Diari Més

Las garras de la Víbria recogen los chupetes de los más pequeños de la ciudad

Por primera vez, la benjamina de la entidad, la Vibrieta, también ha participado en el acto para celebrar su décimo aniversario

Las garras de la Víbria recogen los chupetes de los más pequeños de la ciudad

Las garras de la Víbria recogen los chupetes de los más pequeños de la ciudadCristina Aguilar

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Y este domingo ha llegado el día de la verdad. Una jornada importante para los más pequeños de la ciudad, que han tenido que entregar para siempre sus queridos chupetes a la Víbria de Tarragona y, este año también a la Vibrieta. Como cada año, la plaza de las Cols se ha llenado de familias para vivir uno de los actos más tiernos y emocionantes de las fiestas: la bestia del Seguicimás amada por los chiquillos se lleva los chupetes.

Pero la edición de este año ha sido más especial que nunca, ya que, por primera vez, la Vibrieta, –la benjamina de la Collade Diables Voramar del Serrallo-Víbria de Tarragona–, ha participado en el acto para celebrar con la ciudad su décimo aniversario. Para conmemorarlo, el acto ha contado con la colaboración de la compañía Al TrotTeatre, del centro ocupacionalGresol de la Asociación Provincial de Parálisis Cerebral-La Muntanyeta, que han llevado a cabo una representación que mostraba las sensaciones de los más pequeños a la hora de deshacerse de su mejor amigo, el chupete, a través de una lucha.

Con la plaza de las Cols llena hasta los topes, las dos Víbries, acompañadas del sonido de los timbales, han bajado las diecinueve escalerasde la Catedral. Este ha sido el momento en que los padres, a través de miradas, palabras y sonrisas, persuadían a sus hijos para dejar el chupete en las garrasde la Víbria. Después del baile, los actores de Al TrotTeatrehan entregado unos globos de helio, –que simbolizaban los chupetes– a la bestia del Seguiciy después han volado.

Finalmente, ha llegado la hora de la verdad. Algunos de los más pequeños lloraban, otros mostraban sorpresa al ver tan cerca la Víbria y otros se negaban a entregar el chupete. Sólo unos cuantos han decidido intercambiarlo poruna golosina y un diploma que constataba la acción de deshacerse de un elemento tan importante. La Víbria y la Vibrieta han recogido más de 500 chupetes, convirtiéndose en una de las ediciones más multitudinarias de la historia. Para la entidad, «este acto es una manera de acercar la bestia de fuego a los más pequeños de la ciudad», ha explicado Javi Tirado, presidente de la Colla de Diables Voramar.

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