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Los barrios de Poniente alertados por las marcas de ladrones en las puertas de casa

Una vecina de la Alborada pilló el sábado a un joven dejando una marca de cinta adhesiva y lo compartió, rápidamente se ha extendido por WhatsApp

Los barrios de Poniente alertados por las marcas de ladrones en las puertas de casa

Los barrios de Poniente alertados por las marcas de ladrones en las puertas de casaJoan Antoni Torreblanca

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Una vecina del barrio de la Alborada alertaba este sábado de unos hechos sospechosos en la puerta de su vivienda, «acabo de llamar a la policía. He pillado a un hombre marroquí marcando con un trozo de cinta adhesiva mi bloque. Si vosotros os lo encontráis, sacadlo, a mí me lo han colocado en la puerta», denunciaba. En pocas horas, la denuncia de esta ciudadana en un perfil de Facebook se ha viralizado de tal forma, que vecinos de otros barrios de Poniente también lo están difundiendo a través de cadenas de WhatsApp en muchos de sus contactos y es que, según han explicado varios testigos a este diario, las marcas en edificios y viviendas unifamiliares también se están produciendo este verano, como años atrás, en varios puntos de la ciudad.

En el caso de la Alborada, el presunto delincuente ha utilizado el método de la cinta: se coloca en la zona del pomo o de la apertura para comprobar la frecuencia de paso: si la puerta se abre mucho, la cinta queda doblada o cae, si por aquella puerta no pasa nadie, la cinta se mantiene intacta, dando luz verde para acceder a los ladrones, con la total garantía de que en su interior no encontrarán a ninguna persona.

«Es el caso típico de cada verano. Se van pasando los signos de unos ladrones a otros. En la Alborada ya sucedió hace tres o cuatro años, nosotros hicimos una serie de fotocopias con las marcas que habían ido dejando por el barrio, a fin de que los vecinos lo pudieran identificar. Aparte dimos una serie de consejos», recordaba el líder vecinal Ángel Juárez, responsable de la Coordinadora de Entidades de Tarragona (CET). Según el activista, la Comisión de Seguridad de la CET tiene conocimiento de varias metodologías habituales previas a la hora de perpetrar los robos en domicilios. Hay uno que a simple vista podría no pasar desapercibido, «se fijan mucho en los contenedores. Si ven que hay pocas bolsas con respecto a otras épocas, quiere decir que en aquella zona hay mucha gente de vacaciones. De hecho, algunas de las personas que revuelven y cogen cosas de los contenedores, también van espiando las casas, con el fin de ver dónde hay y dónde no hay movimiento». Además, según Juárez, «si un vecino ve a gente que hace alguna cosa anormal, como alguien que va dando vueltas con un coche todo el rato por la misma zona, que avise a la policía. Los agentes, tanto de los Mossos d'Esquadra como de la Guardia Urbana, lo tienen todo bastante controlado».

Haciendo alguna cosa en la puerta

«El hombre que descubrí haciéndolo era joven alto y delgado. Me di cuenta, porque vi que estaba haciendo alguna cosa en la zona de la puerta, y estaba buscando algo que había colocado», apuntaba a Diari Més la chica que descubrió justo en el instante, al presunto ladrón.

Después de llamar a la policía, se apresuró a sacar la cinta adhesiva y a alertar al resto de inquilinos, con el fin de mantenerlos atentos. Aunque la Alborada no vive, en la actualidad, una oleada de robos, los vecinos están siempre alerta. De hecho, uno de los propietarios de un adosado de la calle Florenci Gasulla Figue ha optado por instalar en la fachada, una cámara de videovigilancia con sensor de movimiento incorporado. No es demasiado difícil encontrar testigos de robos en viviendas de la zona: «Hace un par de años al vecino de arriba le entraron por los cables de mi toldo. Saltaron mi valla y subieron, a él le removieron toda la casa y le robaron lo que encontraron. En estas casas, saltas un poco y ya estás dentro», comentaba ayer Siscu Curto, un vecino del barrio. «El problema es que hoy día la gente anuncia que se va de vacaciones por el Facebook. ¡Si ya he visto que no estarás, puedo entrar tranquilamente a robarte»!, apuntaba el responsable del Bar a Can Joan del mismo barrio. Una cliente se sumaba a la opinión del restaurador, «antes cuando la gente se marchaba siempre se preocupaba de dejar alguna prenda de ropa en el tendedero, de no bajar todas las persianas, o que alguien le recogiera las cartas, era importante que se viera algún movimiento».

Según explica Juárez, con más de 40 años de implicación en los movimientos vecinales, es habitual que los ladrones vayan fluctuando de barrio en barrio, «cuando en una zona los pillan, los días siguientes hay mucha vigilancia, y deciden cambiar de sitio, así que van a otro barrio.» La tarea del ciudadano, es sencilla, pero básica: avisar a la policía a fin de que los agentes puedan ir siguiendo el rastro de los posibles ladrones.

Las marcas más habituales

La señal más utilizada para entrar a robar es con diferencia, la «X», indica que el domicilio puede ser «un buen objetivo». Un rombo significa que está vacía, un triángulo que vive allí una mujer sola, o un rectángulo con barras, que se tiene que ir con cuidado con el perro. Con todo, también hay estrategias más sutiles y parecidas a las de la cinta adhesiva. Los ladrones dejan una botella vacía justo delante de la puerta, si el objeto no ha sido retirado al cabo de unas horas o unos días, quiere decir que tienen barra libre para entrar a robar en el domicilio en cuestión.

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