Diari Més
Tomàs Forteza Solís

De Tarragona a Tottori (Japón)

Sociedad

«Esta sociedad es como una colmena, todos están cortados por el mismo patrón»

Tomàs Forteza está trabajando en una empresa de Tottori (Japón) en el sector de las ventas y la exportación desde hace seis años

Tomàs Forteza, en Tottori (Japón) con su hijo en un parque de la localidad.

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Tomàs Forteza es de Tarragona, tiene 36 años y hace seis que vive en Japón. Es representante técnico de ventas en exportación en Nippon Ceramic Co. Ltd. Actualmente vive en la ciudad de Tottori. Nacido el año 1983, estudió la diplomatura de Ingeniería Técnica Agrícola por la Universitat Rovira i Virgili y la licenciatura de Ciencia y Tecnología de los Alimentos por la Universitat de Barcelona. Se define como «cuentista , aunque por eso no hace falta ninguna titulación especial».

—¿Cómo ha sido su trayectoria profesional hasta ahora?

—Larga y variada. «Yo he visto cosas que vosotros no creeríais».

—¿Qué motivos lo llevaron a marcharse de casa para ir a vivir en el extranjero?

—Quería aprender una nueva lengua muy diferente de lo que había estado estudiando hasta entonces y acabé golpeando en esta isla con la idea inicial de quedarme sólo un año. Después vino la típica historia de «boy meets girl » y... aquí seguimos.

—¿Cuál fue su primera impresión al llegar?

—¡Ei, esta sociedad es como una colmena! ¡Todos están cortados por el mismo patrón!

—¿Fue muy sorprendente el cambio o fue, más o menos, tal como se lo había imaginado?

—Tiendas que no cierran nunca, falta de vacaciones, elevada jerarquización a las familias y al trabajo, inodoros que te hablan, maid coffee , máquinas expendedoras por todos lados y en los lugares más inesperados, consumismo extremo, Pachinko, baños públicos, fruta que vale más que un riñón humano, perfeccionismo desmesurado... No, no fue muy sorprendente.

—¿Cuáles son las principales diferencias entre Japón y su casa?

—Primero, la puntualidad. Segundo, que no hay papeleras pero está todo siempre tan limpio que da miedo. Tercero, que se come a las 12 h., se cena a las 19 h. Horario Europeo (los «extraños» quizás somos nosotros...). Cuarto, las casas pequeñas. Me doy coscorrones por todas partes. Y quinto, que la Navidad la celebran comiendo pollo del Kentucky Fried Chicken.

—¿Cuáles son los lugares más característicos de su nueva ciudad de acogida?

— Las dunas de Tottori, supongo. También somos conocidos por las peras y los cangrejos. Y para ser la provincia de Japón más despoblada. El delegado provincial del Gobierno se disfraza de cangrejo para atraer gente pero parece que cada vez venga menos... ¡Venid a Tottori!

—¿Qué destacaría de la manera de trabajar del país? ¿Las conductas son similares o diferentes a las del Estado español?

—Similares, ¿estáis de cachondeo? ¡Si en nuestra casa necesitaras el hanko (sello) de siete jefes diferentes a fin de que te aprueben un simple informe, habría muertes a paladas!

—¿Desde que llegó ha vivido o le ha pasado algo curioso de que no se hubiera imaginado nunca?

—Me han pedido la receta de los tacos. Y me han llegado a preguntar que desde hace cuando que mi país está en guerra.

—¿Qué es lo que más echa de menos de casa?

—Estar solo más de 5 horas seguidas, poder hablar con franqueza, tomarme un helado mirando el Mediterráneo, pasear por la Parte Alta el domingo por la mañana, destrozarme el hígado en Barenys... Y por encima de todo más que nada del mundo, rodearme de los amigos y la familia.

—¿Qué costumbre del país actual se llevaría a Cataluña?

—Tener las calles limpias como una patena es una cosa que echo muy de menos cuando vuelvo a casa. Y no meterse en la vida de los otros también.

—¿Tiene intención de volver pronto o de momento no?

—Define «pronto» en un margen de unos 20 años.

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