maria Milà ha manifestado que «me reuní con los vecinos de Llevant más de dos horas y media y los hicimos una amplia exposición de este proyecto de futuro que establece el Plan General». El concejal de Urbanismo ha afirmado que los vecinos asistentes «hicieron críticas puntuales». Por otra parte, Milán ha remarcado que «este proyecto se iniciará, como muy pronto, el año 2023 y si todo va bien no estará finalizado hasta el 2040 o el 2045».

Los vecinos también cuestionan el hecho de que un hijo del concejal forme parte del equipo que ha elaborado el proyecto. Milán ha respondido diciendo de que esta iniciativa «empezó hace diez años y yo hace tres que estoy en el Ayuntamiento». Además, «intervienen arquitectos, geólogos, ingenieros, mucha gente».

En opinión de los vecinos, la redacción del proyecto urbanístico de la Budellera plantea muchos interrogantes. Se oponen al hecho de que como vías de comunicación con el nuevo barrio se utilicen calles de Cala Romana estrechas, como la que enlaza las instalaciones del TennisPark con la Vía Augusta. Además, prevé la construcción de viaductos «que afectarán a la zona de bosque y que no son estéticos». «Esta solución nos nos gusta», remarca este colectivo.

Los miembros de la Asociación y de Salvem la Llarga están redactando las correspondientes alegaciones. Al respecto, lamentan que el Ayuntamiento «no amplíe el periodo de tiempo, como hemos pedido, debido a que es trata de un trabajo pesado».

Entre los elementos que el vecindario cuestiona destaca la construcción de un nuevo acceso a la A7, prevista como salida del barrio, y que estaría situado próximo al enlace actual que discurre por detrás del Nou Estadi. Uno de los asistentes comentó que «Carreteras no permite hacerlo por no cumplir la distancia necesaria entre los dos enlaces y se habría de contruir uno paralelo a la autovía, con lo cual se incrementaría el coste».

Los vecinos también están en contra de la planificación que hace el Ayuntamiento con respecto a la viabilidad. «La rotonda existente es insuficiente, los accesos no prevén el alto número de vehïcles que circularán y la movilidad dentro del barrio puede ser caótica por|para el plantejamen que se hace».

Los miembros de la Asociación están convencidos de que la circulación de vehículos en torno al nuevo cierre «colapsarà la zona de los barrios de Llevant». Otro motivo de preocupación es la posible afectación en las playas próximas. «El volumen de gente que irá se verá incrementado y los accesos que propone el Ayuntamiento son poco viables».

El Gobierno municipal propone un parking cerca de la Llarga, «con un acceso a la playa que no nos gusta», y los vecinos plantean construirlo «entre la playa y la rotonda del Catllar», a pocos metros de distancia del proyectado por el PPU-24 de la Budellera.

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