Diari Més

El hospital Joan XXIII deja de implantar válvulas aórticas de sustitución

La gerencia del CatSalut en Tarragona hará un seguimiento de esta medida tomada desde el Departamento, por si es necesario hacer un replanteamiento

Los pacientes del Camp de Tarragona tendrán que ser atendidos en la Vall d'Hebron, a excepción de los de Reus, que lo harán en el Sant Pau.

El hospital Joan XXIII deja de implantar válvulas aórticas de sustituciónCristina Aguilar

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El próximo 24 de octubre, el Hospital Joan XXIII colocará la última válvula aórtica de sustitución a través de un cateterismo, una intervención que se hace en pacientes que han sufrido una degeneración de la válvula original y no pueden ser operados. Ya se han anulado las citas para las pruebas preoperatorias de los pacientes que había en lista de espera de esta innovadora intervención denominada TAVI, que realiza el servicio de Hemodinámica del hospital tarraconense. Se confirman así, los peores augurios de los cuales ya alertó a finales de agosto, el doctor Mohsen Mohandes, coordinador del área.

La eliminación de este servicio se produce a raíz de la instrucción del ServeiCatalàde Salut, hecha pública el pasado 22 de septiembre, que entró en vigor este último 1 de octubre. A partir de esta fecha, sólo cinco hospitales de Barcelona están autorizados a realizar esta intervención no invasiva, que no requiere ni siquiera de anestesia general. La decisión, tomadadesde Barcelona, se ampara en el hecho de que hay que contribuir a la sostenibilidad del sistema, a la mejor racionalización y la adecuada utilización de los recursos, según dice el documento de Salut. Cada válvula de TAVI tiene un valor aproximado de 18.000 euros.

En el hospital Joan XXIII, la estupefacción es patente. Los profesionales no se explican cómo una técnica que se está realizando con éxito desde el pasado diciembre en su centro se puede retirar de sopetón. De hecho, según aseguran, la gerencia del centro da apoyo a la tarea llevada a cabo por el equipo de Hemodinámica. Se cuestionan especialmente los «requisitos y condiciones» impuestos por el CatSalut, para poder acoger este tipo de intervenciones. Según esta instrucción del 22 de septiembre, es imprescindible que el centro hospitalario que quiera realizar la colocación de válvulas aórticas tenga un servicio de Cirugía Cardiaca, una unidad dela cual el hospital Joan XXIII no dispone. Trabajadores del hospital creen que esta condición se ha incluido expresamente para excluiral centro tarraconense de la lista y recentralizar esta intervención en Barcelona. «Es totalmente una excusa, porque los pacientes a los cuales se les ha implantado una válvula en Tarragona ya habían sido descartados por la cirugía. Es decir, un cirujano cardiaco, en una sesión conjunta con el personal de Joan XXIII, ya ha dicho que determinado paciente tiene un alto riesgo quirúrgico y no es operable», apunta.

«No es necesaria una unidadde CirugíaCardíaca»

Refuerza la continuidad del servicio, a pesar de la falta de cirugía, un estudio elaborado por algunos de los más reputados cardiólogos europeos, en la revista científica European Heart Journal. Confirman «la viabilidad y seguridad del TAVI en centros donde no se dispone de Cirugía Cardíaca». Refrenan su tesis con el seguimiento a un millar de pacientes de centros que disponían de esta unidad quirúrgica y de otros que no, y la conclusión es que no observaron «riesgos en el preoperatorio, complicaciones mayores y mortalidad hospitalaria significativamente diferentes de los que tenían y de los que no tenían». De hecho, no es nada fuera del habitual que se aplique esta técnica en centros sin la unidad, a la cual desde ahora obliga el CatSalut. A todo el Estado, hay una docena de centros que lo hacen, «y con buenos resultados», según explica un médico del hospital Joan XXIII.

Por otra parte, desde la sección sindical de CGT en el hospital, se muestran absolutamente indignados con la decisión tomada desde Barcelona. «Eso nos lo han robado, ya se había implantado y se hacía con éxito. Las TAVI han ayudado a muchas personas de la provincia. Es un inconveniente paralos pacientes y familiares, ya que se tendrán que costear una pensión o cualquier emplazamiento para acompañarlos a la intervención», apuntaba Agustí Aragonès, portavoz del sindicato. «Seguiremos luchando, si conviene, recogeremos firmas y si hay que cerrarse en el hospital, pues volveremos a cerrarnos», añadía.

Pequeña esperanza

La polémica instrucción del CatSalut deja una pequeña esperanza para que la implantación de las válvulas vuelva a Joan XXIII algún día. En el documento se expone que hay que establecer un sistema de seguimiento y evaluación de la atención y el proceso asistencial, y de sus resultados, a efectos de detectar posibles mejoras y proponer las medidas correspondientes. Eso es en lo que la gerencia del ServeiCatalàde Saluttrabajará. «Si con el seguimiento y con la evolución científica se puede demostrar que, en el Campde Tarragona y en la provincia, hay el número de casos suficientes, la tecnología, y los conocimientos necesarios para hacerlo, pues es una instrucción que nos tendríamos que replantear», apunta, el máximo responsable de Saluten el territorio, Roger Pla, quien trata de hacer entendedora la medida tomadadesde Barcelona. «Como es un procedimiento nuevo y complejo, la instrucción busca la máxima concentración para tener un tiempo de implantación de la nueva técnica lo más corto posible.Porquecomomás hagan y en mejores condiciones, ya que más corto será el tiempo de aprendizaje y mejores serán los resultados».

Precisamente este jueves, el conseller de Salut, Toni Comín, estará en Tarragona para presentar el Plano Estratégico Sanitario del Camp de Tarragona y visitar el Hospital Joan XXIII, donde inaugurará oficialmente la segunda fase de la reforma de Urgencias. Sindicatos y profesionales esperan que el conseller convoque una junta facultativa con el fin de poder exponerle el malestar creado con la retirada de la técnica TAVI. Se sumarán muchas otras reivindicaciones.

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