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Estrada: «Me retorcieron el brazo, recibí golpes y me insultaron»

El juicio del Caso Bershka, en el cual está encausada la portavoz de la CUP, Laia Estrada, se inició ayer y continúa hoy

El juicio del Caso Bershka, en el cual está encausada la portavoz de la CUP, Laia Estrada, se inició este miércoles y continúa el jueves.

Estrado: «Me retorcieron el brazo, recibí golpes y me insultaron»Cristina Aguilar

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El juicio por el caso Bershka, que enfrenta activistas feministas con agentes de la Guardia Urbana, empezó ayer y continuará hoy, en la Sección Cuarta de la Audiencia de Tarragona, con la declaración de los tres encausados y de los testimonios citados por la acusación de la Guardia Urbana. La portavoz del grupo municipal de la CUP en el Ayuntamiento de Tarragona, Laia Estrada, es una de las encausadas en el caso. Estrada declaró, entre lágrimas y muy emocionada, que los agentes le retorcieron el brazo, le propinaron patadas y la insultaron en el interior de un portal de la Rambla Nova, lo que le provocó episodios de estrés posttraumático, insomnio y que, además, tuvo que coger la baja en su lugar de trabajo.

Los hechos se remontan al día 7 de enero de 2009, cuando el colectivo feminista Cau de Llunes organizó una acción simbólica en las puertas de algunos establecimientos comerciales de la ciudad, con la intención de denunciar la presión estética como una forma de violencia machista. En plena época de rebajas, el colectivo pintaba en el suelo con tiza la silueta de una chica y leían un pequeño manifiesto a través de un megáfono.

En un primer momento, el colectivo, que, según los activistas estaba formado por quince personas, se dirigió al Oysho y llevó a cabo la acción sin ninguna incidencia. El conflicto llegó cuando los activistas leyeron el manifiesto delante del Bershka, en la Rambla Nova.

Según declaró Estrada, «dos agentes de la Guardia Urbana se dirigieron hacia nosotros con tono chulo y nos pidieron que nos identificáramos. Una compañera y yo se los enseñamos el DNI y, después de de cogerme el megáfono, los agentes se llevaron los documentos de identidad hacia el interior del Bershka. Pero nosotros en ningún momento entramos en la tienda ni impedimos la entrada a nadie».

Por su parte, otro de los encausados, Santi Fortuny, declaró que «el agente me cogió por el cuello, me tiró al suelo y me arrastró hasta el portal del lado del Bershka, estirándome del pelo». Fortuny añadió que «Laia y Diego entraron y pidieron al agente que parara. El policía retorció el brazo a Laia y la insultó y cogió la cámara de Diego, que aquel día cubría la noticia como periodista, y la tiró al suelo». Finalmente, Fortuny aseguró que un agente lo fotografió y lo amenazó diciéndole «en otra situación, lo habríamos solucionado de otra manera».

La portavoz del grupo municipal de la CUP, Laia Estrada, se mostró muy emocionada durante la primera sesión del juicio, y recordar los hechos le provocó alguna lágrima. «Recibí golpes e insultos. No me atrevía a decir nada, tenía miedo. Cuando llegué al hospital oí como uno de los agentes decía: ‘Esta es la hija del sindicalista’», decía Estrada, quién añadió que «por culpa de estos hechos he sufrido estrés posttraumático, insomnio y tuve que coger la baja».

El último encausado, Diego Corredor, que en el momento de los hechos ejercía de periodista, declaró que «un agente me cogió la cámara de hacer fotos y la tiró al suelo. Después de ser detenido, me di cuenta de que mi bolsa con mis objetos personales estaba abierta y había desaparecido la tarjeta de memoria de la cámara».

«Por todos los lados»

Por otra parte, durante la declaración de un agente de la Guardia Urbana citado como testimonio por la acusación, aseguró que recibió golpes por parte de los manifestantes «por todos los lados» y que «mis compañeros tuvieron que refugiarse en un portal, mientras que los manifestantes querían romper los cristales». También afirmó que una de las activistas «me agredió con un puñetazo bastante fuerte mientras recibía golpes por todos los lados». El agente, sin embargo, no presentó ninguna denuncia por agresiones.

El perito forense, por su parte, confirmó las lesiones que presentaban los diferentes implicados. Un agente sufrió un mordisco en la mano, otro una contusión costal, otro una contusión en un dedo y otro, arañazos en la mano y en la rodilla. Por su parte, Estrada sufrió una contusión en el brazo y un estrés posttraumático agudo, Fortuny el estiramiento de pelo y dolor cervical, y Corredor contusiones mandibular, costal, ocular y erosiones faciales, además de un cuadro de ansiedad.

La fiscalía y la acusación particular representada por el Ayuntamiento de Tarragona solicitan dos años de prisión y la inhabilitación para el derecho de sufragio pasivo de los activistas por un delito de atentado contra la autoridad, así como 12 días de localización permanente por faltas de lesiones. A su vez, la acusación particular de los activistas solicita cinco años de prisión y ocho de inhabilitación para tres agentes de la Guardia Urbana por los delitos de detención ilegal, lesiones, amenazas y vejaciones.

Apoyo a los implicados

Minutos antes de las nueve de la mañana, una cincuentena de personas quisieron dar apoyo a los tres activistas encausados, desplegando una pancarta que decía «Basta de abusos de la Guardia Urbana». Los tres encausados llegaban a la Audiencia, emocionados, y Estrada explicó que «para nosotros, este juicio no sólo significa que se resuelva lo que pasó en el interior de aquel portal. Hoy está en juego la impunidad policial en nuestra ciudad». Por otro lado, una treintena de agentes de la Guardia Urbana también se concentraron para dar apoyo a los compañeros. Los grupos, sin embargo, no coincidieron en el espacio, ya que los agentes entraron por la puerta de atrás de la Audiencia. A la hora de acceder a la sala del juicio, se produjeron enfrentamientos vervals entre ambos colectivos por miedo a quedarse fuera.

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