Diari Més

Estrellas por un día, con mucho amor y sin ningún tipo de vergüenza

Más de 200 jóvenes con discapacidad psíquica han asistido a la obra de la directora Blanca Marsillach en el Metropol, de los cuales una decena han podido emular posteriormente a los protagonistas

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La compañía de Blanca Marsillach ha llevado un año más en Tarragona a sus representaciones creadas expresamente para personas con discapacidad psíquica. «Hemos hecho una obra donde todavía es más fácil que ellos se puedan identificar, ya que hablamos de cosas de pareja, pero no de las relaciones de muchos años de antigüedad, sino de las que están empezando, como las que ellos viven: «Ahora me amas, ahora no me amas», explicaba esta mañana al acabar la representación el Xabier Olza, actor protagonista y director, bajo la batuta de la hija del gran creador teatral.

Visto el éxito de los dos años anteriores, la Fundación Repsol ha optado este 2016 por dejar la sala de funciones del centro cívico de Sant Pere i Sant Pau, y llevar la obra a uno de los dos grandes teatros de la ciudad: el Metropol.

Aunque ni de lejos se ha llenado el aforo de 525 espectadores, la grada de la primera planta y el patio de butacas estaban bien llenos; en total 215 chicos y chicas con discapacidad psíquica de varias fundaciones y centros de ocupación terapéuticade Tarragona, Reus, Valls y Alcover.

Al acabar la función de cuarenta minutos, ha llegado el momento más esperado por los atentos espectadores: subir al escenario y emular las escenas que acababan de ver interpretar a los actores Xabier Olza y Adela Estévez, de esta obra llamada'Textos de Chekhov', que cumplía dos comedias cortas del autor ruso.

Cantar, bailar o actuar: ellos no temen en nada

Isabel Vidal, una de las voluntarias de la Fundación Repsol, pedía, que un chico y una chica subieran para recrear el momento del enlace matrimonial. Manuel Herrera y Paula Cádiz levantaban la mano rápidamente. ¡«Yo tengo pareja desde hace 12 años, todavía suerte que no está aquí viendo la obra»!, decía risueño Cádiz entre bambalinas, mientras el concejal teatral le empezaba a colocar un llamativo traje de boda. «Ojalá algún día eso se me pase de verdad», reflexionaba ella en voz alta. Su marido de cartón-piedra, Manuel, estaba feliz de verse allí: «Nunca había hecho teatro y me ha gustado muchísimo. ¡Pediré a los monitores que nos hagan un curso»!, explicaba al DiariMés. Uno de estos responsables de la Fundación Ginac, Alberto Gutierrez, asentía con la cabeza, dejando entreverque alguna cosa se tendrán que ingeniar para satisfacer los deseos de Manuel y sus compañeros.

Cuando les hacemos subir al escenario queremos que sean ellos mismos, no es cuestión de tutorizar ni que sigan el guion. Siempre intentamos que traten temas cotidianos, con temática de amor, que es el que más les gusta,» comentaba Óscar Moreno, también de la Fundación Repsol. «Ellos en general son mucho más amorosos, dicen siempre lo que piensan. Si te ven guapa, te lo dirán sin pensárselo dos veces. Nosotros creo que tenemos muchos más tabúes».

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