Diari Més
Ana María Manaila

De Tarragona en Nantes

«En Francia no te ponen mala cara por la manera de vestir»

Manaila es rumana, llegó a Tarragona el año 2008 y trabaja en Nantes como azafata a la compañía aérea española Volotea

Ana Maria Manaila reside en Nantes por motivos laborales.

«En Francia no te ponen mala cara por la manera de vestir»Cedida

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-¿­­Cómoha sido su trayectoria profesional hasta ahora?

—Soy azafata de vuelo en la compañía española Volotea y estar en el mundo de la aviación es una cosa totalmente diferente de otros trabajos. Hice la entrevista con Volotea y tuve que ir a Madrid diez días, en los cuales sólo tenías 6 o 7 para poder estudiar un manual de 900 páginas, aparte de procedimientos en casos de emergencia en inglés. Lo veía imposible, pero me dije, Ana, lo tienes que hacer porque es lo que más deseas. Soy una persona alegre, positiva, que anima muchísimo a la gente. Con 20 años he crecido mucho, tanto de pensamientos como de madurez.

—Qué motivos la llevaron a marcharse de casa para ir a vivir en el extranjero?

—Una vez te metes en la aviación y con una compañía, ellos escogen la base para ti. Hay algunos que el día de la entrevista ya saben la base, pero en mi caso no. Fue duro al principio ir a un país donde no sabía hablar el idioma, no estar con mi familia ni mis amigos. Después me acostumbré y empecé a hablar el básico de francés, a leer y a conversar.

—Cuál fue su primera impresión del país al llegar?

—Cuando llegué a Nantes quedé muy impresionada porque la gente de allí es muy educada, se preocupan por el medio ambiente. Te sientes segura yendo por la calle porque siempre hay policía vigilante. Es totalmente diferente a España. Hay gente de todas las culturas. Allí donde vayas son muy amistosos.

—Fue muy sorprendente el cambio o fue, más o menos, tal como se lo había imaginado?

—Fue muy sorprendente, la verdad. Francia lo que quiere es que nadie esté en la calle sin trabajo o sin hacer nada. Puestos de trabajo encuentras por todas partes, pero el único inconveniente es que allí no hablan inglés y para trabajar tienes que hablar y entender el francés.

—Cuáles son las principales diferencias entre Nantes y su casa?

—En España tenemos la costumbre de comida y cenar a unas horas muy tarde. EnFranca comen en torno a las 13 horas y cenan hacia las 19 horas, y madrugan mucho. El carácter español esmás abierto, alegre y extrovertido, y somos más ruidosos a la hora de hablar. En Francia son más serios y discretos, pero una vez conoces a alguien, cosa que cuesta, sus puertas estarán abiertas de por vida. También tengo que decir que la vida es muycara enFrancia. El primer mes me pasé como dos horas haciendo la compra para comer porque no sabía qué coger para no gastar más de cien euros. Lo tuve que asumir.

—Cuáles son los lugares más característicos de su nueva ciudad de acogida?

—Nantes es una ciudad bonita y tiene muchas cosas por visitar. Lo que más me gusta es el castillo de los Duques de Bretagne, la Torre Bretagne, de 144 metros de altura donde puedes ver toda la ciudad de Nantes 360 grados, el Museo de Arte o las Machines del île, una de las principales atracciones de esta ciudad.

—Qué destacaría de la manera de trabajar del país? ¿Las conductas son similares o diferentes de las del Estado español?

—La manera de trabajar en Francia es muy diferente de la de España. Tienen jornadas más cortas y vacaciones más largas. Trabajas una media de 35 horas a la semana.

—Desde que llegó, ha vivido o le ha pasado algo curioso de que no se hubiera imaginado nunca?

—Sí, en el trabajo he de lidiar con pasajeros que, a veces, creen que las azafatas de vuelo sólo somos personas que servimos una Coca-Cola y una magdalena. En una ocasión tuve que decir a unos pasajeros que, en caso de una evacuación, tenían que meter todos sus utensilios personales en el compartimento superior. De repente, me empezaron a decir que no querían porque sus bolsos eran carísimos y que preferían ponerlos en el suelo. Les dije que tenían que aceptar la ley y que era más importante la vida de 160 personas que unas bolsas de marcas y callaron. No queremos ser las malas del vuelo, pero nosotros estamos para garantizar la seguridad, además de servir comida y bebida. Al final del vuelo, aquellos pasajeros me dieron las gracias con una sonrisa, cosa que se agradece porque somos humanos.

—Qué es lo que más echa de menos de casa?

—Tener el apoyode tu madre o el amor de la familia, o simplemente ver aquel animalito que tienes a miles de kilómetros y lo ves sólo una vez al mes. Salir a tomar alguna cosa con las amigas o ir a correr por la playa y sentirte libre en rinconcitos que tienes para pensar y desconectar.

—Qué costumbre del país actual se llevaría hacia Cataluña?

—Me llevaría el comportamiento de la gente de Francia. No te critican ni te ponen malas caras porla manera de ir vestido o de hablar. Simplemente, la educación en todos los aspectos, que en España se ha perdido.

—Tiene intención de volver pronto o de momento no?

—Sí, tengo intención de volver pronto porquecomo casa en ningún sitio. Pero como soy muy joven, quiero conocer más mundo y disfrutar de la vida, ya que sólo tenemos una.

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