«Aquí podría comer pasta a todas horas»

Arnau Bergadà es un tarraconense de 21 años y está en Turín (Italia) desde el mes de septiembre para continuar la carrera académica. Estudiando a la Universidad Politécnica de Turín, estará hasta el mes de febrero después de su paso por el Colegio Sant Pau Apòstol y la Universidad Rovira i Virgili, con la carrera de Ingeniería Mecánica. Aparte, ha sido entrenador del Club Tenis Tarragona.

— Qué motivos lo llevaron a ir a Turín?

—El principal motivo fueron las ganas de vivir una experiencia como lo es el Erasmus, el cual, porlo que me habían explicado, permitía conocer mucha gente, una cultura nueva, otra lengua y una manera diferente de vivir el día a día mientras podía continuar con mis estudios. De todos estos motivos, lo que me hizo convencer hace ser el hecho de aprender el italiano, un idioma que desde bien pequeñome gusta.

—Cuál fue su primera impresión al llegar?

— Aunque no conocía la ciudad de Turín, había tenido la suerte de estar en otras ocasiones en Italia, por lo tanto ya conocía a grandes rasgos como es el país y su gente, pero nunca había estado una temporada larga. La verdad es que no hay gran diferencia entre Italia y nuestra casa. Somos países y gente mediterránea con costumbres y formas de vida parecidas. De todas formas, la primera impresión fue que el clima era totalmente diferente. Turín es una ciudad que se sitúa en un valle, rodeado de los Alpes italianos y franceses, porlo que la mayoría de días hay nubes bajas y neblina y hace bastante más frío. Los días también son más cortos, porlo que los horarios son más europeos que en nuestra casa, aquí todo va un poco antes.

—fue muy sorprendente el cambio o fue, más o menos, tal como se lo había imaginado?

—Por suerte, tengo varios amigos que han vivido esta experiencia antes que yo y me lo habían podido explicar, por lo tanto, el cambio fue más o menos como me lo esperaba. Eso no quitaque el simple hecho de marcharse de casa y estar lejos de la familia supone un cambio bastante grande, sobre todo en los hábitos y las rutinas y en poco en poco en la forma de vivir y de ver las cosas, y más para la gente como yo, que hasta entonces habíamos vivido siempre en casa.

—Cuáles son los lugares más característicos de su nueva ciudad de acogida?

— La principal diferencia es el hecho de no vivir en casa, con la familia. Yo vivo en una residencia de estudiantes, por lo tanto, puedo decir que aquí vivo con amigos y amigas. También, los horarios diarios los he cambiado sobre todo en las horas de comida, comiendo y cenando hasta 2 horas antes de lo que estaba acostumbrado, y con respecto a los hábitos alimenticios he intentado mantenerles comiendo variado, aunque aquí podría comer pasta a todas horas...

—Qué es lo que más echa de menos de casa?

—Sin duda, el que echo más de menos es a mi gente. La familia, mi hermano pequeño, mi chica y los amigos y amigas de siempre. También echo de menos el clima de Tarragona, y el simple hecho de poder ir caminando a todas partes. Turín es una ciudad grande, y las distancias suelen ser grandes. Me he dado cuenta de que lo que echo más de menos son las cosas sencillas, como ir a comer en casa a las abuelas, tenderme en el sofá de casa después de cenar, entrenar a los pequeños y las pequeñas del tenis, ir a tomar una cerveza en la plaza de la Font y todos los ratos con Laia.

—Qué costumbre del país actual se llevaría hacia Cataluña?

— Seguramente los buenos restaurantes de pasta y pizza. Se nota que lo viven con pasión, y no hay lugardonde se coma mal. Es cierto que en nuestra casa tenemos muy buenos restaurantes italianos, pero pocos donde hagan la pasta artesanalmente o la pizza en un horno de piedra.