«El choque entre lo antiguo y lo nuevo está presente en el día a día»

—¿Cómo ha sido su trayectoria profesional hasta ahora?

—He estado bastantes años trabajando en una fábrica de productos químicos mientras me sacaba estudios de dirección de Marketing y Ventas.

—¿Qué motivos lo llevaron a marcharse de casa?

— Siempre me ha gustado Japón, su cultura, tradición y actualidad, y desde que lo visité por primera vez, en el 2007, y después de alucinar con el país, me prometí que volvería más veces. Hace un par de años conocí por Internet a una chica que vivía allí y, después de entablar amistad durante un tiempo, empezamos una relación a distancia. Así pues, el año pasado volví a Japón para estar con ella durante un corto periodo de tiempo. Y este año estoy viviendo en Osaka gracias a un visado de estudiante con el cual estoy aprendiendo el idioma en una academia para extranjeros con la idea de buscar un trabajo en lo referente a mis estudios, una vez tenga suficiente nivel.

—¿Cuál fue su primera impresión a llegar?

—Al principio, la primera vez que estuve, ya estaba bastante informado sobre lo que me encontraría, pero una vez allí, es otra historia. Te sientes asustado y agobiado, sobre todo en las grandes ciudades como Tokio y Osaka. Cada tienda, cada calle, cada restaurante, cada rincón te sorprenden. Si visitas una zona más rural y alejada, se respira mucha paz.

—¿Fue muy sorprendente el cambio o fue, más o menos, tal como se lo había imaginado?

—Como ya había estado varias veces, lo tenía asumido, pero las rutinas, los horarios, la comida, y el entorno había cambiado, y al principio me costaba habituarme. En unas semanas ya estaba adaptado.

—¿Cuáles son las principales diferencias con su casa?

— Sobre los horarios, aquí se hace de noche más pronto (en verano hacia las 19.00) y amanece antes (en torno a las 5.00) y eso me hizo tener que comprar unas buenas cortinas opacas, ya que aquí no son habituales las persianas. Además, no hay cambio de horario en verano, así que depende de la época hay una diferencia horaria de 8 o 7 horas con España. La comida se hace en torno a mediodía (11.30-13.00) y se cena antes, aunque, en las grandes ciudades como Osaka, los restaurantes tienen un horario muy amplio. Eso me lleva a hablar de comer fuera de casa, porque aquí es muy habitual hacerlo y un punto a favor es que, si no pides una bebida específica, te ofrecen té o agua sin ningún coste. Pero para comer más sano es recomendable ir al súper. Los supermercados son bastante completos y puedes encontrar de todo, aunque hay algunas diferencias con el precio en algunos productos. El precio de las cosas es un poco más caro que en España, pero no demasiado. Además, en caso de necesidad, hay los famosos convinis : pequeñas tiendas abiertas 24 horas, donde venden de todo un poco, desde comida preparada, hasta prensa diaria, pasando por bebidas, productos de higiene personal, snacks , e ¡incluso puedes ir a pagar los recibos!

—¿Cuáles son los lugares más característicos?

— Por la zona de Umeda, en el norte, está lleno de rascacielos y tiendas de grandes superficies con mucha tecnología. Cerca de Umeda hay un lugar muy típico de visita: el castillo de Osaka, una fortaleza transformada museu de historia y, desde arriba, puedes tener buenas vistas. En el barrio de Nanba y Shinsaibashi siempre hay buen ambiente. También es curioso el barrio de Nipponbashi, con sus tiendas de tecnología y de cultura anime y manga. Siguiendo un poco más en el sur, está la zona de Sinsekai, con su famosa torre rodeada de vistosos restaurantes tradicionales. Hay que destacar las zonas de Amerikamura i Tennoji, con mucha actividad comercial. La localización de Osaka hace que esté en un punto estratégico desde donde poder visitar otras grandes ciudades de interés como Kioto, Kobe y Nara, a menos de 50 minutos en tren.

—¿Qué destacaría de la manera de trabajar del país?

—En el Japón EN los puestos de trabajo, las personas son muy serviciales y atentas, con una metodología que sorprende. Es una de las cosas más famosas del país: la cultura del trabajo. En este país, y más en Osaka, el paro es menor al 3%, eso hace que sea fácil encontrar trabajo, siempre que tengas un visado apto. En mi caso, con el visado de estudiante puedo tener un trabajo a tiempo parcial, de máximo 28 horas cada 7 días, para ser compatible con los estudios. Eso me ha llevado a trabajar un par de días a la semana en un bar, donde puedo poner en práctica lo que he estudiado con el idioma y conversar.

—¿Desde que llegó ha vivido o le ha pasado algo curioso?

— Hay pequeñas costumbres, como por ejemplo a la hora de pagar en un restaurante o tienda. Lo normal es hacerlo depositando el dinero en una pequeña bandeja, donde el dependiente los recoge, nunca directamente de mano a mano. Sorprende que, siendo Japón uno de los países con más fama en tecnología, haya cosas como el pago con tarjeta de crédito que no esté tan extendido como parece. Es más común el uso de dinero en metálico. El choque entre lo antiguo y lo nuevo está presente en el día a día: puedes encontrar un pequeño templo pared con pared con un enorme rascacielos.

— ¿Qué costumbre del país actual se llevaría hacia Catalunya?

— La mentalidad por la cual se piensa más como conjunto que como individuo, que hace que no encuentres suciedad por las calles y que el respeto por las personas sea absoluto y la sensación de seguridad sea en todo momento muy alta.